La historia de amor de Carolina Herrera y 'El Litri': un divorcio sorpresa y una fortuna juntos

Carolina Adriana Herrera, la hija de la conocida diseñadora, ha vivido uno de los golpes más duros en las últimas semanas. La mujer ha perdido a su padre, Reinaldo, quien siempre destacó en su vida por ser una persona cultivada, apasionada del arte y por sus dos hijas. El empresario murió a principios del mes de marzo a los 91 años en su casa de Manhattan después de dejar atrás una dura vida en Venezuela. Allí le despidieron tanto Carolina Adriana como su otra hija, Patricia Cristina. Ambas siempre han estado muy unidas, al igual que lo han hecho a su familia, formando una de las sagas más conocidas del mundo, vinculada al mundo de la Moda y de la alta costura.

Probablemente, la más conocida en nuestro país es Carolina Adriana, quien protagonizó una larga relación con el torero El Litri, de quien se divorció hace un tiempo después de un fuerte y poderoso matrimonio. Carolina estudió Psicología y Biopsicología en el College Poughkeepsie. Debido a sus estudios decidió trabajar en el laboratorio de la Universidad Rockefeller. Por su parte, su hermana Patricia se formó en Historia del Arte por la Universidad de Brown y siguió los pasos de su padre, convirtiéndose en editora de la prestigiosa revista Vanity Fair. Con el paso del tiempo, Carolina fue dejando de lado lo que tenía que ver con la Ciencia y se centró en la empresa de su madre, siendo directora creativa de The House of Herrera Fragances.

La boda de Carolina Herrera y ‘El Litri’ con toque español

Fue en el verano de 2004 cuando Carolina y Miguel Báez, El Litri, protagonizaron una boda de ensueño. Los dos se convirtieron en uno de los matrimonios más poderosos de la jet set, rodeándose de las esferas más altas de la sociedad y acudiendo a los eventos más exclusivos. El enlace se celebró en la finca extremeña del novio, Los Guateles, en la localidad de Aliseda de Badajoz. Fue la revista Vogue USA la que se encargó de la publicación de las imágenes, dándole aún más caché a la boda. La ceremonia se celebró a última hora del día en una pequeña ermita que se construyó para la ocasión ante más de 600 invitados. Para ese momento, como no podía ser de otra manera, la novia lució un vestido de novia firmado por Carolina Herrera.

El diseño tenía el cuello en V, falda entablada y cuerpo entallado. Además, se cubrió con una mantilla blanca que le dio un toque clásico, romántico y, sobre todo, el estilo que siempre ha estado vinculado con la casa Herrera. Una vez terminada la ceremonia se sucedió una fiesta en la que no faltó el flamenco. Los novios comenzaron, así, una vida que, en un primer momento, no tenía mucho que ver. Él se había criado en una familia modesta con una gran vinculación con el campo mientras que ella había sido educada en uno de los mejores barrios de Nueva York, codeándose con los mejores círculos sociales y artistas. En una entrevista que concedió a Vanity Fair, la propia Carolina confesó que el torero nunca se acostumbró a vivir en la Gran Manzana, lo que supuso un escollo en su relación.

Su relación con gustos diferentes

Su historia de amor se remontaba a muchos años atrás. Concretamente a principios de los 2000 cuando Carolina viajó hasta España para rodar un documental sobre el toreo. Su amor fue a primera vista y, a partir de ese momento, comenzaron una estable relación. Primero, se establecieron, como explican desde la mencionada revista, en el piso de soltera de ella muy cerca del parque de El Retiro. Cuando nació su primera hija decidieron marcharse hasta una bonita casa cerca del Jardín Botánico. Así, durante un tiempo, su vida discurrió entre la capital y la localidad de Punta Umbría, en Huelva, donde pasaban la mayor parte de sus vacaciones. En un primer momento, se informó que su separación era algo temporal pero, con el paso del tiempo, la posibilidad de volver se fue diluyendo.

Al tiempo, Carolina rehizo su vida de la mano de Francisco Bosch, con quien ha mantenido una relación muy discreta y que solamente han sacado a pesar en contadas ocasiones. Ambos se conocieron en la ciudad argentina de Buenos Aires en 2018. Francisco procede de una buena familia conformada por diplomáticos, políticos y personas del mundo empresarial. Por su parte, El Litri se dio el ‘sí, quiero’ en 2022 con Casilda Ybarra de Fontcuberta. Juntos sí que han aparecido en público en varias ocasiones. Es más, la última vez fue hace unos días cuando hicieron acto de presencia en la presentación del suegro de Casilda y parte de El Litri, Miguel Báez Espuny. Fue ahí donde la mujer acaparó todas las miradas.

Los negocios de Carolina Adriana Herrera

Además de sus relaciones personales, Carolina se ha erigido como una gran mujer de negocios. Como explican en La Razón, en 2013, se convirtió en administradora única de Olimigata SL, una empresa dedica a distintos objetos sociales y que declaró tener unos activos valorados en algo más de 2 millones y medio de euros. En 2021 fundó, junto a dos socias, Oddities SL, una pequeña empresa dedicada a la «fabricación de perfumes y cosméticos». Además, Carolina Adriana tiene otra compañía, The Philocalist SL, que fue fundada en 2022 y se dedica a «la confección, comercialización y venta de toda clase de prendas de vestir y accesorios».