Un enfermero alemán, sospechoso de haber matado al menos a 90 pacientes
Un enfermero alemán, Nils Högel, está siendo investigado por haber matado al menos a 84 pacientes en Alemania entre 2000 y 2005, según ha anunciado este lunes la policía alemana. Högel ya está condenado por el asesinato de dos pacientes. «La comisión de investigación especial estableció 84 asesinatos», ha indicado a AFP el jefe de la policía de Oldenburgo, en el norte del país, Johann Kühme.
El enfermero alemán Nils Högel está siendo investigado por haber matado a entre 90 y 180 pacientes en Alemania entre 2000 y 2005, según ha anunciado este lunes la policía alemana, después de 12 años de investigación. Högel fue condenado por el asesinato de dos pacientes hace dos años. «Después de 134 exhumaciones, y varios cientos de testimonios, podemos probar al menos 90 asesinatos y al menos hay otros tantos que no podemos probar», ha declarado a AFP el jefe de la investigación, Arne Schmidt.
En junio de 2016, los investigadores establecieron la implicación del enfermero en 33 muertes, todos pacientes en varios centros donde trabajaba Högel. «Este número [de muertos] es excepcional, único, en la historia de la República Federal de Alemania», ha indicado Schmidt. «Lo que hemos podido saber es aterrador, sobrepasa todo lo que habríamos podido imaginar», ha insistido Johann Kühme, jefe de la policía de Oldenburgo, en el norte del país.
Niels Högel habría matado a la mayoría de sus pacientes administrándoles sobredosis de medicamentos cuando estaban en reanimación. No tenía «preferencias» de edad o de sexo, sino que «prefería los pacientes que se encontraban en un estado muy crítico», ha indicado Schmidt.
Sin embargo, los investigadores reconocen que la lista de víctimas nunca se podrá establecer con certeza. «¿Quién sabe cuantos crímenes podrán ser identificados?», ha dicho Thomas Sander, el fiscal de Oldenburgo. «El sospechoso no se acuerda de cada caso. Pero en más de 30 casos se acordaba de pacientes concretos y de su comportamiento», ha sostenido, por su parte, la responsable de la fiscalía de la misma ciudad, Daniela Schiereck-Bohlemann.
Högel, de 41 años, fue condenado del 26 de febrero de 2015 a cadena perpetua por haber matado a dos pacientes. También está cumpliendo una pena de siete años y medio de prisión por intento de asesinato. Entretanto el enfermero confesó a un psiquiatra otros cincuenta asesinados, que llevaron a abrir nuevas investigaciones en enero de 2014. Y a finales de ese año habló de otros sesenta intentos de asesinato.
El caso salió a la luz en 2005, cuando un compañero de trabajo le sorprendió administrando una inyección no autorizada a un paciente de una clínica de Delmenhorst. Una mujer, alarmada por lo mediático de este primer caso, empezó a tener dudas sobre la muerte de su madre. Se exhumaron varios cuerpos y los investigadores encontraron restos de sustancias sospechosas en cinco de ellos, llegando a la conclusión de inyecciones mortales en tres casos y en los otros dos de una «causa probable» del fallecimiento. Högel explicó por su parte que practicaba estas inyecciones para llevar a los pacientes al umbral de la muerte, con el objetivo de demostrar su capacidad de traerlos a la vida. Única motivación alegada: «El aburrimiento».
Este caso, sin embargo, es también el de los fallos de las dos clínicas donde el enfermero trabajó. Aunque las muertes de los pacientes tuvieron a menudo lugar cuando Högel estaba de servicio, ningún mecanismo interno dio la alarma. «Nadie quiso asumir sus responsabilidades«, según los investigadores. Las clínicas de Delmenhorst y de Oldenburgo están siendo investigadas para determinar responsabilidades ya que «los asesinatos habrían podido evitarse», dijo el jefe de la policía de Oldenburgo.