Descubren en Holanda dos 'comisarías' ilegales chinas operando en su territorio
Las autoridades del país asiático estarían usando estas instalaciones para amedrentar a los disidentes chinos que viven en Países Bajos
Las autoridades holandesas se encuentran investigando la posible existencia de dos ‘comisarías’ ilegales que China tiene en su territorio para hostigar a los disidentes del régimen comunista, según desvela el diario holandés RTL y el grupo de periodistas de investigación Follow The Money.
Las instituciones chinas cuentan con oficinas a lo largo del país para que los ciudadanos que vivan en Holanda puedan realizar algunos trámites burocráticos, como la renovación del carnet de conducir, para facilitar su vida ordinaria. Ahora, según las investigaciones realizadas, esas instalaciones estarían dedicadas a favorecer el trabajo de la policía china en el exterior, algo de lo que el Gobierno holandés no ha tenido constancia hasta ahora.
Esta labor policial estaría dedicada a la recolección de información y a amenazar a los disidentes chinos que viven en Países Bajos y se muestran contrarios al régimen de Xi Jinping.
Esta situación ha obligado al Gobierno holandés a valorar la situación y el Ministerio de Asuntos Exteriores ya ha reconocido que están investigando el caso para saber «qué están haciendo exactamente aquí», para posteriormente tomar «las medidas adecuadas», ha señalado la portavoz del organismo.
«Ahora que está claro que existen estas dos comisarías de policía secretas que operan ilegalmente, no podemos esperar un día más. Estas actividades deben detenerse lo antes posible y las comisarías deben ser clausuradas», señala el diputado Sjoerd Sjoerdsma del partido D66, miembro del gobierno de coalición que rige el país.
También se ha pronunciado un miembro del partido líder del Gobierno y compañero de filas de Mark Rutte, Ruben Brekelmans, que ha afirmado que «este es otro ejemplo más de cómo China se está infiltrando en los Países Bajos» y ha arengado al Ejecutivo a «llegar al fondo del asunto, llamar al embajador chino para que rinda cuentas y cerrar las comisarías».
Brekelmans ha cargado duramente contra China indicando que «la represión de Pekín no debe filtrarse en nuestro país», añadiendo que «están tratando de dejar que las leyes chinas hablen en suelo holandés. Esa es realmente una forma de interferencia extremadamente indeseable. No debemos cederles ni un centímetro».