Anne Igartiburu (56 años): «Estos aperitivos nunca faltan en mi mesa y triunfan siempre»
Para la presentadora, la cocina no es solo una necesidad cotidiana, sino una forma de conectar con los suyos y con ella misma

Anne Igartiburu | Redes sociales
A sus 56 años, Anne Igartiburu sigue siendo uno de los rostros más reconocidos y queridos de la televisión española. Aunque su imagen ha estado históricamente ligada a las campanadas de Nochevieja en TVE, en la actualidad la presentadora brilla cada fin de semana al frente del programa D Corazón, donde repasa la actualidad del mundo del espectáculo junto a Jordi González. Más allá de su faceta profesional, Anne cultiva una vida personal marcada por el bienestar, la alimentación consciente y una pasión por la cocina que la convierte en una excelente anfitriona cuando llega el momento de abrir las puertas de su casa. «Estos aperitivos nunca faltan en mi mesa y triunfan siempre», asegura con la naturalidad que la caracteriza. Y es que, para ella, compartir una buena comida es mucho más que un gesto social: es una forma de cuidar, de disfrutar y de celebrar los pequeños placeres de la vida.
Aperitivo estrella: blinis con salmón ahumado
En una entrevista concedida a Women’s Health, la periodista confesaba que le encanta comer, pero que cuida mucho lo que ingiere. Defensora de la cocina saludable, asegura que basa gran parte de su dieta en verduras y hortalizas cultivadas por ella misma. «Tengo mi propio huerto y lo cuido personalmente. Me gusta saber de dónde vienen los productos que consumo», explicaba, subrayando su apuesta por una vida en conexión con la naturaleza y lejos de los ultraprocesados.

Esta filosofía de vida no solo se refleja en sus hábitos alimenticios, también en la forma en la que recibe a sus invitados. En declaraciones recogidas por Cadena Dial, Igartiburu explicaba que, cuando organiza una comida o cena en casa, le gusta cuidar hasta el más mínimo detalle. «En mi mesa no puede faltar un buen vino y un amplio surtido de aperitivos y productos que aporten ese toque gourmet a los platos, completando los menús que preparo con tanto cariño», aseguraba.
Entre esos aperitivos, hay uno que se ha convertido en su emblema personal: los blinis con salmón ahumado, un bocado sofisticado que puede servirse tanto en una celebración navideña como en un picoteo informal de verano. Anne los presenta con una base de blinis caseros, sobre los que coloca crema de bacalao, trocitos de salmón y, como toque final, unas huevas de caviar. El resultado es tan elegante como sabroso. Para quienes deseen replicar su receta, la elaboración de los blinis es sencilla y agradecida: solo se necesitan harina, leche, huevos, levadura y un toque de aceite de oliva. El secreto está en dejar reposar bien la masa y cocinarlos a fuego suave para lograr una textura esponjosa. Una vez fríos, se rellenan y se presentan con creatividad, dando rienda suelta a la imaginación.
Otras versiones para sorprender en la mesa
El éxito de los blinis reside en su versatilidad. Más allá del salmón, se pueden preparar con queso brie y manzana caramelizada, con mousse de anchoa y gelatina de pimiento, o con ensaladas frescas como la de cangrejo y bonito. También hay quien opta por ingredientes más mediterráneos, como tomates secos, crema de queso y albahaca, o incluso versiones con atún marinado y cebolla crujiente. Todo depende del perfil de los invitados y del estilo del evento.
No es casual que Anne se sienta tan cómoda entre fogones. Nacida en Elorrio (Vizcaya), su vínculo con la gastronomía forma parte de su identidad. Como recordaba Julio González, exchef de La Moncloa, en una entrevista sobre las costumbres culinarias de los políticos, «el marmitako de bonito era uno de los platos favoritos de Felipe González», una receta muy presente en la cocina vasca. Igartiburu, que ha sabido combinar tradición y vanguardia, reconoce que disfruta especialmente con los platos sencillos, pero llenos de sabor, aquellos que permiten compartir, conversar y disfrutar sin prisas.