Brad Pitt y Angelina Jolie, a la gresca por los viñedos de la propiedad en la que se casaron

La ruptura matrimonial entre Brad Pitt y Angelina Jolie parece que no tiene fin. En el 2016 comenzaron los trámites de divorcio que terminaron tres años después, pero los litigios entre ellos continúan vigentes. Es lo que tiene comprar propiedades, ganar dinero y tener seis hijos en común. Además de problemas con la custodia de los niños y acusaciones de supuestos malos tratos, la última batalla judicial les tiene de nuevo en pie de guerra por el lugar en el que contrajeron matrimonio en 2014.

Se trata del Chateau Miraval, una impresionante propiedad situada en la costa sureste de Francia que compraron en el año 2008, donde pretendían envejecer. Pero, además, el intérprete quiso también sacar rendimiento económico de los viñedos que formaban parte de la finca. Por eso, el protagonista de Seven invirtió una cantidad de dinero mayor que su ex, para así sacar adelante la bodega y los caldos que reportan millones de euros al año por sus ventas.

El problema ha surgido ahora, cuando Brad Pitt ha tenido conocimiento de que Angelina ha vendido su parte a un oligarca ruso. Algo que no podía hacer por el acuerdo que el firmaron en su momento y en el que se especificaba que el que quisiera deshacerse de su parte debería contar con el beneplácito del otro miembro de la pareja. Por tanto, se daba la posibilidad de que la propiedad al completo cayera en manos de uno de los dueños.

¿Qué dice la demanda?

Angelina ha vendido sin contar con el padre de sus hijos, y este le ha demandado. Según el portal TMZ, que ha tenido acceso a la querella, la intérprete de Alejandro Magno habría vendido el 50% de los viñedos a Yuri Shefler, dueño de la empresa Tenute del Mondo -especializada en vinos-, sin consultar con su ex.

Pitt argumenta en el documento, presentado en la corte californiana, que Angelina Jolie dejó de invertir en la propiedad en el año 2013 al no estar interesada en los beneficios económicos del negocio. Además, asegura que, en el momento de la compra, ella solo invirtió el 40% del dinero.

En el mes de julio, Angelina acudió a los juzgados para declarar que había llegado a un acuerdo y deshacerse así de sus intereses, aunque no facilitó la identidad del comprador. En septiembre, y según fuentes cercanas a Brad Pitt, este acordó tomar una decisión sobre la propuesta cuando tuviera conocimiento de quién era el comprador. Pero fue solo un mes después cuando supo que la venta sí se había llevado a cabo.

Para los representantes legales del actor, su exmujer nunca quiso contar con su consentimiento, de ahí que le ocultara los términos del acuerdo de la venta de manera «intencionada». Por si esto fuera poco, y según ellos, el nuevo dueño «ha mermado la capacidad de Pitt para dirigir la bodega».

«Angelina Jolie ha violado los derechos de la única persona que invirtió dinero y su esfuerzo en sacar adelante el negocio y ha pretendido vender a una persona ajena, tanto los viñedos como la casa familiar. Pretende recuperar una inversión que no hizo, además de obtener unos beneficios que no le corresponden». Con su demanda, Brad pretende que se deshaga el acuerdo entre Angelina y el nuevo dueño, además de obtener daños y perjuicios por todo lo ocurrido.

Brad Pitt, un hombre de negocios con olfato

Según la documentación aportada, antes de que la pareja se hiciera con la propiedad, el viñedo estaba definido como «un pequeño negocio de vinos no rentable» que necesitaba una renovación. La pareja pagó unos 25 millones de euros, pero no fue a partes iguales. Brad Pitt invirtió el 60% y Angelina Jolie el 40% restante. Ella no estaba por la labor de hacer negocio con el vino.

En sus esfuerzos por levantar el negocio, el actor contrató los servicios de Marc Perrin, uno de los principales enólogos de Francia. Gracias a su trabajo, de tradición familiar en el Chateau Beaucastel, lograron sacar al mercado un vino rosado que se comercializa con el nombre de Miraval. Un vino, según los entendidos, «con aroma floral y notas de sabor de frambuesa».

El 8 de marzo de 2013 se pusieron a la venta, a través de la web del Chateau Miraval, las primeras 6.000 botellas de este rosado. Los compradores adquirían lotes de 6 botellas a un precio de 150 euros el lote y en cuestión de horas consiguieron agotar las existencias. En estos años los beneficios han sido evidentes: de los 2,6 millones de euros que ganaron en 2013 a los más de 40 ganados el año pasado.

Los problemas con el alcohol del actor

En septiembre del año 2019, el protagonista de Siete años en el Tíbet ofreció una emotiva entrevista en el New York Times, donde reconoció sus problemas con el alcohol. Pitt desveló que se refugió en la bebida precisamente cuando comenzaron los problemas en su matrimonio y que desembocaron en su separación. Tras su ruptura su problema se agravó. Una situación en la que, según él, puso en peligro su salud, a su familia y su trabajo.

«Por aquel entonces estaban pasando cosas en mi familia. Dejémoslo así. El hecho es que todos llevamos dentro mucho dolor, pena y pérdida. Nos pasamos la mayor parte de nuestro tiempo ocultándolo, pero siempre está ahí dentro de ti. Y tarde o temprano tienes que contarlo», dijo. Por eso decidió acudir a alcohólicos anónimos y, aunque en un principio le costó abrirse con desconocidos, fue algo muy positivo para él.