Cuatro vinos de Toro que desmitifican la rudeza asociada (desde siempre) a la zona
Hay estructura, potencia, pero también amabilidad porque no es tan bravo como lo pintan, o no sólo tiene bravura
Es la fama que precede a este territorio entre zamorano y vallisoletano desde sus inicios, y una imagen, esa de vinos ‘duros’ que después de más de 35 años (los cumplía el año pasado) la denominación de origen Toro intenta superar. Un reto nada fácil a pesar de que sus vinos han ido cambiando, evolucionando, a la vez que las bodegas, y sus elaboraciones poco tienen que ver con ese Toro que ocupa la memoria colectiva. Rudeza, bravura, grado alcohólico, extracción máxima, cuerpo, rusticidad en el paladar, vinos que se podrían masticar… Es la imagen que los ha identificado y de la que en la zona se intentan deslastrar hace tiempo. ¡Conseguirlo cuesta!
No obstante, la denominación cuenta con bodegas de larga tradición que han hecho mucho por su posicionamiento (Fariña, Frutos Villar, Sobreño, Vega Saúco…) y además con algunos vecinos de gran presencia mediática y reconocido prestigio que son sus firmas top. Ahí están Bodegas San Román, con Mariano García al frente (Bodegas Mauro); Pintia, del grupo Tempus Vega Sicilia; Teso la Monja, de los riojanos hermanos Eguren (Sierra Cantabria), y Bodegas Numanthia.
Entre todos, la renovación se ha puesto en marcha, pensando en los gustos que ahora imperan y por supuesto en el relevo generacional del consumidor. Los tintos toresanos han dejado de ser sólo acompañantes de guisos poderosos y carnes contundentes. A día de hoy hay elaboraciones fáciles de beber, con fluidez y frescura frutal, más amables y por eso ‘accesibles’ (comprensibles) para el gran público. Vinos que sin perder su origen, que bien reflejan, demuestran que otro Toro es posible y además ya existe. En el punto de partida, uvas de tinta de Toro (tempranillo) y abundancia de viña vieja.
Matsu El Pícaro 2022 (9 €)
Es el tinto más joven de Bodegas Matsu (grupo Vintae), procedente de una selección de viñedos muy viejos de tinta de Toro asentados sobre terrenos pobres, fermentado en depósitos de hormigón donde después ha permanecido unos tres meses con sus lías. Muy aromático, vivo, con buena frescura, mucha fruta (roja y frutillos del bosque) y un toque goloso que aporta amabilidad. Un joven muy jugoso que en la casa se acompaña de tres ‘adultos’, El Recio, El Viejo (¡palabras mayores!, el top de la familia y muy rico) y La Jefa, éste un blanco. Los cuatro un homenaje a los viticultores de la tierra a través de la imagen de sus etiquetas.
Vino Primero 2023 (6,85 €)
Uno de los mejores vinos de maceración carbónica (proceso de doble fermentación) del país, ¡sin dudarlo! En el origen, Manuel Fariña, el primer presidente del Consejo Regulador y uno de los hombres más conocidos y respetados del mundo del vino, al que acompaña su hijo, también Manuel y enólogo de la casa. Bodegas Fariña es emblemática en la zona y éste Primero el tinto más madrugador en salir a la calle. Elaborado con tinta de Toro, la presente añada viste una etiqueta que firma la artista Pepa Satué Ripoll pues cambia ese ‘vestido’ anualmente. El motivo, la obra elegida en cada cosecha es la ganadora del concurso nacional de pintura «Primero de Fariña» que la bodega viene celebrando desde hace 18 años. En la botella, un tinto ‘chispeante’ (por esa maceración), fresco, carnoso, jugoso y cargado de fruta. Una referencia siempre recomendable.
Campo Elíseo Cuvée Alegre 2019 (19,50 €)
Campo Elíseo es la bodega de François Lurton que tiene su ‘orilla blanca’ en la vallisoletana Rueda, en concreto en el pueblo de La Seca. Pero en Toro sus instalaciones se asientan a poca distancia de Zamora. Este Cuvée Alegre –el hijo pequeño de la casa– es otro monovarietal de tinta de Toro, de viñas en vaso con una edad media de 40 años trabajadas en ecológico. En cuanto a la elaboración, hizo la fermentación maloláctica en roble francés y después tuvo una crianza de 10 meses en esas mismas barricas. Intenso y expresivo en aromas, con notas de frutillos del bosque, especias, balsámicos, regaliz y recuerdos de nobles maderas. Amplio, sabroso, muy frutal (frutos rojos) y con recorrido en el paso.
Castillo Monte la Reina Cuvée Privée 2019 (19 €)
Creación de la misma bodega que lo bautiza, Monte la Reina, con Carolina Inaraja a la cabeza, la bodeguera más joven de la denominación, a quien acompaña el enólogo José Nuño. Un vino elaborado con las uvas de tinta de Toro que recoge al final de la vendimia, buscando su sobremaduración, y que después ha tenido una crianza de 14 meses entre barricas francesas y del Caúcaso (Rusia). El resultado, un tinto fácil de beber, jugoso, goloso, con mucha fruta roja madura (en nariz y en la boca). A su crianza se deben las notas tostadas, los especiados y los recuerdos de pastelería, además de la amabilidad en boca y el paso sedoso. Un tinto gustoso.
LOS VINOS SELECCIONADOS RESPONDEN EXCLUSIVAMENTE A UN CRITERIO PROFESIONAL Y DE CALIDAD