En 2019 el anterior líder del autodenominado Estado Islámico (EI), Abu Bakr Al Baghdadi, falleció en un ataque militar. Desde entonces existía un plan secreto para nombrar un nuevo líder
Abdullah Qurdash, o su otro nombre, Amir Mohamed Saied Abdulrahhman sería el nuevo líder de EI, según adelanta la BBC. Y señala que antes de la muerte de Al Baghdadi ya «manejaba la mayoría de los asuntos de ‘El Califato'»
Después de estar unos años en prisión, recluido en Bucca por las fuerzas estadounidenses, Abdullah se unió a Al Baghdadi y al EI y pronto se convirtió en un alto cargo de la organización.
Un miembro del EI retenido por el servicio de inteligencia iraquí asegura que «no confía en nadie, excepto en sus allegados» y que «no es un intelectual, no tiene la capacidad de dar discursos como Al Baghdadi».
Le definen como una persona cruel y con mucha influencia dentro de la organización.
Cuando el 26 de octubre de 2019 Abu Bakr Al Baghdadi fue asesinado en una incursión estadounidense se pierde el rastro de Abdullah. Los servicios de inteligencia iraquíes afirman que se encuentra escondido en el norte de Siria, en las zonas controladas por los kurdos.
Se cree que está trabajando con un grupo de líderes iraquíes en la reconstrucción del Estado Islámico, un proceso que puede demorarse mucho. Quizás demasiado para un califa sin califato.
