La infanta Cristina cumple 59 años: soltera, sin sus hijos y más cerca que nunca del rey Felipe

Podríamos decir que la infanta Cristina se acerca a una nueva década en uno de los momentos más agridulces de su vida. La hija del rey Juan Carlos firmó su divorcio con Iñaki Urdangarin a finales del pasado año, lo que le ha permitido sentirse una mujer más libre. Esto, además, se unió a la marcha de sus hijos de su residencia familiar en Ginebra, algo que, en cambio, fue difícil de asumir, ya que la Infanta siempre ha estado muy unida a sus vástagos. Aún así, para suplir esa ausencia es su padre, el rey Juan Carlos, quien no duda, siempre que pueda, en viajar hasta la capital de Suiza para hacerle una visita a su hija. Algo que se une, además, a una mejora en su relación con su hermano Felipe VI tras acudir juntos a un evento hace poco más de una semana.

Desde que estallara el caso Nóos, la presencia de la Infanta en cualquier evento público y relacionado con la Casa Real ha sido escasa. Principalmente porque, una vez que Felipe subió al trono, se quiso desvincular de todas las polémicas que se habían producido durante el reinado de su padre. Una decisión trascendental que, a priori, también influyó en la relación con sus hermanas, o al menos de cara al público. Ahora, parece ser que esa distancia ya no es tal y es por eso que los dos hermanos han tenido varios reencuentros; en el cumpleaños de la infanta Elena en diciembre, durante el homenaje de Constantino de Grecia en Londres o en el funeral de su primo, Fernando Gómez-Acebo.

El acercamiento entre la infanta Cristina y su hermano

Como contábamos, la última vez que pudimos ver juntos a la infanta Cristina y al Rey Felipe fue durante un acto de la Fundación La Caixa. Es ahí donde la hija del rey Juan Carlos juega un papel fundamental dentro de su trabajo y por eso no era de extrañar que estuviera presente en un evento de tal envergadura. Pero llama especialmente la atención porque en las ediciones anteriores de este evento, la mujer no había hecho acto de presencia, entendemos que para evitar ser vista junto a su hermano públicamente y que esto pudiera dañar su imagen. El caso Nóos fue un mazazo en la vida de los Urdangarin-Borbón. Esto no solo hizo que Iñaki tuviera que pasar una larga temporada en la cárcel sino que, también, pasaron de tener una vida tranquila entre Barcelona, Washington y Ginebra para dar paso a una rutina con la presión mediática como constante.

Algo que no solamente afectó al matrimonio sino que, también, a sus hijos. El pasado mes de abril, Iñaki saldó sus deudas con la Justicia y, unos meses antes, lo hizo con su mujer. Después de varios años en los que se mantuvieron totalmente separados, haciendo su propia vida, por fin, ambos decidieron firmar el fin de su matrimonio. Algo que se retrasó mucho en el tiempo, principalmente porque llegar a un acuerdo económico no fue especialmente fácil. Sí que es cierto que, desde el caso Nóos, la pareja no tiene apenas patrimonio y este se reducía a un pequeño apartamento en la localidad de Bidart, en Francia, que como apuntó Vanitatis no estaba ni a nombre de la pareja.

Sus viajes a Lanzarote y el apoyo de sus hijos

Aún así, el talón de Aquiles fue la situación de sus hijos quienes, aunque ya no residen en casa, sí que dependen económicamente de sus progenitores. O al menos Irene y Miguel Urdangarin. Juan trabaja en Londres, mientras que Pablo está muy enfocado en su carrera como deportista, siguiendo los pasos de su padre, que le reporta unos ingresos. En el caso de Irene, la joven ha estado unos meses de viaje solidario en Camboya, mientras que Miguel ha terminado sus estudios de Ciencias del Mar y ha decidido sacarse un curso de profesor de esquí que hizo que acabara lesionándose de una pierna y teniendo que pasar por quirófano en Suiza. Además, ambos se han instalado en La Zarzuela, junto a su abuela, con el objetivo de pasar unos meses y sacarse el carné de conducir.

Quien ha estado más al lado de su madre ha sido Juan. Junto a él ha viajado, en los últimos meses, hasta Lanzarote, donde parece ser que la Infanta ha encontrado su refugio. Lo cierto es que esta isla de Canarias se ha convertido en uno de los mejores lugares para que la hija del rey Juan Carlos se olvide de todo lo que le atormenta, de su rutina en Ginebra y hasta de su divorcio. Es más, viajó hasta allí a las pocas semanas de firmar el fin de su matrimonio con Iñaki. El destino lo elige, fundamentalmente, porque es ahí donde vive su prima, Alexia de Grecia, con quien mantiene una buenísima relación desde que ambas coincidieron en su etapa en la ciudad condal.

La hija de Constantino de Grecia se ha convertido en uno de sus mejores apoyos y quien le ha ayudado a superar sus momentos personales más duros. También, la Infanta se apoyo en su hermana Elena, quien siempre ha estado a su lado, tanto en las mejores como en las peores etapas. Las dos, junto a sus hijos, son una auténtica piña que siempre se han posicionado al lado de su padre. Lo que ha hecho que, en muchas ocasiones, esto se viera como un enfrentamiento con su hermano Felipe, quien siempre ha puesto distancia con su progenitor. Pero eso está cambiando. Ahora, Felipe y Juan Carlos no evitan mostrarse cariñosos en público, al igual que le sucede, también, con sus dos hermanas.

Su situación con Iñaki Urdangarin

Quien no está ni se le espera es Iñaki Urdangarin. Todo apunta a que la relación entre la expareja no es especialmente mala. Cabe destacar que hace unos meses, el exduque de Palma fue fotografiado luciendo, por las calles de Vitoria, un coche que estaba a nombre de la infanta Cristina. Lo que hizo pensar que, al menos, mantenían una relación cordial en todo lo económico. Sí que es cierto que, durante sus peores años como matrimonio, la Infanta intentó ocultar que su relación se iba a pique, algo que, además, por su carácter tradicional, le costó asumir, tanto de forma privada como pública. Es por eso que protagonizó aquellas famosas imágenes de familia unida, junto a su marido y sus hijos, durante un paseo por la ciudad vasca, y tampoco se deshizo de su anillo de casada hasta que no firmaron el fin de su relación.

Algo que llamó especialmente la atención, sobre todo teniendo en cuenta que ya se habían publicado las fotografías de Iñaki Urdangarin junto a Ainhoa Armentia. Iñaki y Ainhoa intentan llevar una vida, lo más alejada de la presión pública posible. Algo que es especialmente complicado debido a su pasado. Aún así, al exduque de Palma le está costando encontrar su sitio, al igual que un nuevo empleo, en el que él también pueda comenzar una nueva etapa.