Mi padre es cocinero y así responde a la eterna duda: ¿va primero el ajo o la cebolla?
En la cocina cada pequeño detalle marca una gran diferencia en el resultado final de cualquier receta casera

Sofrito de cebolla. | (Canva)
Mi padre, cocinero de profesión y de vocación, nos enseñó que los grandes platos no nacen de recetas complicadas, sino de pequeños detalles que marcan la diferencia. Uno de esos detalles, aparentemente insignificante pero crucial, es el orden en el que se añaden los ingredientes al sofrito.
Esta pregunta, que podría parecer trivial, ha generado un gran debate en la cocina. Sin embargo, mi padre siempre ha sido categórico al respecto: «Primero la cebolla, luego el ajo». Y no lo dice por capricho, sino por una razón técnica que ha sido respaldada por chefs de renombre y expertos culinarios.

El truco: cebolla primero, ajo después
La clave para un sofrito perfecto radica en comprender las propiedades de cada ingrediente. La cebolla contiene un alto porcentaje de agua, lo que significa que necesita más tiempo para cocinarse adecuadamente. Al añadirla primero, permitimos que se ablande y libere sus azúcares naturales, aportándole un sabor dulce y profundo.
El ajo, por otro lado, tiene menos agua y más aceites esenciales. Si se añade al principio, corre el riesgo de quemarse rápidamente, lo que puede dar un sabor amargo al plato. Por eso, mi padre siempre espera a que la cebolla esté bien pochada antes de incorporar el ajo, asegurándose de que ambos ingredientes aporten lo mejor de sí al sofrito.
¿Por qué se pone primero la cebolla?
La cebolla actúa como una base que permite que otros ingredientes se cocinen de manera uniforme. Al cocinarla primero, se crea un entorno húmedo que evita que el ajo se queme al añadirlo posteriormente. Además, la cebolla caramelizada aporta una riqueza de sabor que es fundamental en muchos platos tradicionales.
Y es que, como todos sabemos el secreto está en la paciencia y dejar que el ajo perfume sin quemarse, para que la cebolla suelte sus azúcares, pierda su acidez y concentre su sabor.
Además, estudios realizados por la Universidad de Barcelona han demostrado que el sofrito, al cocinarse lentamente en aceite de oliva virgen extra, libera compuestos beneficiosos para la salud, como los carotenoides y compuestos fenólicos . Estos compuestos se absorben mejor cuando se cocina adecuadamente, lo que refuerza la importancia de seguir el orden correcto al preparar el sofrito.
En definitiva, el orden en el que se añaden los ingredientes al sofrito no es una cuestión menor. Poner primero la cebolla y luego el ajo no solo mejora el sabor del plato, sino que también contribuye a una cocción más saludable. Mi padre siempre dice que la cocina es un acto de amor y paciencia, y este pequeño detalle es una muestra de ello. Así que la próxima vez que te pongas el delantal, recuerda: primero la cebolla, luego el ajo.