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Gastronomía

Razones por las que el pan se pone duro y las galletas se quedan blandas con el tiempo

Una posible explicación tiene que ver con la diferencia en el nivel de humedad que presentan las masas de cada uno

Razones por las que el pan se pone duro y las galletas se quedan blandas con el tiempo

Pan

El pan y las galletas son dos de los alimentos más comunes de la cesta de la compra en España. De hecho, no pueden faltar en las despensas de ninguna casa.

Por tradición, en muchos casos, el pan se compra a diario. Es el acompañante de la comida y de la cena pero también aparece en el desayuno, aunque en esta ocasión, en formato tostadas.

Tanto el pan como las galletas, están hechos de los mismos ingredientes (harina y agua principalmente) con algunos condimentos o aditivos distintos. Sin embargo, con el paso del tiempo y pese a contar con una composición similar, nos encontramos con dos situaciones totalmente opuestas: el pan se pone duro y las galletas blandas.

Las galletas que inicialmente sacamos del paquete, están crujientes. De hecho, las mojamos en el café o en la leche para reblandecerlas un poco. Pero después de unos días en la despensa adquieren una textura blanda que nada tiene que ver con la que presentaba los primeros días. Sin embargo, con el pan, ocurre lo contrario. Esa barra tierna y blandita recién sacada del horno, pasa a convertirse en una masa más dura que una piedra.

La humedad es la clave

Panadero
Panadero

La reacción que tienen con el paso del tiempo, son opuestas pese a estar fabricados con productos muy parecidos. Una posible explicación tiene que ver con la diferencia en el nivel de humedad que presentan las masas de cada uno. Para empezar, el pan tiene un alto nivel de humedad que va perdiendo al entrar en contacto con el aire. Tras sacar el pan del horno comienza su proceso de «envejecimiento».

Un proceso, por el que la miga se endurece, conocido como «retrogradación«. Al dejar en reposo las moléculas de amilosa y amilopectina que se desordenaron durante la cocción, ahora se reorganizan para formar una estructura ordenada. Con esta cristalización se produce un endurecimiento de la miga de pan. Además, el agua de la miga se desplaza a la corteza, por lo que parte exterior queda más blanda y la interna más dura.

Por el contrario, las galletas presentan muy poca humedad. Por ello, con el paso de los días, van captando el agua del ambiente y pasan a tener una textura más blanda. Algo que ocurre, concretamente, debido a la presencia de sacarosa.

Consejos para evitar que ocurra

Galletas
Galletas tipo digestive, son perfectas para la base de la tarta de queso sin horno. | Pxhere

A continuación, adjuntamos algunas recomendaciones que alargarán la vida del pan y de las galletas:

  1. Almacenarlo en un lugar adecuado: lo ideal es guardar el pan en un lugar fresco y seco, alejado de la luz solar directa. Es preferible no dejarlo en el frigorífico, ya que esto puede hacer que se seque más rápido.
  2. Taparlo para evitar el contacto con el aire: el aire es el responsable de que se endurezca el pan. Por ello, una opción es evitar a toda costa que el pan entre en contacto con él, por ejemplo, tapándolo o metiéndolo en una bolsa.
  3. Congelar: si no se va a consumir todo el pan en un corto período de tiempo, es preferible congelarlo. Para ello, se envuelve bien en papel de aluminio o en una bolsa para congelador y se coloca dentro. Para descongelarlo, basta con sacarlo y dejarlo a temperatura ambiente durante unas horas.
  4. Rebanar justo antes de comer: si solo se va a consumir una parte del pan, es mejor rebanarlo justo antes de usarlo. De esta manera, solo cortará la cantidad que necesite y dejará el resto del pan sin cortar.
  5. Rebanar y congelar: otra buena alternativa es rebanar todo el pan y guardarlo en bolsas aptas para congelador y congelarlo. De esta forma, se pueden ir sacando las rebanadas bajo demanda sin afectar al resto del pan.
  6. Recalentamiento adecuado: si tiene pan que ya se ha endurecido, puede intentar recalentarlo en el horno o en el microondas. Sin embargo, tenga cuidado de no recalentarlo demasiado ya que puede secarse aún más. También puede rociar un poco de agua sobre el pan antes de recalentarlo para ayudar a suavizarlo.

En el caso de las galletas, lo importante para evitar que queden blandas es almacenarlas correctamente. Lo ideal es que no estén en contacto con el aire. Para ello, un recipiente hermético o una bolsa de plástico con cierre hermético son las mejores opciones. También se puede colocar una hoja de papel cocina en el fondo del tarro para que absorba la humedad. Y, sobre todo, evita guardarlas en lugares húmedos o en el frigorífico.

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