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La infancia de Joaquín Torres con un padre «que quería ser más rico que Florentino Pérez»

El arquitecto ha hablado, en varias ocasiones, de lo más duro de su juventud y, sobre todo, de la exigencia de su familia

La infancia de Joaquín Torres con un padre «que quería ser más rico que Florentino Pérez»

Joaquín Torres, en una imagen de archivo. | Gtres

Joaquín Torres no está pasando por el mejor momento de su vida tras su accidente y su divorcio. El arquitecto y creador de las mejores casas de La Finca ha vivido una carrera especialmente exigente, marcada por la creatividad y, sobre todo, los valores que le inculcaron sus padres desde pequeño. Probablemente, una de las etapas más complicadas que le ha tocado vivir ha estado relacionada con su identidad sexual, una experiencia que describe como «lo más difícil», sobre todo por tener que contárselo a sus dos hijos, Álvaro y Manuel. Ahora, Torres vive su vida con total libertad, sin importarle el qué dirán, aunque siendo muy consciente de todos los trances complicados que está teniendo que afrontar.

Joaquín Torres creció en Madrid, ciudad a la que ha estado ligado prácticamente toda su vida y donde más tarde desarrollaría su carrera profesional. Su infancia transcurrió en un entorno urbano, sin referencias a una niñez itinerante o internacional, lo que refuerza la idea de una educación bastante clásica y estructurada en la capital. En cuanto a sus padres, Torres ha dejado claro que procedía de un entorno familiar exigente, donde se valoraban la disciplina, el esfuerzo y la responsabilidad. No ha hablado de ellos de forma individualizada ni ha dado demasiados detalles personales, pero sí ha mencionado en varias ocasiones que su educación fue rigurosa, algo que influyó directamente en su carácter perfeccionista y competitivo. Esa exigencia temprana es una constante en el relato que él mismo hace de su forma de trabajar y de entender el éxito.

La infancia de Joaquín Torres en Madrid

No se conocen vínculos familiares directos con el mundo de la arquitectura o el arte, por lo que su vocación parece haber sido más una elección personal que una herencia familiar. Desde joven mostró interés por lo creativo, el diseño y las formas, inclinación que acabó canalizando hacia la arquitectura, aunque siempre con un enfoque muy personal y poco académico en lo estético. En varias ocasiones, Torres ha hablado de que su infancia incluyó cierta autoexigencia, el deseo de destacar y la necesidad de demostrar, rasgos que después se reflejarían tanto en su carrera profesional como en su personalidad pública. Es decir, era una familia estricta y poco dada a la exposición pública.

Su padre, Juan, nació en Ferrol, en La Coruña, en 1936. Durante toda su vida dedicó su carrera profesional al mundo empresarial. Estudió para ser ingeniero de Caminos y fundó, junto a Florentino Pérez, el grupo constructor ACS —Actividades de Construcción y Servicios—. Tanto él como el presidente del Real Madrid montaron los cimientos de una de las empresas más grandes en el mundo de la construcción y de los servicios urbanos. Hasta ahora, Florentino sigue siendo presidente ejecutivo de la misma. Sin duda alguna, el papel del progenitor de Joaquín Torres fue esencial para el desarrollo y la consolidación de la empresa. «Cuando mi padre vendió las acciones de la constructora en el 97 se quedó con una liquidez inmensa y con un patrimonio que prefiero no decir porque me parecen cantidades obscenas», contó el arquitecto en una entrevista a ABC.

Juan, un padre estricto que quería ser «más rico que Florentino Pérez»

Es más, Joaquín confesó que la «única obsesión» de su padre era «montar una empresa para hacerse más rico que Florentino Pérez». Juan también fue presidente del Metro de Madrid, profesor universitario en el IESE y presidente de distintas compañías familiares e industriales a lo largo de su vida, como confirman en Jaleos. Gracias a esto, su nombre apareció entre las mayores fortunas de nuestro país. Es más, fue, también, un gran coleccionista de arte y patrono de distintos museos como el Reina Sofía de Madrid y el Guggenheim de Bilbao. Así, se convirtió en vocal del patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía durante cuatro años. Y, desde 2002, era miembro de honor del Museo Guggenheim de la ciudad vasca. También, fue académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Florentino Pérez, en el último ‘adiós’ al padre de Joaquín Torres. | Gtres

Juan murió hace unos días, a sus 89 años, después de una vida, también, marcada por su etapa familiar. El hombre estuvo casado con Joaquina Vérez, quien murió en marzo de 2024, con quien tuvo cinco hijos. Su carácter discreto se rompió hace un tiempo cuando decidió denunciar a su hermano Julio, quien «se quedó con todo» —refiriéndose a las empresas de su familia—, sin dejar dinero «ni para pagar la calefacción». Lo cierto es que este carácter más aperturista con la prensa es algo que ha heredado su hijo Joaquín, quien, aunque en un principio siempre intentó ser bastante sincero, en cuanto a su vida personal, varios momentos de su vida le han hecho explotar frente a los medios de comunicación.

Creó sus propias empresas y se unió al presidente del Real Madrid

También, sus redes sociales se han convertido en una gran vía de escape para sincerarse y expresar sus sentimientos. Joaquín Torres es uno de los arquitectos españoles más conocidos de las últimas décadas, tanto por su trayectoria profesional como por su presencia mediática. Nacido en Madrid en 1970, se formó como arquitecto y pronto destacó por un estilo muy reconocible, basado en líneas limpias, volúmenes rotundos y una concepción de la arquitectura como una mezcla de técnica, diseño y carácter.

Es fundador y director del estudio A-cero, un despacho que alcanzó gran proyección a partir de los años 2000 gracias a viviendas de alto nivel, proyectos singulares y colaboraciones con clientes muy conocidos. Su arquitectura se caracteriza por una estética contemporánea, minimalista y contundente, en la que el hormigón, el vidrio y las formas geométricas juegan un papel central. Con A-cero ha desarrollado proyectos tanto en España como en el extranjero. Más allá de la arquitectura, Joaquín Torres se convirtió en un personaje popular gracias a la televisión. Programas como Esta casa era una ruina o Supercasas lo acercaron al gran público, mostrando su carácter directo, exigente y perfeccionista. Esa exposición mediática lo transformó en una figura reconocible incluso para quienes no siguen el mundo de la arquitectura.

El año más complicado de Joaquín Torres

En el plano personal, Torres ha hablado abiertamente de aspectos íntimos de su vida, como su homosexualidad, su faceta como padre de dos hijos y los momentos difíciles que ha atravesado a nivel emocional. Esa sinceridad ha contribuido a construir una imagen pública compleja, que combina éxito profesional, vulnerabilidad y un discurso muy personal sobre el esfuerzo y la superación. Estos últimos meses, como decíamos, han sido especialmente complicados para Joaquín. En el verano de 2025 conocíamos la ruptura del arquitecto con su marido, el televisivo Raúl Prieto. Fue el propio Joaquín quien confesó que su marido «le había dejado». «Esto es algo que iba a llegar en algún momento… Para mí ha sido un palo muy grande. No lo puedo ocultar; aún no estoy bien», confesó el propio Joaquín.

Un tiempo antes, concretamente a finales de 2023, sufrió un complicado accidente de tráfico, mientras conducía su moto por las calles de Madrid. El arquitecto tuvo que enfrentarse a varias fracturas en la pelvis y en el brazo, así como a lesiones en el hígado y los pulmones, lo que hizo que tuviera que pasar por quirófano.

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