Las veces en las que el neuroma de Morton ha impedido a Letizia hacer su vida con normalidad
La monarca acudió a la cena de gala con la Familia Real de Holanda y estuvo, en todo momento, sentada en una silla
La reina Letizia y su neuroma de Morton | Gtres
Los reyes de España, Letizia y Felipe, se encuentran de viaje de Estado en Holanda. Los monarcas están viviendo uno de los momentos más especiales debido a su sintonía con Máxima y Guillermo. Así lo refleja la buena relación que hay entre las dos parejas. Una conexión que siguió, ayer, durante la cena oficial a la que acudió incluso la princesa Amalia. Fue allí donde Letizia sorprendió a todos al darle la bienvenida a sus invitados sentada, una orden que no viene dada por el protocolo, y que se convirtió en la primera vez en la que la Reina realiza el besamanos desde una silla. La cuestión fue resuelta a los pocos minutos; ha vuelto a recaer en el neuroma de Morton que se le diagnosticó hace dos años. Pero ¿en qué otras ocasiones le ha afectado a su vida normal?
Fueron hasta 45 minutos lo que se alargó el momento de la recepción. Un tiempo en el que la monarca se vio incapaz de mantenerse de pie con sus tacones de más de diez centímetros. Durante todo el día, también, la Reina había andado sobre unos altos zapatos que, previsiblemente, hicieron que su situación se agravara. Es por eso, debido al fuerte dolor, tuvo que utilizar una silla para recibir a todos los invitados de la cena. Una postura en la que siguió durante toda la noche; tanto en la foto oficial como en la propia comida. Aunque eso sí, y como marca el protocolo, Letizia se levantó para brindar con todos sus acompañantes y dedicarles sus buenos deseos.
Neuroma de Morton y metatarsalgia
Como ya hemos comentado, el día se desarrolló para Letizia con total normalidad. Primero participó en una ofrenda foral para, luego, acompañar a los Reyes en una comida privada. En todo momento, y tal y como dicta el protocolo, la Reina lució unos zapatos, en color nude, de los que no se deshizo hasta que llegó la cena de gala, en la que los cambió por unos tacones más altos. También, siguiendo las reglas que hay para este tipo de celebraciones. Una norma no escrita que Letizia no se quiso saltar, incluso a sabiendas de que podía recaer en esta complicación que tanto dolor le produce.
Fue en junio de 2022 cuando la Reina fue diagnosticada de neuroma de Morton debido a las continuas dolencias que tenía en la zona del pie. Que, además, se veían agravadas por la cantidad de veces que pasaba de pie o con tacones altos debido a sus compromisos profesionales. Esta dolencia consiste en el engrosamiento del tejido de los nervios del pie y que a ella le afecta, sobre todo, en el lado izquierdo. Además, esto provoca unas crisis de dolor que son difícilmente de prevenir. Esta problemática se suma, también, a la metatarsalgia crónica que padece la monarca desde hace muchísimos años.
Los zapatos cómodos de la reina Letizia
Sí que es cierto que el neuroma de Morton es una cuestión por la que Letizia podría pasar por quirófano. Un extremo que parece totalmente descartado, ya que, en la mayoría de ocasiones, no se suele resolver el problema. Es por eso que lo más recomendable es utilizar un calzado adecuado que no apriete la zona y, sobre todo, que no sea de gran altura. Es decir, lo contrario a lo que hace la reina Letizia. Aunque eso sí, en los últimos años, la Reina ha añadido un accesorio a sus zapatos para que la dolencia sea menor; una plataforma en la parte delantera del zapato, que le ayuda a encontrarse mejor.
Desde que se le diagnosticara su neuroma de Morton, la Reina ha intentado hacerse con tacones que sean más respetuosos con sus dos dolencias. Es por eso que, en la mayoría de ocasiones, opta por calzado abierto y con poco tacón, un extremo que no puede obviar, ya que es una de las reglas del protocolo para los eventos de gran importancia. Por ejemplo, durante sus vacaciones en Palma, la Reina suele elegir zapatos planos, en los que aprovecha, también, para hacerle un guiño a la tierra, con unas alpargatas. La suela de esparto es un tipo de base que sí que le favorece a la hora de andar, sin que le apriete demasiado las distintas zonas del pie y con las que tiene facilidad de movilidad.
También, cada vez que puede suele decantarse por stilettos, abiertos, pero con un tacón que casi no alcanza los cinco centímetros. Un estilo que, en los últimos tiempos, ha sido copiado por su hija, la infanta Leonor, quien también suele utilizar este tipo de zapatos para los eventos más especiales, probablemente por su edad. Así, en su armario, nos encontramos con salones de tipo kitten heel, mocasines y hasta las bailarinas que están tan de moda. Todos ellos intentan ser los más respetuosos posibles con sus dos problemáticas para las que parece ser que, todavía, no ha encontrado una solución.
