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Gastronomía

Comer a pie de barra y como corresponde

Repasamos locales en ciudades turísticas de primer orden para un picoteo informal aunque de buen nivel

Comer a pie de barra y como corresponde

Barra de Casa Manteca, en Cádiz. | Cedida

Comer de manera informal puede resultar la más formal de las comidas. Es cuestión de calidad del producto, variedad, propuesta culinaria, servicio. Y esta serie de establecimientos dan cuenta de ello; eso sí, es importante escoger bien el momento (o ir sin prisa) porque es tal su éxito que en horas punta puede resultar complicado hacerse con un rinconcito para estar a gusto.

Pues también son direcciones localizadas en ciudades que en estos meses reciben a miles de visitantes, con lo que a sus parroquianos habituales se añaden muchos de ellos. Pero es verdad que la espera vale la pena en cualquiera de ellos, porque una vez tomamos posiciones en su barra el disfrute está asegurado. 

Casa Balbino. Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)

Vecino destacado de la plaza del Ayuntamiento sanluqueño (Plaza del Cabildo, 14), Balbino es punto de referencia y visita obligada en este municipio gaditano. Famosísimo por sus tortillitas de camarones pero en general por lo rico que está todo en esta casa: fritura en su punto exacto, mariscos, patatas rellenas, pescados… El expositor de productos ya avanza la calidad que manejan en esta casa; un escaparate que resulta un espectáculo. Luego, además, el servicio es de lo más eficaz y simpático, que todo suma. Por tanto una taberna recomendable y parada imprescindible. Llegar un poquito antes de la hora de la comida y abrir boca con un vino de Jerez es buena decisión para hacerse con sitio y empezar a disfrutar. 

Expositor de Casa Balbino.

Bar Mugi. Bilbao (Vizcaya)

Con una fiel clientela de toda la vida se trata de una de las tascas de referencia para los bilbaínos, situada en Licenciado Poza, 55. Principalmente su oferta diaria se debate entre vinos (¡manejan una súper bodega!) y brasas. En la barra el repertorio de pinchos es infinito, con calidad y para gustos variopintos, pero si no tienen algo que te gusta te lo elaboran al momento. A priori la propuesta culinaria es extraordinaria: ibéricos cortados a cuchillo en directo, cuando se demandan, mariscos, huevos de caserío, verduras frescas, foie… Muy acertada elección para después de visitar el Guggenheim y pasear por la ribera del Nervión.

Cortado de jamón en el bar Mugi de Bilbao.

Taberna O Gato Negro. Santiago de Compostela (La Coruña)

Localizado en una de las calles con más solera de la capital compostelana O Gato Negro (Rúa da Raíña, 17) es un histórico de Santiago, con casi cien años abierto en la ciudad, e imprescindible si no se conoce. Se cuenta entre los ‘básicos’ de los compostelanos y lugar que puede pasar desapercibido hasta que lo visitas por primera vez. Sencillo, con una decoración reducida a pequeños cuadros y recortes de prensa, una barra, suelos que conserva de sus inicios, y recoleto espacio que se extiende hasta la calle con unas poquitas mesas por eso de atender a más clientes. Porque no da abasto entre oriundos y las muchas visitas de turistas que se dejan caer por esta casa cada día. Y es que es muy apetecible para comer y muy encantador como lugar. Entre sus tentaciones: marisco de primera calidad, empanada casera, pescado frito… 

Plato de percebes en O gato negro.

La Nueva Zamorana. Gijón (Asturias)

Dentro de la oferta existente en la ciudad de Gijón esta casa (Avda. Hermanos Felgueroso, 38-40) es de las emblemáticas, famosísima por el excepcional marisco y pescado que trabajan aparte de las carnes, de su propia ganadería. En esta dirección confluyen tres conceptos, marisquería, restaurante y sidrería… si bien presumen de contar con una de las más extensas bodegas de Asturias. Con esta carta de presentación la hora del aperitivo es buen momento de arranque para instalarse en su barra y después dejarse llevar por la estupenda cocina de producto que proponen. 

Entrada de La Nueva Zamorana

Casa Montaña. Valencia

En Valencia es una de las direcciones recomendables para quien gusta del buen comer y buen beber. Se localiza en el popular barrio del Cabañal (Canyameral), en la calle José Benlliure, 69, a pocos metros de la playa, y es una casa con solera y larga historia pues abrió las puertas por primera vez en el año 1836. Para tapear con enjundia, un repertorio popular de calidad incuestionable donde incluye ricas croquetas, clochinas (mejillones), revueltos, anchoas inolvidables, ostras, selección de chacinas y quesos, buenas conservas… Una propuesta infinita para la que tienen también una estupenda bodega. 

Un cocinero de Casa Montaña.

Taberna Casa Manteca. Cádiz

Un obligado por lo que representa y el ambiente que siempre tiene. Referente en la ciudad de Cádiz, data de 1953 y es mucha la historia que empapela y decora sus paredes, además de la barra. Casa Manteca (Corralón de los Carros, 66) es punto de encuentro de propios y extraños, pero es en el perfil de su variada parroquia donde radica mucho de su atractivo: flamencos, artistas, aristócratas… A pesar de su pequeño tamaño a la gente no le importa tener que apretarse, aunque tienen también una especie de terracita por eso de ‘ampliar’ opciones. En cualquier caso, la clientela espera para tomarse alguna de las conservas que venden, quesos y sus populares salazones en papel de estraza («papelones» como los conocen por allí y el de chicharrones entre los que hay que probar), seña de identidad de «el Manteca».

Las direcciones referidas responden exclusivamente a un criterio profesional y de calidad.

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