Esta es la tarta de manzana sueca que no tiene nada que envidiar a la española
Esponjosa, suave y tierna, esta receta de la abuela compite con la típica de hojaldre
La tarta de manzana es uno de esos postres clásicos que gozan de una popularidad universal, adaptándose y transformándose en diferentes versiones según la cultura y las tradiciones culinarias de cada región. La tarta de manzana sueca no tiene nada que envidiar a la española. Ambas versiones tienen su propio encanto y sabor distintivo, y cada una puede satisfacer el antojo de algo dulce de manera diferente.
La tarta de manzana sueca, conocida como Äppelkaka, es un postre tradicional que se caracteriza por su sencillez y por el sabor natural de las manzanas. A diferencia de la tarta de manzana española, que a menudo se cubre con una capa de gelatina brillante y se sirve con una base de hojaldre, la versión sueca presenta una textura más rústica y una preparación más rápida.
La simplicidad y rapidez de la preparación de la tarta sueca, junto con su deliciosa combinación de sabores, la convierten en una opción perfecta para quienes buscan un postre casero y reconfortante. Así que la próxima vez que te apetezca una tarta de manzana, anímate a probar esta receta sueca y descubre por ti mismo por qué es tan querida en su país de origen.
Receta
Los ingredientes para una tarta de manzana sueca son comunes y fáciles de encontrar, lo que la hace accesible para cualquier amante de la repostería. Aquí tienes una lista básica de lo que necesitas: manzanas (preferiblemente de textura arenosa como la reineta o la golden), huevos, azúcar, harina, mantequilla, leche o nata, canela y azúcar avainillado.
La preparación de esta tarta no requiere habilidades culinarias avanzadas, lo cual es parte de su encanto. La receta comienza con las manzanas, que se pelan, se descorazonan y se cortan en láminas finas. Estas láminas se mezclan con un poco de canela y azúcar para resaltar su sabor. La base de la tarta se prepara mezclando los huevos con azúcar hasta obtener una masa esponjosa y blanquecina. A esta mezcla se le añade la harina y la mantequilla derretida, creando una masa que será la encargada de sostener las manzanas. Esta masa se vierte en un molde engrasado, y sobre ella se disponen las láminas de manzana de forma ordenada, creando una capa uniforme.
Una vez montada, la tarta se hornea a una temperatura moderada hasta que las manzanas estén tiernas y la masa haya tomado un tono dorado. Durante el horneado, los trocitos de manzana se derriten y se funden mezclándose con la masa, creando una textura húmeda y sabrosa que es el sello distintivo de este postre. Una vez que la tarta se haya enfriado, coloca en la parte de arriba tiras de manzana cruda y prepara un glaseado con azúcar, mantequilla, canela y zumo de limón para pintar la superficie de tarta con el mismo.
Sabor y textura
La tarta de manzana sueca se distingue por su textura suave y su sabor delicado. La mezcla de las manzanas ligeramente ácidas con la masa dulce y esponjosa crea un equilibrio perfecto que se derrite en la boca. A diferencia de la versión española, donde la gelatina y la capa de hojaldre pueden añadir una complejidad extra a la receta, la tarta sueca apuesta por la simplicidad, permitiendo que los ingredientes básicos brillen por sí solos.
Además, el toque de la canela y el azúcar avainillado proporciona un toque aromático que marida perfectamente con el sabor de las manzanas, haciendo de cada bocado una experiencia suprema para el paladar. Una de las grandes ventajas de la tarta de manzana sueca es su versatilidad. Se puede disfrutar tanto caliente como fría, y es perfecta para acompañar con una bola de helado de vainilla o una cucharada de nata montada. Además, su preparación simple la hace ideal para cualquier ocasión, ya sea una merienda informal o una cena especial.
Tarta sueca vs tarta española
La tarta de manzana española es famosa por su elegancia y presentación. A menudo se elabora con una base de hojaldre crujiente y una capa superior de gelatina que le da un brillo atractivo y un sabor dulce extra. Las manzanas suelen cortarse en láminas finas y se disponen de forma artística sobre la base de hojaldre, creando un postre visualmente impresionante y muy apetecible.
Por otro lado, la tarta de manzana sueca se presenta de una manera más rústica y menos sofisticada, pero no por ello menos está menos rica. La ausencia de gelatina y la base de masa en lugar de hojaldre hacen que esta versión sea más sencilla y rápida de preparar, sin sacrificar su sabor ni textura.