Amaia Montero, ingresada en un hospital madrileño tras haber estado diez días en la UCI
La cantante Amaia Montero ha vuelto a preocupar a sus seguidores por su estado de salud
La preocupación por Amaia Montero sigue desde que el pasado mes de octubre hiciese saltar todas las alarmas con una misteriosa publicación y unas palabras demoledoras: «Si la esperanza es lo último que muere y todavía no la he perdido, ¿de qué me sirve la vida?», escribió.
Semanas más tarde se supo que había estado ingresada en una clínica de Navarra por «un fuerte cuadro de estrés y ansiedad debido a los preparativos de su nuevo disco». A finales de noviembre, Amaia Montero salió de la clínica y recuperó sus redes sociales, pero no las usa apenas.
Y ahora, ocho meses después, sabemos que la cantante vuelve a estar ingresada. Esta vez en Madrid.
Amaia Montero, ingresada tras haber estado diez días en la UCI
La cantante se encuentra ingresada en el hospital madrileño Beata María Ana, detalla este miércoles Espejo Público, que confirma que la artista ha estado ingresada durante diez días en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del centro de salud.
Según fuentes cercanas al hospital, Amaia Montero ha sido operada de la mano. Por el momento, no hay información acerca de las causas que habrían provocado la lesión que ha obligado a la cantante a pasar por el quirófano.
Sin embargo, lo peor ya ha pasado, ya que la artista se encuentra en planta tras abandonar la UCI y después de pasar días difíciles.
Cuenta el programa que Amaia Montero «pasó un postoperatorio complicado, ya que no habría seguido al pie de la letra las directrices médicas que pautaron los facultativos después de la intervención».
Redes sociales sin usar
A finales de enero, la vasca reapareció en las redes sociales con total normalidad y con un storie con un mensaje claro. Bajo el lema de Flowers, la última canción de Miley Cyrus, Amaia dejaba entrever estar renovada y llena de energía para dar el pistoletazo de salida a la nueva etapa de su vida y, por consiguiente, a su regreso a la música.
Una canción que acompañó con una imagen vintage, de cuando todavía formaba parte de La Oreja de Van Gogh. Desde entonces, de nuevo ni rastro de ella. Hasta ahora se creía que la cantante estaba plenamente volcada en su recuperación y en volver a los escenarios lo más rápido posible.
2009, el año que cambió la vida de Amaia Montero
Lo cierto es que esta no es la primera vez que Amaia Montero preocupa a sus seguidores, pues ha protagonizado numerosas polémicas en los últimos años y ya confesó ella misma hace dos que no se encontraba bien.
En 2018, sin ir más lejos, hubo un gran escándalo por un concierto que la cantante ofreció en Cantabria, ya que se dijo que se presentó «borracha» al escenario.
Al parecer, todo ello es resultado del declive anímico de la cantante, que comenzó en 2009, cuando murió su padre y cuando, justamente, salió de La Oreja de Van Gogh. Un bache familiar y laboral que, por ahora, parece que no ha podido superar del todo.
La muerte de su padre marcó un antes un después
José, el padre de Amaia Montero, falleció el 19 de febrero de 2009, una pérdida que ella no ha podido superar. «Se me cayó el mundo encima. Fueron dos años de enfermedad larga, pero siempre pensando en que se iba a ganar la batalla, nunca pensado que iba a ser el final. Mientras estás peleando, por dura que sea la situación, tienes la esperanza, pero cuando todo acaba siento un dolor que yo no conocía», dijo ella en un programa.
«Hoy hace 11 años que te fuiste y solo lo superaré el día en el que nos volvamos a encontrar. Te llevo cada segundo corriendo por mis venas… Como te decía de pequeña, te quiero como todo el cielo y todo el mar», escribió Amaia Montero en su Instagram en 2020 a modo de homenaje con esta bonita foto de su padre:
La muerte de José, como decíamos, coincidió con la separación de La Oreja de Van Gogh y el lanzamiento del primer disco en solitario de la cantante. Un cambio de vida radical que causó un tsunami personal en la vida privada y profesional de Amaia Montero, quien últimamente no para de dar que hablar.