Isabel Pantoja se enfrenta a tres años de cárcel y a una multa de 10.800 euros

Isabel Pantoja tiene una nueva fecha anotada a fuego en su agenda. Y no precisamente por lo bueno que augura la jornada. El próximo 22 de marzo, la tonadillera volverá a hacer el paseíllo en los Juzgados de Málaga. Allí tendrá que enfrentarse a un nuevo juicio por el que la Fiscalía y la acusación particular solicitan tres años de cárcel para ella y una multa de un total de 10.800 euros de sanción penal pecuniaria.

La revista Diez Minutos publica en su número de esta semana que la empresa Hormofer S.L. interpuso una querella criminal contra la cantante por los delitos de alzamiento de bienes, insolvencia punible, estafa y apropiación indebida. El Ministerio Fiscal considera en un escrito presentado en septiembre de 2020, que la señora Pantoja Martín es cooperadora necesaria de un delito de insolvencia punible, del que la constructora Cordabe S.L. es autora.

La cantante tendrá que declarar por el presunto delito de insolvencia punible a través de la sociedad Panriver 56 S.L., en un asunto relacionado con la venta de la casa Mi Gitana en el año 2015. Una operación que se llevó a cabo gracias a los poderes que la artista dio a su hermano Agustín que fue quien se encargó de todo. Mientras tanto, ella cumplía condena por el Caso Malaya. Se investiga si la artista se puso de acuerdo con la constructora Cordabe S.L., para subsanar con ellos la deuda que mantenía con Hormofer, y así evitar el embargo de la propiedad y poder venderla.

Isabel Pantoja alega problemas de salud

Según se dijo el pasado fin de semana en Viva la vida: «Esto le ha puesto muy nerviosa, ha tenido un nuevo desencuentro con su hermano y él le ha dicho que como le dio los poderes, hizo lo que podía hacer». El nerviosismo de la intérprete de Marinero de luces es evidente. Según confirmaron fuentes cercanas a la cantante en el espacio de Mediaset de las tardes del fin de semana, Isabel se echa a temblar con solo pensar volver a revivir su experiencia en prisión. Un tema que continúa siendo tabú en su familia.

La publicación antes mencionada afirma que Isabel está desesperada. Al parecer, ha intentado llegar a un acuerdo en varias ocasiones con la parte contraria con la intención de evitar la celebración del juicio. Pretendía vender la parte del ático de Fuengirola que aún posee para así poder obtener liquidez. Pero le ha resultado imposible y la cuenta atrás para el ‘día D’ ya está en marcha.

A falta de seis días para verla llegar al Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga y, tras el fracaso de los intentos por conseguir suspender la vista, la madre de Kiko Rivera ha alegado en estos últimos días, problemas de salud. Isabel ha aportado una serie de informes médico-psicológicos que afirman que está atravesando una depresión. Un diagnóstico que recientemente ha confirmado su hija pequeña, Isa, en El programa de Ana Rosa.

Isa Pantoja continúa defendiendo a su madre a pesar del último desplante que ha tenido con su nieto Albertito. El pasado 7 de marzo fue el cumpleaños del pequeño, que estuvo esperando la llamada de su abuela durante todo el día. Una felicitación que nunca llegó y que ha dejado dolida a la hija de la cantante. Aun así, la disculpa y explica que el problema de salud mental por el que atraviesa le dificulta realizar gran cantidad de tareas, aparte de que según le ha contado su prima Anabel, Isabel Pantoja no tiene teléfono móvil. «Mi madre me ha dicho que necesita su tiempo y que quiere estar con mi tío Agustín», reconoció la colaboradora el pasado lunes.

Distanciada de sus hijos y en pleno duelo por su madre

Isabel lleva más de un año pasando una situación anímica muy complicada. Todo a raíz de las acusaciones vertidas por su hijo Kiko en las que la acusaba de haberle engañado con la herencia de su padre. Esto sumado a las durísimas declaraciones del DJ en distintos medios, incluyendo los especiales de La herencia envenenada. La relación entre madre e hijo se enfrió entonces y no ha vuelto a tener posibilidad de solucionarse.

Hubo un breve acercamiento entre ellos coincidiendo con el fallecimiento de doña Ana, pero todo quedó en un abrazo de 15 minutos. Las cosas entre ellos siguen igual, aunque la artista parece que ha querido tender la mano a su hijo mayor. ¿Cómo? Enviando una corona de flores conjunta a la tumba de Paquirri en el día que el diestro hubiera cumplido 74 años. Un gesto muy diferente al del año pasado cuando la tonadillera ‘se olvidó’ de incluir a su hijo en dicho detalle.

Las cosas no están mejor con su hija, que en estos momentos también ha puesto distancia por respeto a la petición de su madre. Pero siempre ha dejado claro que está ahí para ella. Es su hija, la quiere con locura y afirma que entiende y respeta todas y cada una de las decisiones que toma la tonadillera.

A estos dimes y diretes familiares se le sumó el fallecimiento de la madre de la cantante a finales de septiembre. Doña Ana llevaba unos años delicada de salud e Isabel se había centrado en su cuidado recluyéndose en Cantora. La llegada de la pandemia puso en alerta a la cantante que no quiso que nadie les visitara en la finca para así evitar posibles contagios y salvaguardar el estado de su progenitora.

Su pérdida fue un auténtico varapalo para toda la familia, pero muy especialmente para ella. Las dos estaban muy unidas. Su madre fue su mejor compañera desde que comenzó a cantar de manera profesional y por supuesto fue su mejor bastón cuando perdió a su marido de manera trágica, con solo 28 años y un bebé de meses.