El Gobierno palestino aplaude a Colau por suspender las relaciones con Israel
Reclama a otras ciudades que «den pasos similares» para «presionar al Gobierno fascista israelí»
El Gobierno palestino ha aplaudido este jueves la decisión de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de suspender de forma temporal las relaciones con las instituciones de Israel, incluido el hermanamiento con Tel Aviv, y ha reclamado a otras ciudades que «den pasos similares» para «presionar al Gobierno fascista israelí».
El Ministerio de Exteriores palestino ha indicado en un breve comunicado publicado en su página web que la decisión de la Alcaldía de Barcelona pone «presión» sobre Israel para que «ponga fin a todas sus violaciones y crímenes contra el pueblo palestino, su tierra, sus hogares, propiedades, lugares santos y derechos».
Así, ha hecho hincapié en que este tipo de medidas son necesarias ante las acciones «ilegales y unilaterales» de Israel que «socavan la oportunidad de lograr la paz», antes de criticar sus «políticas hostiles y contrarias al Derecho Internacional, que violan además los acuerdos firmados».
Colau envió una carta al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, para decretar esta suspensión de relaciones, según confirmó el miércoles la primera edil durante la recepción a las entidades impulsoras de la iniciativa ciudadana de apoyo al pueblo palestino ‘Barcelona amb l’Apartheid NO, Barcelona amb els Drets Humans, SÍ’.
«Hay que hacer un gesto contundente para invitar a trabajar por la paz. En este sentido hacemos esta suspensión de relaciones con el Estado de Israel, que confiamos que sea temporal», manifestó, antes de denunciar las «décadas de vulneraciones sistemáticas de los Derechos Humanos, la ocupación y la colonización ilegal de territorios palestinos en contra de todos los dictámenes de Naciones Unidas»,
«Hay que romper este silencio, hay que romper esta normalización de una cosa que no es normal», señaló Colau, que se refirió al consenso internacional para definir la situación de ‘apartheid’, en sus palabras. Por último, insistió en que «en ningún caso es una discriminación contra la población judía». «Es la crítica a un gobierno, no a un pueblo, no a una comunidad, no a una religión» zanjó.