Garbanzos viudos: un potaje sin carne de toda la vida con un origen religioso
Este plato como muchos guisos mejora al día siguiente cuando los sabores se asientan y el caldo adquiere más cuerpo

Garbanzos viudos. | Canva
Los garbanzos viudos es uno de esos platos humildes que resumen a la perfección la esencia de la cocina tradicional española: sencillez, aprovechamiento y sabor. A pesar de no llevar carne, tienen mucho sabor gracias al sofrito, las verduras y las especias.
En la actualidad, los garbanzos viudos han recuperado protagonismo como plato saludable, económico y sostenible. En un momento en el que las dietas basadas en vegetales ganan terreno, este guiso tradicional se presenta como una alternativa ideal.

Garbanzos viudos
Ingredientes
- 400 gramos de garbanzos secos
- una cebolla
- dos dientes de ajo
- una zanahoria
- un tomate
- una hoja de laurel
- un pimiento verde o rojo
- una cucharadita de pimentón dulce
- aceite
- sal
- agua
- caldo vegetal
- comino
- hierbas aromáticas
Elaboración paso a paso
- Si se usan garbanzos secos, deben ponerse en remojo la noche anterior, cubiertos con agua templada y una pizca de sal.
- En una cazuela amplia, se calienta un buen chorro de aceite de oliva. Se añade la cebolla y los ajo y, cuando empiecen a dorarse, se incorpora la zanahoria y el pimiento.
- Cuando el sofrito esté listo, se aparta un momento del fuego para añadir el pimentón, evitando que se queme. Acto seguido, se añade el tomate y se deja cocinar unos minutos hasta que adquiera una textura espesa.
- Se incorporan los garbanzos escurridos y se cubren con agua o caldo vegetal caliente. Se añade la hoja de laurel y una pizca de comino o tomillo. Se deja cocer durante una hora y media si los garbanzos son secos.
El origen de los garbanzos viudos
El origen de los garbanzos viudos está íntimamente ligado a las tradiciones religiosas de la Península Ibérica. Especialmente a la Cuaresma y los días de vigilia. Durante estos períodos, el consumo de carne estaba prohibido por la Iglesia católica, lo que llevó a las familias a adaptar sus recetas. Así surgió este potaje viudo, es decir, despojado de su acompañante habitual, la carne o el embutido.
Además, su bajo coste y su disponibilidad durante todo el año los convertían en el sustento perfecto para las clases más humildes. Con el paso del tiempo, esta receta se transmitió de generación en generación, manteniendo su esencia aunque variando los acompañamientos según la zona.
¿Por qué se llaman así?
El término viudos hace referencia a la ausencia de carne o embutidos en el guiso. En la gastronomía tradicional española, se suele decir que un plato es viudo”cuando le falta alguno de sus ingredientes más sustanciosos o caros, especialmente los de origen animal.
Nacidos de la necesidad y del respeto a las normas religiosas, se han convertido con el tiempo en un plato de identidad cultural, típico del recetario español tradicional.
