Orejas de Carnaval: la receta tradicional que mi abuela prepara cada año
Aunque es recomendable consumirlas recién hechas puedes conservarlas en un recipiente hermético un par de días

Un plato con orejas de Carnaval. | (Canva)
Los carnavales son una época alegre en la que todos jugamos con las apariencias gracias a los disfraces, las máscaras, los antifaces y los desfiles. Estas fiestas tienen su propio dulce, popularmente conocido como orejas de Carnaval por la original forma que adopta una vez frito. Este postre crujiente y delicado, ha sido transmitido de generación en generación, convirtiéndose en un símbolo gastronómico de estas fechas.
Esta receta es un símbolo de la celebración gallega del Entroido, donde la abundancia y el disfrute de la comida marcaban el inicio de la temporada festiva antes de la privación de alimentos que traía consigo la Cuaresma. Como se trata de un postre muy sencillo, podrás disfrutarlo en cualquier momento.

Un dulce tradicional en las casas gallegas
Las orejas de Carnaval tienen sus raíces en la cocina gallega, donde se preparan durante el Entroido o Carnaval. Su nombre se debe a su forma, que recuerda al perfil de una oreja de cerdo. Tradicionalmente, este dulce se elaboraba en las casas gallegas como parte de las celebraciones que preceden a la Cuaresma.
Una época caracterizada por la abundancia culinaria antes del periodo de ayuno y abstinencia de la Semana Santa. La receta ha perdurado en el tiempo, caracterizándose por su masa frita, fina y crujiente, aromatizada con anís y cítricos.

Receta de las Orejas de Carnaval
Ingredientes
- 500 gramos de harina
- 100 gramos de mantequilla
- dos huevos
- 100 mililitros de leche
- 50 mililitros de anís
- un limón (ralladura)
- una pizca de sal
- abundante aceite de girasol
- azúcar glas (para decorar)
Elaboración paso a paso
- Preparación de la masa.
- Mezclar la harina. la sal y la ralladura de limón.
- Añadir la mantequilla derretida.
- Incorporar los huevos, la leche y el anís.
- Amasar.
- Dejar reposar la masa durante una hora.
- Dividir en pequeñas porciones.
- Estirar cada porción con un rodillo.
- Aromatizar el aceite con cáscara de limón y anís.
- Freír las orejas de Carnaval.
- Escurrir el exceso de aceite.
Para preparar la masa, es importante utilizar un bol grande. Así podrás mezclar la harina con la sal y la ralladura de limón. A continuación, añade la mantequilla derretida y trabaja la mezcla con las manos hasta obtener una textura arenosa. Después, incorpora los huevos, la leche y el anís, y vuelve a amasar hasta conseguir una masa homogénea y elástica. Si la masa queda pegajosa, puedes añadir un poco más de harina. Por el contrario, si está demasiado seca, agrega un poco más de leche.
Si quieres que las orejas de Carnaval tengan la textura adecuada, cubre la masa con un paño limpio y déjala reposar durante aproximadamente una hora en un lugar fresco. Tras este tiempo de reposo, será mucho más fácil estirarla. Una vez que la masa esté lista, haz porciones pequeñas. Y con la ayuda de un rodillo, estira cada porción sobre una superficie ligeramente enharinada hasta obtener una lámina muy fina. Cuanto más fina sea la masa, más crujientes resultarán las orejas.
No te preocupes por la forma; las orejas de Carnaval suelen tener formas irregulares, lo que les da su carácter artesanal. Para freírlas, es mejor que primero aromatices el aceite con cáscara de limón o una estrella de anís. Cuando frías las orejas, hazlo una a una, asegurándote de que queden doradas por ambos lados. Una vez fritas, coloca las orejas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Y para terminar, espolvoréalas generosamente con azúcar glas.
Los trucos de la abuela
Además de la ralladura de limón, puedes experimentar con ralladura de naranja o un toque de canela en la masa para variar el aroma y el sabor de las orejas. El secreto para unas orejas crujientes reside en estirar la masa lo más fina posible. Así que, si dispones de una máquina para hacer pasta, puedes utilizarla para obtener láminas uniformes y delgadas.
Utiliza un aceite de sabor neutro, como el de girasol o un aceite de oliva suave, para que no domine el sabor del dulce. Y mantén el aceite a una temperatura media-alta; si está demasiado caliente, las orejas se dorarán demasiado rápido sin quedar crujientes, y si está demasiado frío, absorberán demasiado aceite.
El ingrediente clave
Aunque las orejas de Carnaval hay que consumirlas recién hechas, puedes conservarlas en un recipiente hermético durante un par de días. Si pierden su textura crujiente, puedes calentarlas ligeramente en el horno antes de servir. Algunas recetas tradicionales incluyen un chorrito de licor de anís en la masa para potenciar su sabor. Si prefieres una versión sin alcohol, puedes sustituir el licor por esencia de anís o simplemente omitir este ingrediente.
Preparar orejas de Carnaval es una manera deliciosa de mantener viva una tradición que ha pasado de abuelas a nietos, llenando los hogares de aromas y sabores inigualables durante estas festividades. ¡Anímate a elaborarlas y disfruta de este pedacito de historia gastronómica en tu mesa!