La vida de Antonio Matos tras la muerte de Caritina: el futuro de sus hijos y de su negocio
Caritina Goyanes murió en agosto de un infarto mientras se encontraba de vacaciones y dejó a su familia destrozada
Caritina Goyanes y Antonio Matos, en una imagen de archivo. | Gtres
Este verano fue el más duro para los Goyanes-Lapique. El patriarca de la familia, Carlos, murió a principios del mes de agosto debido a un infarto fulminante que sesgó, no solamente su vida, sino, también, la de toda su familia. Cuando todavía se estaban recuperando de este duro golpe, Caritina, la hija de Carlos Goyanes y Cari Lapique, fallecía de la misma dolencia en su casa de Marbella. Estas dos muertes dejan a la familia sumida en una auténtica tristeza. Ahora, cuando ya han pasado algo más de cuatro meses, todos ellos han tenido que volver a sus obligaciones. Sobre todo el marido de Caritina, Antonio Matos, que se encarga del cuidado de los hijos de su matrimonio que tras la muerte de su mujer se quedaron totalmente desolados.
Son ellos quienes, además, llenan de fuerza a la familia para seguir adelante. Y tras la muerte de Caritina, no solamente Antonio tuvo que coger las riendas de su vida personal sino que, también, lo hizo de su negocio. Así, el servicio de catering de la mujer pasó a sus manos, convirtiéndose él en una de las personas de más confianza del entorno profesional de la empresaria fallecida. Lo cierto es que, en todo este tiempo, la empresa de la mayor de las Goyanes se había erigido como todo un referente y ha sido la pieza clave en distintos eventos y celebraciones de la jet set. Es por eso que, desde un primer momento, Antonio tuvo claro que no podía dejar ese proyecto de lado.
Los planes de futuro de Antonio Matos, marido de Caritina Goyanes
«No fue una decisión, fue… la vida. Lo di por hecho desde el minuto uno: debía continuar con el legado de Cari. SixSens era su segunda familia y un motor importante de nuestros ingresos. Había que seguir con el negocio. Hay ocho empleados. Eran y son parte de nuestra familia, compartimos el mismo ADN», ha contado Matos a la revista ¡Hola!, siendo consciente del papel clave que ahora mismo ostenta. «Es un equipo que es perfectamente capaz de continuar. Es como una orquesta que se ha quedado sin director… Pero en la que todos tocan fenomenal, solo que hay que apoyarles y ayudarles a que sigan haciéndolo», apunta. De esta manera, el papel del marido de Caritina es el de encajar todas las piezas, engrasar el sistema y hacer que todo funcione de forma coordinada.
Además, el hombre cuenta con varios puntos a su favor. El primero de ellos tiene que ver con que la forma de trabajar del catering no es totalmente desconocida para él. Porque, aunque no se involucró nunca en la parte técnica, sí que estuvo presente en los distintos eventos que organizó su mujer. El confinamiento supuso un antes y un después y el momento clave en el que comenzó a involucrarse más. Aún así, tanto Cari como su marido supieron siempre la importancia de este catering en sus vidas. Además, la mujer vio cumplido uno de sus sueños después de formarse en Derecho y ver que no encajaba en ese mundo del todo. «Cari montó un negocio que, en España, todavía no existía y supo adaptarlo a la cultura española. Siempre con su toque. Y con muchísima dedicación. Trabajo. Tiempo. Porque lo que había construido en SixSens era su segunda familia que, muchas veces, le quitaba también tiempo a la primera», cuenta Matos al mencionado portal.
El primer trabajo de sus hijos
Es por eso que ya por una cuestión personal o de favor a su mujer que ya no está, Antonio se ha visto como la obligación de asumir las riendas de la empresa. Algo que compaginará con su correduría de seguros. «He mudado mi oficina al obrador del catering, y coordino, y ayudo, y consulto y pruebo… Muchas horas al día, y pocas de sueño. Ahora mismo, estoy haciendo un esfuerzo extra para… calmar un poco la tempestad y poner en marcha todo lo que Cari tenía en mente», explica. Además, está cumpliendo los sueños de su mujer, innovando y probando todas aquellas cosas que ella hubiera querido testar. También, se trata de una forma de distraerse y no pensar y, sobre todo, de hacerle un pequeño homenaje a través de su proyecto más especial.
«Hay días, hay días… Pero quiero pensar más en positivo, en el sentido de: ‘Oye, qué suerte lo que he tenido, ¿no?’. Y no obcecarme en lo que, en cambio, he perdido», apunta, sobre su estado actual. Además, cuenta con la ayuda de la familia Goyanes, quienes siempre se han mantenido en su lado, también en los mejores momentos. «Es que mi suegra es también mi vecina. En los últimos 15 años, lo más lejos que hemos vivido ha sido a 300 metros. Ahora, estamos a 20. Una piña, sí. Se lo decía a mis hijos: ‘Habéis tenido la suerte de que habéis pasado más tiempo con vuestros padres y vuestros abuelos, que yo con los míos, en 47 años’», apostilla a ¡Hola!
Sobre cómo ve el futuro cercano de sus dos hijos, Pedro y Minicari, lo cierto es que Antonio lo tiene muy claro. «Que Pedrito y Minicari van a pasar bandejas, ¡tenlo claro! En cuanto cumplan 16. Ellos ya lo tienen asumidísimo. Siempre se lo dijo su madre», confirma el marido de Caritina. De esta manera, los dos pequeños, uno de quince y otra de once, se involucrarán, desde un primer momento, en el negocio familiar y aquel que tanto marcó a su madre.
