Juana Acosta habla de su peor pesadilla, el asesinato de su padre
La actriz abrió su corazón en ‘Las tres puertas’
Esta está siendo la semana de la actriz colombiana Juana Acosta, que anoche fue una de las invitadas del programa que presenta María Casado en la 1, Las tres puertas. Su intervención tuvo diferentes carices, pues tiene una vida personal y profesional de lo más interesante y así lo ha demostrado en sus dos últimas intervenciones televisivas, tanto en el nuevo espacio de la periodista catalana como en El Hormiguero a principios de semana.
La intérprete charló de manera sosegada con la conductora del programa. Le explicó cómo ha influido su infancia en su vida profesional, cómo las tragedias familiares han marcado su persona y además incidió en la importancia de la salud mental para superar los baches tanto a nivel personal como laboral. Ella lo sabe bien. Ha pasado por tres momentos traumáticos que, como ha confesado, ha podido superar gracias a la terapia.
Acosta acudió al programa para presentar sus dos últimos proyectos, la película Llegaron de noche y El perdón, la pieza teatral con la que ha retomado su pasión por la danza. Se trata de una obra inspirada en el asesinato de su padre, que le ha hecho reconciliarse con el baile. «Estaba vistiéndome para ir a clases de danza y de repente me sonó el teléfono. De manera inconsciente, la violencia castró esa gran vocación. Yo iba para bailarina. De pronto no volví a tener el impulso de bailar, no me quise poner esa ropa nunca más», confesó emocionada.
Juana Acosta recuerda a su progenitor
«Es la peor pesadilla que te puede pasar», reconoció antes de explicar que «fue muy duro. Es algo que te rompe la vida en dos. A mí me la rompió, a mí y a mi familia. Es algo que no te esperas en absoluto y que te marca para toda la vida». Para la colombiana esta es una de sus grandes heridas: «No hay nada más injusto que un asesinato. Y más con un padre tan excepcional», acertó a decir.
En ese momento aprovechó para ensalzar y describir la figura de su padre, a quien idolatra: «Mi padre era una persona extraordinaria, un hombre bello tanto por dentro como por fuera. Era un tipazo guapísimo, hermoso, con un sentido del humor extraordinario, con una generosidad de otro planeta. Era un ser amado». La actriz de Velvet pasó por esto cuando tenía 16 años y su padre solo 51, y con el paso del tiempo echa la vista atrás y afirma que «pienso que a todos nos toca vivir cosas duras en la vida. A unos más que a otros».
Cuando ocurrió todo, Juana Acosta estaba estudiando en el prestigioso Liceo francés de Cali. Tras la pérdida de su padre pasó «una fase de tristeza profunda en las que no tenía ganas de nada. Y entre eso, no tenía ganas de bailar. Pero no quería bailar porque había recibido la noticia justo cuando iba a mis clases de baile». Han tenido que pasar 31 años para volver a sentir esa necesidad de expresarse con la danza. «He retomado la terapia ahora. Todo este proceso de este último año me ha removido y de alguna manera me levantaba por la mañana con una pesadumbre que no me gustaba y pensaba que era importante volver a revisar estos asuntos».
La tragedia también se cebó con dos de sus hermanos
El pasado martes Juana Acosta estuvo en El Hormiguero. Allí también recordó lo ocurrido con dos de sus hermanos unos años después de la muerte de su padre. «Tenía dos hermanos y el mayor se quitó la vida y al menor lo secuestraron», reveló en el programa de Pablo Motos. Cuando tenía 22 años, el Ejército de Liberación Nacional secuestró a su hermano pequeño durante diez meses. En un principio retuvieron, además de a su hermano, a la mujer y al hijo de ambos. Estos fueron liberados casi de inmediatos, en parte gracias a la corta edad del niño.
Y 15 años después, su hermano mayor decidió acabar con su vida. «Me ha tocado vivir cosas muy complicadas. Vengo de un país de Latinoamérica al que amo profundamente pero que lleva muchos años derramando sangre», reconoció sonriendo a pesar del dolor.
Cuando el presentador valenciano quiso saber cómo había gestionado todo esto, Acosta no tuvo reparo en admitir que «ha sido un proceso largo, han sido años de terapia y de tomar una decisión. Yo creo que cuando te han hecho daño de esta manera, cuando la violencia llega a tu vida así, eso genera violencia. Entonces decides qué hacer con eso, si seguir perpetuando la violencia o cortar. Y no es fácil cortar. A mí me ha tocado años de terapia».