Este es el secreto de la receta de «las tontas y las listas», las rosquillas típicas de San Isidro
Cada año, la pradera se llena de chulapos y turistas que toman este dulce tradicional
Cada año, en Madrid, las calles se llenan de alegría, música y aroma a rosquillas. Es el momento de celebrar las fiestas en honor a San Isidro Labrador, patrón de la ciudad. Entre los dulces más emblemáticos que se toman durante estas fiestas como los típicos barquillos, se encuentran las famosas rosquillas tontas y listas, un manjar que cada año deleita los paladares de madrileños y turistas.
El origen de las rosquillas tontas y listas se remonta a tiempos antiguos, cuando los pastores y campesinos elaboraban dulces sencillos con ingredientes básicos disponibles en sus hogares. La asociación de este dulce con las fiestas de San Isidro se debe a la tradición de llevar alimentos a la pradera donde se celebra la festividad, y las rosquillas se convirtieron rápidamente en el símbolo culinario de estas celebraciones.
Materias primas
Las rosquillas tontas y listas comparten una base común de ingredientes, pero se distinguen por pequeñas variaciones que les otorgan su carácter único. Los materias primas necesarias para hacer unas buenas rosquillas caseras son: la harina de trigo, los huevos, el azúcar, el aceite de oliva y el anís.
La harina el componente principal que proporciona la estructura y la textura característica a las rosquillas. Se utiliza harina de trigo común, aunque en algunas recetas se añade una pequeña proporción de harina de almendra para aportar un sabor más rico. Los huevos son esenciales para ligar los ingredientes y dar esponjosidad a la masa. La cantidad de huevos puede variar según la receta, pero generalmente se utilizan varios para obtener una consistencia adecuada.
Tanto en las rosquillas tontas como en las listas, el azúcar es un ingrediente clave para proporcionar dulzor. En las rosquillas tontas, se suele añadir azúcar a la masa, mientras que en las listas, se utiliza para decorarlas después de la cocción. El aceite de oliva es el elemento graso utilizado en la receta. Es preferible utilizar aceite de oliva virgen extra para freírlas por su sabor característico, que añade un toque distintivo a las rosquillas. Por último el anís, que se utiliza tanto en las rosquillas tontas como en las listas para aromatizar la masa. Aporta un sabor único y un el aroma intenso, símbolos de estas rosquillas.
Receta
La preparación de las rosquillas tontas y listas es un proceso relativamente sencillo, pero requiere precisión y dedicación para lograr el resultado deseado. Para comenzar hay que mezclar los ingredientes. Por eso, en un bol grande, se baten la harina, el azúcar, los huevos y el anís hasta obtener una masa homogénea y suave.
A continuación, hay que dar forma a nuestras rosquillas. Para ello, cuando la masa haya adquirido la textura adecuada, se hacen pequeñas bolas que se aplanan ligeramente con las manos para darles la forma característica de rosquilla. Para las rosquillas listas, se espolvorean con azúcar antes de hornearlas.
Después, llega el momento de freír u hornear las tontas y listas. Tradicionalmente, las rosquillas se freían en aceite caliente hasta que adquirían un color dorado y una textura crujiente por fuera y esponjosa por dentro. Sin embargo, también es posible hornearlas para reducir el contenido graso sin sacrificar su sabor. Por último, hay que decorar las rosquillas listas, que se rebozan en azúcar para darles un aspecto brillante y un toque extra de dulzor.
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