Isabel Pantoja, la última en ‘aparecer’ tras la entrevista de su hijo, Kiko Rivera

Ya lo contó Kiko Rivera el pasado sábado en el plató del Deluxe: su madre, Isabel Pantoja, había abandonado Cantora dos meses después de perder a su madre, con un destino concreto, la aldea del Rocío. Kiko lo contó con cierto pesar; su progenitora había estado a poco más de 50 kilómetros de su casa y no había ido a visitarle ni a él, ni a sus hijas. Y ya hay imágenes que confirman esa información que reveló el DJ durante su entrevista, un año después de estrenar Cantora: la herencia envenenada. Es la revista Diez Minutos la que publica el reportaje en el que se puede ver a la tonadillera vestida de riguroso luto durante su estancia en Almonte, hasta donde se trasladó para rezar a la Virgen del Rocío. Según la información que maneja la citada publicación, la intérprete de Marinero de luces abandonó su retiro en la finca familiar y, en su coche, y junto a un pequeño grupo de amigos, viajó hasta la aldea onubense donde además tiene una propiedad.  

Una casa que tiene mucho significado, y no solo por las numerosas romerías que ha celebrado en sus años dorados. Allí se alojó cuando hizo oficial su noviazgo con Julián Muñoz, unas imágenes inolvidables de la ahora expareja, en las que paseaban su amor como dos rocieros más confirmando lo que en Marbella, parece que ya era un secreto a voces. Pero, fue también esta vivienda la que alojó a la cantante, a su hijo y a su nuera Irene, cuando supo de los problemas de adicciones de su ‘pequeño del alma’. El propio Rivera Pantoja lo confesó hace un año, haciendo alusión a los nueve días de ‘retiro’ que pasó con ella tras exponerle estos problemas. «Mi madre en esos días de lo único que se encargó fue de cambiar las cortinas, poner los aires acondicionados y pintar la casa», dijo entonces. «La adicción no se cura estando nueve días en casa con tu madre. Se cura con médicos. Tengo charlas con gente que tiene el mismo problema, tengo gente que no me deja solo ni un segundo y ninguna de esas cosas las ha hecho mi madre», zanjó entonces. 

Meses después fue Irene Rosales la que contó cómo transcurrió ese viaje junto a su suegra, desvelando otros detalles de lo que allí se acordó. «Se decidió que Kiko dejara de trabajar en la noche, por eso Isabel nos dio dinero para que pagásemos la casa», explicó confirmando que también se acordó que su marido no ingresara en un centro. Así lo confirmó Isa Pi días después en El programa de Ana Rosa: «Supe que se había tratado en su casa y sin ayuda, dije que le admiraba por eso, y no fue a un especialista porque mi madre no quiso».

Su encuentro con Isa

Mientras que el hijo pequeño de ‘Paquirri’ volvía a poner sobre la mesa la problemática que mantiene con su madre, afirmando que no volverá a llamarla más, la artista sí ha tenido un encuentro con Isa. Fue solo unas horas después de este breve viaje a Almonte, como así informó la periodista Alexia Rivas en exclusiva, el día del estreno de Ya son las ocho -el nuevo programa de Sonsoles Ónega-. Una información que no tardaba en confirmar la propia influencer a Europa Press con un escueto «muy bien», cuando se le preguntó por el desarrollo de esta reunión familiar que tuvo lugar en Cantora el pasado domingo. La joven no quiso hablar más, ya advirtió en el programa que colabora que pronto visitaría a su madre «sin previo aviso», a sabiendas que tendría las puertas de la casa abiertas, a diferencia de lo ocurrido la ocasión en la que tuvo que saltar la valla de la misma para poder ver a su madre. Aun así, y según Cristina Tárrega, «Isabel no le va a cerrar la puerta a ninguno de sus dos hijos».

Una nueva corona de flores 

Isabel Pantoja parece que sí quiere tender puentes con su hijo, después de su reencuentro tras la muerte de doña Ana. Kiko explicó el pasado sábado que cuando creyó oportuno le preguntó a su madre los motivos por los que había quitado su nombre de la corona de flores que, cada año, desde la trágica muerte de ‘Paquirri’, envía a la tumba de su marido y donde, hasta el pasado 26 de septiembre se podía leer: «Tu esposa y tu hijo». En esta ocasión y, en vista de la ruptura total entre madre e hijo, fueron dos las coronas que llegaron al cementerio. Parece ser, y según una información a la que ha tenido acceso Ya es mediodía, tras la celebración del Día de los Santos, sobre el mausoleo del malogrado torero hay un ramo de flores con una banda en la que ya pone la frase que tanto ha echado de menos Kiko. ¿Será este el punto de inflexión entre Isabel Pantoja y su hijo?