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Gastronomía

Cinco vinos tintos de mencía que reflejan el 'terroir' del Bierzo

Proceden de la denominación berciana, localizada en suelo leonés, y recogen la singularidad del territorio

Cinco vinos tintos de mencía que reflejan el ‘terroir’ del Bierzo

Paisaje berciano. | CRDO Bierzo

Porque el Bierzo es una de las zonas vinícolas que presume de identidad diferencial dada su orografía y paisaje, ingredientes que determinan el perfil de sus elaboraciones. Pero además es territorio minifundista y con rico patrimonio vitícola gracias a la cantidad de viña vieja que conserva, parte fruto de los trabajos de recuperación emprendido desde algunas bodegas. Se suma a esto que parte de ese viñedo está plantado en pronunciadas pendientes –casi verticales en algunos lugares–, sobre suelos donde abunda la arcilla y la pizarra cuanto más arriba se desplazan, y en un conjunto de valles que miran a los cuatro puntos cardinales, lo que se traduce en diversidad de terroirs bercianos. 

Motivos que han hecho de este un espacio atractivo geográfica y geológicamente por localización y viñedo, dos elementos que desde hace años han llamado la atención de una tanda de profesionales que se han convertido en abanderados del ‘nuevo’ Bierzo

En común, jóvenes enólogos que han entendido el valor de la singularidad de esta zona y la vienen reflejando en sus vinos. Los primeros, Álvaro Palacios y su sobrino Ricardo Pérez, quienes aterrizaron en el Bierzo en 1999 y hoy son dos de los enólogos de referencia junto al autóctono Raúl Pérez, creyente absoluto de lo que podría ofrecer desde lo que la diferencia e identifica. Nombres que fueron motores imprescindibles para la zona y los vinos. A lo que ha seguido la puesta en marcha de iniciativas desde los organismos reguladores a favor de la calidad y en defensa de esa identidad que les es propia, con la tinta mencía como uva autóctona y principal.

Aromática, intensa, mediterránea, con firme tanino y gran frescura, protagonista desde los últimos años de vinos comprensibles para quien sepa lo que es el Bierzo y para quien no tenga ni idea, con carga frutal y uso de la madera en su justa medida para que ganen en amabilidad sin restar frescura ni acidez. Una uva que además, por el carácter rústico que la caracteriza, se lleva muy bien con el tiempo porque gana complejidad y ante todo elegancia. Y he aquí una selección representativa de cinco monovarietales que cumplen con el perfil referido y firman algunos de esos enólogos que han contribuido a posicionar el Bierzo en el lugar que ahora ocupa.

Tebaida 2017

De la bodega familiar Casar de Burbia, situada en el entorno montañoso del municipio de Valtuille de Arrica, con el entusiasta Isidro Fernández al frente, su artífice, cuenta con 26 hectáreas de viña reconvertidas a ecológico con las que elabora sus distintos vinos. Tebaida 2017 (27 euros) es fruto de una selección de pagos con reseñable altitud (los más extremos) de cepas de mencía centenarias sobre un terreno en su mayoría pizarroso. Está fermentado en fudres de madera de gran tamaño y ha tenido una crianza posterior en barricas francesas de distintos volúmenes durante unos 16 meses, tiempo que varía en función de la cosecha. Un tinto corpulento, cargado de frutillos del bosque y aromas de monte bajo, que completa con una boca jugosa, fresca, mineral y un paso largo en el que surgen sensaciones dulces.

Tebaida 2017.

Bembibre 2018

El asturiano Rafael Somontes, hoy máximo responsable de Dominio de Tares, fue otro de los que llegó al Bierzo tras un periplo profesional que lo llevó a elaborar vinos hasta Nueva Zelanda. Pero en 2014 entra en Tares como director técnico y ahora aparte de la parte enológica dirige la bodega. Su filosofía de trabajo, desde el principio, una apuesta por la mínima intervención y vinos con peso de fruta y frescura, en los que la madera –si participa– sea discreta. Bembibre 2018 (27,50 euros) es un buen abanderado de la casa y de la zona, elaborado con uvas que rondan los 80 años, de viñas a 700 metros de altura, y una crianza de 15 meses en barricas francesas. Intenso, con aromas de fruta roja madura, balsámicos, especias y toques minerales. Sabroso, vivo, fresco, afrutado en el paso y con amables recuerdos lácticos en el postgusto.

Vinos de mencía
Bembibre 2018.

Altos de Losada El Cepón 2020  

El enólogo de Losada Vinos de Finca es Amancio Fernández, de la misma generación que Raúl Pérez, quien regresó a su tierra natal tras elaborar en Ribera del Duero y trabajó primero en Dominio de Tares aunque al poco tiempo formaría parte de la fundación de Losada en el pueblo leonés de Cacabelos. Un proyecto en el que desde el principio se apostó por la mencía al tiempo que decidirían obviar cualquier variedad foránea.

Altos de Losada El Cepón 2020 (39 euros) está en la gama top de la casa. Procede de unas parcelas de viña vieja ubicadas en el paraje de El Cepón, de ahí el nombre, y ha permanecido 13 meses en fudres previa fermentación en barrica. Un tinto expresivo, elegante, muy varietal, con destacadas notas de frutos del bosque, florales, caramelo y especias dulces. Boca voluminosa, jugosa, untuosa, con frescura frutal, taninos pulidos y largo recorrido.

Altos de Losada El Cepón 2020.

Pittacum Aurea 2018

El interés y por ende aterrizaje de grandes grupos bodegueros en el Bierzo también ha contribuido a su posicionamiento, además de certificar el buen momento que disfruta el territorio. Viñedos y Bodegas Pittacum data de 1999 y en la actualidad es propiedad del grupo gallego Terras Gauda. En su caso, es Alfredo Marqués quien hace los vinos, otro buen elaborador y un gran conocedor de sus viñedos, parajes y territorios que conforman esta denominación.

El Pittacum Aurea 2018 (29,50 €) es una de sus elaboraciones más especiales, de viñas centenarias en vaso –plantadas entre 1902 y 1905–, a 700 metros sobre el nivel del mar, y del que salen tan sólo 5.000 botellas. Tiene una crianza de 14 meses en roble francesas y el resultado es un vino equilibrado, elegante, aromático y profundo. Muestra aromas de frutillos rojos, fruta en confitura, caramelo de café, notas tostadas y fondo mineral. Sabroso, con buena acidez, amable y con longitud final.

Pittacum Aurea 2018.

Paixar 2021

Para terminar el tinto más top de Bodegas y Viñedos Luna Beberide, también vecinos de Cacabelos y con Alejandro Luna a la cabeza, si bien los orígenes de Paixar se deben al trabajo en equipo con Mariano García (creador inicial de los vinos de Vega Sicilia y al frente de Bodegas Mauro junto a sus hijos) y su hijo Eduardo, aunque ya no participan, y que nacía con la intención de recuperar las viñas más viejas. Paixar 2021 (32 euros) se elabora con esas uvas de mencía, plantadas entre 700 y mil metros de altura, en laderas de pizarra, y ha tenido una crianza de un año en roble francés. Un vino complejo, balsámico, con claras notas minerales, aromas de fruta negra, especias, monte bajo. En boca es corpulento, sabroso, con una equilibrada frescura ácida, presencia frutal y gran persistencia.

Vinos del Bierzo
Paixar 2021.

Los vinos seleccionados responden exclusivamente a un criterio profesional y de calidad.

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