Un príncipe, su equipo y empresarios: los apoyos del rey Juan Carlos en su cumpleaños
El emérito cumple 85 años rodeado de incógnitas, pero con un séquito de fieles hombres a sus espaldas
El rey Juan Carlos I | Gtres
El rey Juan Carlos volverá a pasar otro 5 de enero lejos del calor de su familia y ya van tres cumpleaños consecutivos que vive en la lejanía, exiliado en Abu Dabi y sin visos de regresar a España. El emérito estrena los 85 años con el buen sabor de tener a cero el marcador de cuentas judiciales en el país del que hasta hace poco era jefe del Estado. Y también sintiéndose querido más allá de los suyos gracias a su equipo privado y al círculo de amistades que ha hecho en la capital de los Emiratos Árabes.
El hermetismo vuelve a ser la tónica dominante en el seno de la Familia Real y nadie se va a pronunciar sobre si habrá o no algún plan especial para el aniversario del exmonarca. Todo apunta a que sus hijas, las infantas Elena y Cristina, van a estar junto a su padre en su día. Ambas han salido rumbo al país asiático en un vuelo desde Barajas, tal y como ha informado El Confidencial Digital, con la idea de sorprenderlo.
Hay que recordar que las hijas de Juan Carlos I y doña Sofía estuvieron ya en Abu Dabi el pasado puente de diciembre. Pero este viaje viene a cumplir con la ausencia del emérito en España en estas fechas tan entrañables. No hay que olvidar que solicitó formalmente pasar la Navidad en Zarzuela, una petición que fue desestimada.
En la última reunión que mantuvo con Felipe VI, allá por el mes de mayo cuando su padre regresó por unos días a España, en una visita llena de polémica, le solicitó discreción y adoptar un rol lo menos protagonista posible. No quiere que su reinado se vea salpicado por las controversias de Juan Carlos.
Ha trascendido también que su círculo de amigos se ha esforzado en prepararle un almuerzo junto a sus hijas y el resto de personas importantes para él en Emiratos. Si hay algo que le pone feliz es pasar tiempo junto a sus dos hijas. Le hubiera gustado que viajaran también junto a sus nietos, Victoria Federica y Froilán de Marichalar, pero la infanta Elena ha decidido dejarlos en tierra tras los últimos escándalos que han protagonizado.
Un príncipe para el rey Juan Carlos
Uno de los máximos apoyos del emérito en su exilio es Mohamed bin Zayed. El príncipe y su familia son propietarios de dos de los alojamientos en los que se ha refugiado el padre de Felipe VI en los últimos años. La amistad entre ambos se extiende desde los tiempos del rey Juan Carlos como soberano. Sin embargo, todo arranca cuando éste conoció a su padre, Zayed bin Sultan Al Nahayan, durante un viaje oficial que hizo con la reina Sofía en 1981.
A Mohamed se le atribuye una fortuna de más de 18.000 millones de dólares, según apuntó Forbes, pero también es de destacar la lucha por dar visibilidad al papel de la mujer en un país dominado por hombres y con una marcada segregación de sexos. Es un jeque muy ‘occidentalizado’ y con unas políticas poco convencionales allí. Basta con recordar que fue aliado de Europa y Estados Unidos y que aceptó inversiones de Rusia, China e Israel.
Más allá de sus colegas, todos ricos empresarios procedentes de familias acaudaladas, están su doctor de confianza y su equipo de seguridad. Juan Carlos I cuenta con un grupo de cuatro escoltas que se turnan las tareas quincenalmente. Son miembros de la Guardia Civil que ya trabajaban con él durante su soberanía, pero que ahora se han instalado en Abu Dabi para garantizar su seguridad. Estos trabajadores del instituto armado velan por su bienestar.
Preocupa su salud
Desde hace tiempo se viene hablando de un empeoramiento de salud del rey Juan Carlos con motivo de su avanzada edad. La última vez que se dejó ver en público fue durante el funeral de la reina Isabel y ahí mostró un buen aspecto pero muchas dificultades para caminar. De hecho, tuvo que ser ayudado por su séquito en todos los desplazamientos que hizo por suelo londinense.
Quien lo conoce y lo ve de cerca hablan de cómo se encuentra de manera franca y sin dar la espalda a la realidad: «De salud está estupendo, hace rehabilitación y lleva una vida sana y ordenada, pero son 85 años y en cualquier momento puede dar un susto. Sería trágico que el monarca que devolvió a este país la democracia y las libertades falleciera lejos de España. Además, está muy solo en Abu Dabi y aunque solo sea por humanidad, deberían dejarle venir a su país libremente», dice una fuente de su círculo íntimo a El Mundo.
