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Juana Rivas entrega a sus hijos a la Guardia Civil

Juana Rivas ha entregado a sus dos hijos, de 3 y 11 años, a la Guardia Civil, horas antes de que se acabara el plazo establecido por el juzgado, informan varios medios de comunicación. La madre de Maracena, Granada, debía entregar a sus hijos este lunes a las 17:00 para que los menores se fueran con su padre, Francesco Arcuri, a Italia.

Juana Rivas ha entregado a sus dos hijos, de 3 y 11 años, a la Guardia Civil, horas antes de que se acabara el plazo establecido por el juzgado, informan Efe. La madre de Maracena, Granada, debía entregar a sus hijos este lunes antes de las 17:00 para que los menores se fueran con su padre, Francesco Arcuri, a Italia. Arcuri, que había denunciado la sustracción de los menores, ha llegado a la Comandancia de la Guardia Civil sobre las 13:30 horas, y poco antes de las 16:00 horas ha salido con sus hijos.

Arcuri ha llegado a las instalaciones en coche y no ha hecho ninguna declaración a los medios de comunicación que se encontraban en la entrada.

El Juzgado de Instrucción número 2 de Granada decidió el pasado viernes que Juana Rivas debía entregar a sus hijos en el Punto de Encuentro Familiar de Granada, el mismo lugar donde debía haberlos entregado el día 26 de julio.

Además, la jueza citó a declarar a a Francisca Granados, la asesora legal de Juana Rivas, a María Teresa Sanz, psicóloga del Centro de la Mujer de Maracena, y a algunos de los familiares de Juana Rivas para esclarecer su papel en la desaparición de Rivas y sus hijos, que permanecieron ocultos durante 25 días. 

Tras negarse a entregar a sus hijos en dos ocasiones, el 26 de julio y el 8 de agosto, Rivas se entregó el pasado martes en los juzgados granadinos de Caleta. El juez decidió finalmente no detenerla y le otorgó la libertad provisional.

La madre granadina no quiere entregar a sus hijos a su padre, condenado por maltrato en 2009, y ha asegurado en varias ocasiones que lo único que quería era proteger a los menores. En una carta enviada a las plataformas que se concentraron en su ayuda, Rivas dijo que sus hijos estaban en peligro y que su actitud no era un desafío, «es la única forma que he encontrado a mi alcance como madre para proteger las joyas más preciadas de mi vida».

Por su parte, Arcuri asegura que aceptó la condena como un acuerdo para poder volver a ver al que entonces era su único hijo.