20 años desde la pedida de Felipe y Letizia: así fue la polémica que condicionó a la periodista
Fue el 6 de noviembre de 2003 cuando Felipe de Borbón y Letizia Ortiz se presentaron como pareja ante los medios
Felipe y Letizia en su pedida | Europa Press
El 6 de noviembre de 2003 fue un momento muy especial para una joven Letizia Ortiz. También una fecha que nunca olvidará el que era el heredero al trono, Felipe. Un día antes, la propia casa real había hecho público un comunicado en el que se anunciaba que el príncipe se había comprometido con la periodista de TVE. Un anuncio que pilló a todo el mundo por sorpresa, o al menos a la opinión pública, ya que no se había publicado ninguna información sobre esta incipiente relación.
Ese frío día de noviembre, Letizia y Felipe se presentaron ante los medios de comunicación en el Palacio de la Zarzuela para presentar su compromiso de matrimonio. En ese momento, Letizia protagonizó una polémica que le condicionaría durante muchos años. En todo este tiempo, el príncipe, quien estaba a punto de cumplir 36 años, se había convertido en uno de los ‘solteros de oro’. Ninguna de sus relaciones pasadas, con Isabel Sartorius, Gigi Howard y Eva Sanumm, había cuajado y no había sido hasta su encuentro con la periodista con la que la casa real dijo que ‘sí’.
Cómo fue la pedida de mano de Felipe y Letizia
Para ese momento tan trascendental en su vida, Letizia se enfundó un bonito y favorecedor traje blanco de Armani. Que nos recuerda mucho al que lució su hija Leonor en su jura de la Constitución, como ya contamos en THE OBJECTIVE. Al ser preguntados por los periodistas, entre ellos solamente hubo palabras de halago. «Es un ser humano excepcional, muy respetuoso y sensato. Inteligente y gran lector. Una persona afanada en crecer por dentro y en tener una visión del mundo y de la vida muy clara y comprometida», comentó la presentadora de Informativos. De esta manera confirmaban que su relación estaba más que consolidada y que habían tomado una decisión siendo muy conscientes de lo que habían hecho.
Fue en esa pedida de mano donde Letizia explicó qué es lo que sucedería con su futuro. Así, la futura reina dejó claro que esto marcaba un antes y un después en su vida. « A partir de hoy, queda claro que es un punto y aparte en la labor que he venido siguiendo hasta ahora, aunque sería deseable que fuera de forma gradual mi desvinculación de TVE, no inmediata», aclaró ante la prensa. En esa explicación, mientras Letizia esgrimía su punto de vista sobre su devenir profesional, el príncipe comenzó a hablar, interrumpiendo el discurso de la periodista.
En ese momento, pronunció unas palabras que resonaron en todo el mundo. «Déjame terminar», le espetó Letizia a su prometido. Una frase, tan solo dos palabras, que condicionarían a la futura monarca durante mucho tiempo. Muchas personas tacharon a la presentadora de «maleducada» o de tener «demasiado carácter». Unas afirmaciones a las que Letizia siempre hizo oídos sordos y, sobre todo, que se empeñó en que el tiempo cambiara la imagen que algunas personas se habían llevado de ella.
La evolución de Letizia en estos 20 años
Ahora, 20 años después, Letizia no solamente se ha convertido en un referente de estilo, sino, también, en una reina volcada con infinidad de causas sociales. Sus mejores momentos son, sorpresivamente, cuando tiene un micrófono delante, donde deja constancia que todavía queda mucho de lo que un día fue; una presentadora con una capacidad dialéctica impresionante. De esta manera, junto a su marido, han formado una buena dupla, que, en público, siempre se muestran en sintonía y respetando sus tiempos.
Sus hijas también son un buen ejemplo de la educación que les han dado, de aquello que han aprendido en casa. Aunque eso sí, ese carácter de Letizia no ha cambiado con el tiempo. Probablemente se ha dulcificado con las indicaciones protocolarias de la casa real. Aún así, fue hace un año cuando, en una visita, le preguntaron a la princesa Leonor qué quería ser. Su madre, a su lado, respondió que no iba a hacer «lo que quisiera», si no, «lo que debiera». De esta manera, la reina dejó constancia de su opinión, sin importar que los medios se hicieran eco. Una espontaneidad que nos recuerda mucho a esa que tuvo el 6 de noviembre de 2003.
