Esta es la sencilla dieta que ayudó a la reina Isabel a vivir 96 años
Los chefs de Buckingham y Windsor cuidaban al milímetro las peticiones y gustos de la longeva reina británica
Reina Isabel | Gtres
Si de algo pudo presumir la reina Isabel II de Inglaterra en vida fue de ser la soberana más duradera de la historia. Y no es poco. En más de 1000 años, no había habido un reinado tan longevo como el suyo. La monarca celebró en 2022 su Jubileo de Platino, ya que llevaba 70 años en el trono y contaba con 96 años. Su fallecimiento se produjo el 8 de septiembre del pasado año y ese honor no se lo quitará nadie.
Una vez se produjeron los solemnes actos en homenaje a una mujer muy querida en todo el Reino Unido se dio un mayor protagonismo a la figura de su hijo. Carlos III accedía al trono tras una larga espera que le hizo ser conocido entre chascarrillos como el heredero que nunca reinaría, debido a la mencionada longevidad de su madre. Su reinado comenzaba y merecía todos los focos.
Nuevos detalles desconocidos de la reina Isabel
Sobre la pila de años que duró (y con buena salud) no se ha escrito demasiado. Pero ahora han salido a la luz nuevos detalles sobre lo que comía la reina Isabel II para estar tan saludable y con tan buen aspecto hasta prácticamente sus últimos días de vida.
Una de las claves de su longevidad fue la dieta sana y equilibrada que disfrutaba, con frutas y verduras de temporada, productos orgánicos de la finca real y una ración diaria de té de la tarde. Un equipo de chefs del Palacio de Buckingham y del Castillo de Windsor preparó sus comidas y banquetes con menús personalizados que la Reina firmaba con días de antelación.
De manera semanal se enviaba a la Reina un libro de menús encuadernado en cuero rojo, escrito en francés, que contiene una amplia variedad de recetas, según el exchef real Darren McGrady.
En Buckingham se cocinaba lo mejor de lo mejor y se organizaban menús con tres días de antelación. El mencionado cocinero ha hecho en Mirror interesantes confesiones: «Los chefs elegían los menús y ella ponía una línea en los que no quería. A veces ella ponía una línea en todo y ponía algo diferente, como si estuviera cenando con el príncipe Andrés, su favorito era el Crème Brulee con naranjas Sandringham».
Lo que comía Isabel II
También se ha sabido que a la reina siempre le gustó comenzar el día con una taza de té Earl Grey, sin leche ni azúcar, y una galleta o dos, junto con sus inseparables perros corgis. Luego tomaba su desayuno principal a base de cereales, yogur, tostadas y mermelada en el comedor principal del palacio. También le gustaban los arenques.
A la hora del almuerzo, lo que más repetía la reina Isabel era un plato sencillo de pescado y verduras. Una comida típica era lenguado de Dover sobre un lecho de espinacas marchitas, dijo Darren a los periodistas. A menudo evitaba por completo los carbohidratos como la pasta y las patatas cuando cenaba sola, especialmente las refinadas.
Para terminar el día, la madre de Carlos III acostumbraba a degustar pescado o carne junto a verduras. El salmón o los filetes gaélicos o el venado con salsa de whisky y champiñón eran algunas de sus proteínas preferidas. Y sí, como un dulce no le amarga a nadie, a Isabel II le pirraba el chocolate y lo introducía en sus postres.
