Las patatas fritas, ¿con o sin piel?
Si alguna vez te has preguntado si se puede comer o no este tubérculo sin tener que pelarlo, hoy en THE OBJECTIVE te lo vamos a desvelar
En THE OBJECTIVE ya hemos hablado largo y tendido sobre las patatas fritas. Te hemos contado cómo cocinar patatas fritas en una freidora de aire, también te hemos indicado una receta para hacer patatas gajo con romero y al horno e incluso te hemos dado algunos consejos para hacerlas más saludables, sanas y ligeras.
Pero hoy vamos a ir un paso más allá y no te traemos ni una receta ni una elaboración en concreto. Hoy vamos a hablar sobre si las patatas fritas pueden hacerse con o sin piel. Y a pesar de que te vamos a razonar bien ambas respuestas, te adelantamos que las dos opciones son válidas.
Aunque lo normal es pelar las patatas antes de freírlas, no es una obligación, ya que siguiendo una serie de pasos se puede consumir la piel de las patatas sin ningún problema. Eso sí, recuerda siempre que no se debe abusar del consumo de las patatas fritas, que debe ser ocasional.
Dicho esto, vamos a lo importante. ¿Podemos comer la piel de las patatas? Desde la cadena de hamburgueserías gourmet Timesburg nos explican que «prepararlas con toda su piel hace que conserven la fibra y eso las hace más digestivas y también más saciantes, lo que hace que comamos menos». A parte de ello, la piel de este tubérculo contiene vitamina C y otras del complejo B, potasio, fósforo, magnesio, hierro y zinc, por lo que sirven para reducir los niveles de colesterol (por los compuestos antioxidantes) para prevenir posibles enfermedades cardiovasculares.
Comer patatas fritas con piel
Pero antes de preparar patatas fritas con piel hay que tener una serie de cuidados para evitar posibles intoxicaciones. Lo primero es comprobar que la piel no tiene marcas verdes ni brotes, ya que esto implica que pueden contener sustancias tóxicas como la solanina. Este químico, que aparece en la piel de las patatas ante la acción de algunos factores ambientales como puede ser la exposición de la luz, está presente de forma natural en la patata para protegerse de las plagas. De hecho este es uno de los motivos, la luz, por el que las patatas siempre se deben almacenar en un lugar oscuro.
Aunque tranquilo, si lavas bien la patata (puedes hacerlo debajo del grifo e incluso con jabón) y cortas las partes ‘feas’, no habrá ningún problema. Para realizar una mejor limpieza de las patatas puedes ayudarte de un cepillo, pero tienes que tener en cuenta que debe ser de uso exclusivo para alimentos.
Consejos para obtener las mejores patatas fritas
- Si queremos una patata frita crujiente, estas no tienen que ser muy gruesas. Además tenemos que eliminar la mayor parte de almidón de la misma (las cortamos y las introducimos en agua fría durante unos cinco minutos). Por este motivo es una buena elección utilizar el tipo de patata nueva (con un sabor más suave), ya que contiene mucho menos almidón y es más sencillo obtener un resultado muy crujiente
- Es mejor freírlas en aceite de oliva (suave, que no sea fuerte) y este debe estar muy caliente. Eso si queremos hacerlo lo más rápido posible. Si tenemos tiempo podemos hacer dos frituras: una a 160º durante unos minutos y cuando estén blandas sacarlas, calentar el máximo el aceite y volver a freírlas hasta que las patatas estén doradas y crujientes.
- La sal es un punto muy importante, ya que realzan el sabor de las patatas fritas. Eso sí, tienes que salar las patatas justo después de terminar de hacerlas, para que se impregne bien en toda su superficie.