La vida de Hilario Pino: «harto» en La Sexta, su cambio físico y una enfermedad que le marcó
El presentador de televisión, durante mucho tiempo, fue uno de los rostros más conocidos de Telemadrid y Cuatro
Hilario Pino, en una imagen de archivo. | Gtres
Durante muchos años, Hilario Pino ocupó los principales canales de televisión. Siendo siempre un hombre discreto, alejado de cualquier polémica y centrado en su trabajo, el presentador llevó las riendas de los principales noticieros del país, convirtiéndose en un rostro de lo más conocido en España. Esto cambió hace un tiempo cuando, de un momento a otro, decidió abandonar su puesto en La Sexta, cadena que le había acogido en esos últimos años, y en el que era bastante frecuente verle haciendo sustituciones de los principales presentadores del canal.
Desde entonces, Hilario ha aparecido en televisión, aunque no lo ha hecho con la misma frecuencia con la que lo hacía antes. Muy muy discreto siempre en cuanto a su vida privada, no se sabe si tiene pareja o hijos ni tampoco quiénes forman parte de su círculo de amistad más cercano. Hace un tiempo sí que fue noticia después de decidir hacerse un cambio de look, en el que sorprendió a todos con un trasplante capilar y con mucha más densidad de pelo a lo que nos tenía acostumbrados. Esta fue la única vez que Hilario copó las portadas de las revistas más allá de lo estrictamente profesional.
La trayectoria profesional de Hilario Pino
Hilario Pino nació en un pueblo de Toledo hace 62 años. Se licenció en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y su carrera profesional comenzó gracias a la Agencia de Noticias OTR entre 1982 y 1985. Además, ese mismo año logró ser contratado por la Cadena SER, trabajando en la sección de Economía. Fue a finales de los años 80 cuando dio el salto a la televisión gracias a Telemadrid, que había comenzado su emisión en 1989 y en la que Hilario llevó las riendas de Telenoticias, el Informativo nocturno de la cadena. Allí estuvo hasta 1994.
En todo momento, el periodista compaginó sus labores como presentador apareciendo en otros formatos como 30 minutos o Aquí y ahora. Además, en 1993 colaboró en Antena 3, presentando y dirigiendo El primero de la mañana. En 1994 fichó por Canal+ para sustituir a Carles Francino en el informativo Redacción y estuvo ahí hasta 2001. Fue en ese momento cuando más conocido se hizo gracias a su caricatura en látex del programa Las noticias del guiñol. Algo que Hilario Pino se tomó con mucho humor. En 2001 se marchó a Telecinco para presentar los Informativos Telecinco en su edición del mediodía. Allí permaneció hasta 2006, momento en el que se retiró alegando problemas de salud. Una enfermedad que le mantuvo alejado de la televisión durante siete meses.
Dejó la tele por una enfermedad, su injerto y su ‘adiós’ a La Sexta
Luego, volvió a presentar los Informativos entre marzo de 2007 hasta 2010. Más tarde hizo lo mismo en Noticias Cuatro y, luego, abandonó Mediaset. A partir de 2014 comenzó a colaborador en La Sexta Noche y, también, a sustituir a su presentador, Iñaki López. Allí entrevistó a distintas personalidades importantes de nuestra sociedad. En octubre de 2016 fichó por Más vale tarde y en noviembre de 2018 estrenó, en Telemadrid, el programa ¿Dónde estabas entonces?, en el que se hacía un repaso a todos los mejores momentos de la cadena en esos 30 años de emisión. Además, también apareció en el cine, concretamente en la película Tacones lejanos de Pedro Almodóvar, donde interpretaba a un presentador de televisión.
Su salida de La Sexta se produjo de forma rápida e inesperada. Es más, tal y como apuntó en su momento Vozpópuli, Hilario Pino decidió tomar esta decisión por un motivo de peso. Así, desde el medio de comunicación afirmaron que Hilario estaba cansado. «Está cansado de estar esperando un proyecto que nunca viene y prefiere irse a otro sitio, aunque no tiene dónde de momento. Lleva años siendo el sustituto o el segundón y no estaba dispuesto a seguir así», apostillaron en Vozpópuli. Sobre todo, después de ser suplente de Iñaki López y Mamen Mendizábal y no encontrar su lugar dentro de la cadena.
