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Gastronomía

Un «te quiero mamá» de la manera más dulce

Siete estupendas pastelerías para hacer del Día de la Madre una jornada inolvidablemente golosa a esa persona que tanto queremos

La central de postres.

Para celebrar junto a ella o regalarle en su día un momento dulce. Con el motivo que sea pero de cara a este próximo domingo, 5 de mayo, Día de la Madre, traemos a esta sección algunas de las mejores pastelerías, entre las muchas existentes, reconocidas por su oferta y calidad de la misma. Con la mejor de las famas, algunas con historia y larga tradición, especialidad incluida, otras casi recién llegadas pero con el beneplácito de la crítica desde sus inicios, y las hay con la creatividad como aspecto principal que define su trabajo. Siete pastelerías en siete localidades españolas en las que todo se hace artesanalmente; tiendas con las que no se falla, donde se cuida hasta el más mínimo de detalle, además de incorporar, la mayoría, la posibilidad de comprar sus productos on line (a través de sus páginas webs) para regalarlos en diversos puntos del país. Hechas las presentaciones aquí hay tartas, bombones, pastas, galletas, trufas, pasteles rusos, bollería fina… ¡hasta desayunos! Todo un repertorio de lo más tentador para regalarle a una madre, la tuya, el día más dulce. 

Monroebakes

(Av. de La Paz, 21, Local 1. Getafe, Madrid)

Lleva tan sólo tres años abierta pero ha recibido todos los parabienes de la crítica y la atención de los medios de comunicación. Una tienda-obrador en el sur de la capital madrileña, en el municipio de Getafe, que es el proyecto personal de Noelia Tomoshige, su creadora. Una joven de origen japonés, profesional del mundo del retail de lujo (carrera que abandonó) que comenzó a interesarse por la pastelería en el año 2019 en su país natal para luego diplomarse en Le Cordon Bleu Madrid. Un punto de inflexión en su vida personal y profesional y hoy, después de abrir su negocio en septiembre de 2021, una pastelera que cuenta con todo el respeto y reconocimiento por el trabajo que realiza en su obrador: dulces bajos en azúcar, de inspiración japonesa, a los que aplica técnicas francesas y muestran una clara influencia de la tradición española. Una combinación que no para de sumar aficionados y aplausos. Sus creaciones son de producción limitada, las que permite el obrador, y ya tiene algunas elaboraciones destacadas como la mille crepe, la cheesecake japonesa o los entremets franceses. 

Monroebakes.

Pastelería Hofmann

(Flassaders, 44. Barcelona)

En la Ciudad Condal son bastantes las pastelerías de referencia al igual que los profesionales que hay detrás de ellas. Oriol Balaguer es uno de esos reposteros destacados e influyentes, del que hablaremos más adelante por su local en Madrid, y otra es Mey Hofmann creadora de la pastelería que lleva su nombre hace 16 años. Un espacio donde además hay escuela y restaurante, y una propuesta en la que combinan tradición y vanguardia dando también resultado a creaciones propias y por eso únicas. La bollería se cuenta entre sus especialidades, y el cruasán es uno de sus destacados que incluyen entre los elementos que conforman sus «desayunos y meriendas gourmet a domicilio», una opción para la que tienen diseñados seis packs aunque existe la posibilidad de que el cliente decida lo que quiere incorporar. 

Pastelería Hofmann.

Confitería La Campana

(Calle Sierpes 1-3. Sevilla)

Desde la capital sevillana esta casa es toda una institución abierta desde 1885 en el casco antiguo de la ciudad, con un escucho en la fachada que los identifica como «proveedor de la Real Casa». Un histórico establecimiento que mantiene todavía la imagen de su fundación y sigue fiel a los que desde siempre han sido sus dulces más tradicionales: tortas de polvorón, lenguas de almendra, yemas sevillanas o merengues entre otros clásicos de La Campana. Porque también hacen chocolates, tartas y, por supuesto, artículos de temporada. Para muchos es la pastelería-confitería más importante de Sevilla tanto por servicio como por envidiable localización, al final de la calle Sierpes, junto a la Plaza del Duque. Como curiosidad, contar que su nombre se debe a que antes en ese mismo lugar había un parque de bomberos en el que la campana sonaba en numerosas ocasiones, lo que inspiró al fundador de la pastelería a la hora de escoger el nombre. 

Confitería La Campana.

Ascaso

(Calle del Coso Alto, 9. Huesca)

Parada obligada en Huesca para quien sea un incondicional de la cosa dulce y de donde uno no se puede marchar sin probar el pastel ruso, marca de la casa pues es la elaboración que los ha hecho famosos. Ascaso se fundó en 1890, una pastelería familiar que se cuenta entre los referentes de la repostería en España. Sus comienzos fueron la panadería que abrió Manuel Ascaso Laliena y fue en 1960 cuando toma las riendas su nieto, Vicente Ascaso Martínez junto a su esposa, Lourdes Sarvié, que la pastelería se trasladó a la dirección que hoy ocupa, modernizó las instalaciones y amplió el equipo. Una década después Ascaso se convirtió en el referente que hoy es gracias al pastel ruso del que siguen manteniendo el secreto de la receta (avellana, clara de huevo, espuma de praliné y el «toque » de la casa entre dos láminas de bizcocho). El maestro pastelero de la casa fue uno de sus hijos hasta su fallecimiento, pero son sus hermanas, miembros de la cuarta generación, quienes ahora están al frente del negocio y gestionan cuatro tiendas físicas (Huesca, Zaragoza y Madrid).

Ascaso.

Oriol Balaguer

(José Ortega y Gasset, 44. Madrid)

Como antes se apuntaba, de origen catalán las creaciones de Oriol Balaguer llevan 16 años en el barrio de Salamanca de Madrid conquistando a exquisitos paladares desde una imparable creatividad. Una dirección a la que acompaña, desde 2015, la mítica pastelería madrileña La Duquesita (Fernando VI, 2), de la que se hizo cargo cuando ésta cerró con el objetivo de mantener la repostería tradicional y clásica (tartas, ponche, milhojas, bollería…) de un emblemático establecimiento en la capital. Un lugar y una oferta con la que complementa el repertorio contemporáneo que es la propuesta de Ortega y Gasset y donde son emblemáticos sus bombones de rellenos inverosímiles, porque Balaguer es un maestro chocolatero de primerísimo orden como acreditan todos los reconocimientos de los que disfruta. Técnica, innovación y equilibrio en todas sus creaciones, un auténtico inventor de dulces placeres.

Oriol Balaguer.

Arrese

(Gran Vía, 24. Bilbao)

Volvemos a otra casa con historia que abría su primera dirección en 1852 y ahora cuenta con varias tiendas en Bilbao y una en Getxo. Entre sus tentaciones más famosas, las delicadas trufas que elaboran, cremosas, con chocolate de calidad excelsa y que se han convertido en buque insignia de Arrese. Pero hay más: bombones, pastas, pasteles, chocolates, tartas, bizcochos, palmeras de chocolate… Porque éstas son otro de sus productos estrella que también han contribuido con el paso de los años a la popularidad de esta pastelería. Tras el mostrador de mármol de Carrara que este comercio mantiene inalterable desde su apertura (fue el tercer local que abrían, en el año 1923), se mantienen descendientes-la cuarta generación- de sus primeros fundadores, el matrimonio formado por Ildefonso Arrese y Catalina Begoña. 

Arrese.

La central de postres

(Poble Nou de la Mar 11, Valencia)

Es el proyecto personal más dulce de la argentina, Carolina Lourenço, conocida como Carito, junto a su pareja Germán Carrizo, también cocinero. Primero abrieron el restaurante Fierro en Valencia, donde se convirtió en la primera mujer argentina en ganar una estrella Michelin, y ahora además tienen Doña Petrona (segundo establecimiento) y La Central de Postres con pastelería para el consumidor final pero donde sirven además para otros restaurantes. Porque Carito es sobre todo repostera y en esta dirección disfruta elaborando dulces para todos los gustos a partir de una materia prima seleccionada. Tartas, trufas, macarons, alfajores, postres… que se mueven entre una propuesta bien reconocible y los sabores más actuales. 

La central de postres.

Las direcciones referidas responden exclusivamente a un criterio profesional y de calidad