Quién es Milei, el candidato que pide dolarizar Argentina y acabar con la «casta política»
Economista de profesión y estrella televisiva, promete ilegalizar el aborto o permitir la venta de órganos
Javier Milei ha pasado de ser un desconocido fuera de Argentina a convertirse en uno de los nombres propios del año. Su éxito en las elecciones primarias del país al frente del partido La Libertad Avanza es solo la piedra final de una pirámide política y mediática que se ha venido construyendo desde hace 10 años, cuando el ahora candidato a la Presidencia era tan solo un personaje popular y recurrente en los platós de televisión por su estilo directo y alborotado de atacar a los sucesivos gobiernos y plantear su principal receta para el futuro argentino: propuestas sencillas a problemas complejos.
El éxito de su candidatura no es casual y como gran parte de las propuestas radicales bebe del malestar y del descontento de un país acuciado por la inflación, la desconfianza en la clase política y la creciente sensación de inseguridad. Milei ha sabido leer el malestar de la sociedad y construir su programa electoral en torno a él. Sus planes, aunque suenen sencillos, tendrían un gran impacto en la economía y la sociedad y sacudirían por completo los cimientos económicos y sociales hasta dejar una nación muy diferente, todo ello en un plazo de 35 años.
El «liberal libertario» y «anarcocapitalismo» –tal y como se ha definido él mismo en repetidas ocasiones– ya no es solo un fenómeno en las redes sociales, donde sus videos atesoran millones de visualizaciones. Sus propuestas y sus comparecencias son cuanto menos polémicas, en especial su oposición del aborto o su postura favorable a la venta de órganos como si fuera «un mercado más». Economista de estudios y con un pequeño paso en el mundo de la música a través de una pequeña banda de Rock, la nueva sorpresa de la política argentina es ahora un firme candidato a la Presidencia del país en octubre de 2023, momento en el que espera recuperar la bonanza que tenía el país, siguiendo el viejo lema de Donald Trump en su carrera presidencial y hacer a Argentina grande otra vez.
Un economista en un plató
La historia pública de Milei se empieza a escribir bajo los focos de los platós. El economista de ojos celestes y pelo alborotado (peinado cada mañana por una «mano invisible») contaba con una extensa carrera en el mundo de la macroeconomía así como varias columnas en algunos medios argentinos. Sin embargo, fue en 2014 cuando saltó al estrellato tras ser requerido por presentadores y conductores de programas de máxima audiencia para participar como tertuliano en espacios de actualidad. Entró con fuerza para no volver a salir.
Sus formas explosivas, su tono agresivo y algunas de sus excéntricas actitudes hicieron de él un personaje público de renombre que lo mismo daba las recetas para revertir la acuciante inflación que regalaba a los espectadores una lección teórica de «sexo tántrico», actividad de la que fue «profesor», según ha confesado en alguna ocasión.
Su enorme popularidad no le dejó en el camino que recorren muchas estrellas televisivas, varadas en un plató hasta caer en el olvido sin llegar nunca llegan a dar el salto a otros estratos de la vida pública. Milei se hizo un hueco en la política y en 2021 asomó la cabeza en la primera línea de la que no parece que vaya a bajarse pronto. Su fuerte oposición al peronismo y a los dirigentes de esta y todas las cuerdas políticas así como sus posiciones ultraliberales le abrieron un hueco en el mercado político y supo captar al nicho electoral más descontento.
Milei pondría el primer ladrillo de su carrera política en un directo de Instagram. Las redes sociales habían ayudado a disparar su fama gracias a lo sencillo que resultaba cortar trozos de sus comparecencias para viralizarlas aprovechando los mensajes directos y sencillos con los que se presentaba y en ellas dio el primer paso para encabezar una candidatura política como diputado nacional en la capital, Buenos Aires, por la formación Avanza la Libertad, que abandonaría al poco tiempo para constituir La Libertad Avanza, bandera bajo la que camina en la actualidad para hacer frente a la «casta política» a la que sostiene que nunca pertenecerá y con la que promete acabar de tener el poder en sus manos.
El kirchnerismo es una de las grandes heridas de la sociedad argentina. Las acusaciones de corrupción y la delicada situación económica que atraviesa el país a manos de Alberto Fernández han disparado la popularización de las apuestas más radicales como las de Milei, que promete una reducción radical del gasto público o volar por los aires los programas sociales del país hasta reducir hasta casi la nada la presencia del Estado en la vida de los ciudadanos.
Con estas medidas dio el salto a los atriles y a las campañas electorales de todo el país. Su campaña le granjeó un enorme éxito al convertir a una fuerza política de nueva creación en la tercera lista más votada. Estos comicios no tenían implicaciones en el reparto de escaños y valió para convertirle en un fuerte aspirante a un asiento en el Congreso en los comicios que se celebrarían en noviembre de 2021.
Milei salió elegido y su partido obtuvo un segundo representante. Es en este periodo donde la promesa de los platós se convertiría en una estrella política, despertando las pasiones de buena parte de una sociedad que vio en él a la persona encargada de revertir los males en el país. A pesar de su poco o nulo poder en las instituciones –en especial por no participar en las comisiones de la Cámara– sus comparecencias le sirvieron como altavoz con el que llegar a las clases que aún no le conocían y los vídeos de las mismas alcanzaban en poco tiempo los cientos de miles de visitas, en algunos casos hasta los millones.
Como otros dirigentes de corte populista de la nueva política como el expresidente Donald Trump, prometió que renunciaría a su salario en caso de salir escogido. Cumplió, aunque con una sorprendente vuelta de tuerca: sortearía mensualmente el monto correspondiente entre quienes se apuntaran. A la primera rifa se unieron más de 1,5 millones de personas.
En su camino a la Presidencia de Argentina hay que destacar una parada en España. La relación de Milei con Vox es una realidad y ambos forman parte de la misma familia política, aunque los postulados del argentino son marcadamente más radicales que los de Santiago Abascal en todos los aspectos. Juntos figuran en la conocida como Carta de Madrid, documento promovido por la fundación Disenso (principal ‘think tank’ de Vox) para reivindicar la herencia occidental en la Iberoesfera y contraponerse a la izquierda imperante en América Latina y sus valores «comunistas» y antioccidentales.
Fue en Viva 22, fiesta con la que la formación española pretende reivindicar la ‘hispanidad’ y que utiliza como gran mitin para mostrar su músculo social, donde el argentino confirmó su intención de convertirse en el próximo presidente del país de la mano de Victoria Villarruel.
Acabar con el Estado en la vida pública
El programa de Milei es sencillo de resumir y complejo de aplicar. Sus propuestas forman parte de un proyecto a 35 años vista que busca recuperar la pujanza de Argentina a comienzos del siglo XX a través de un fuerte recorte del gasto social que pasaría por reducir el coste público en hasta 18 puntos del Producto Interior Bruto (PIB) argentino que, paulatinamente, pasaría por acabar con los sistemas públicos de pensiones y de sanidad así como el recorte de las ayudas a los más desfavorecidos. En cuanto al estrechamiento, este también estaría destinado a las instituciones ministeriales, que bajarían de ocho, y estaría acompañada de una drástica bajada de los impuestos y una privatización de las empresas públicas.
Sin embargo, en el plano económico, su propuesta más significativa y destacada por todos los ciudadanos es la conocida como «dolarización». Milei defiende que la acuciante inflación podría resolverse a través de la apertura de divisas en la economía argentina, permitiendo la presencia de más de una moneda en el curso legal y dejando que en esta coexistencia entre el peso y el dólar sean los ciudadanos quienes escojan cuál utilizar. El candidato considera que con el paso del tiempo será la segunda quien se imponga. Para poder conseguir este plan habría que tomar un paso previo que Milei define con sencillez: «Dinamitar el Banco Central de Argentina», institución achaca «todos los males» que ha sufrido la economía nacional desde 1935, fecha en la que fue fundado.
El polémico Milei también se ha posicionado sobre otros asuntos de actualidad. Si sale elegido presidente, promete acabar con el conocido como Ministerio de la Mujer e ilegalizar el aborto al considerar que los individuos han de tener completa libertad sobre su cuerpo, pero no en esta materia al estar en juego la vida de otro ser humano. También asegura que acabará con la enseñanza sexual integral en las escuelas por «deformar la cabeza» de los jóvenes.
Sobre la interrupción voluntaria del embarazo se ha pronunciado en repetidas ocasiones. La postura ya ha sido explicada y a su parecer no deben hacerse excepciones ni tan siquiera en los casos de violación o abusos sexuales, solo en casos de riesgo para la vida de la madre. «La mujer puede elegir sobre su cuerpo, pero lo que tiene dentro del vientre no es su cuerpo, es otro individuo», llegó a declarar.
El liberalismo radical del candidato Milei le ha valido varios enemigos por dos de sus comentarios más polémicos: su postura favorable a la venta de órganos y su negativa a financiar programas de investigación de enfermedades en menores de edad, como las cardiopatías en bebés.
En la primera, Milei argumenta que el cuerpo es el primer bien del ser humano y que debería poder disponer de él para lo que desee, como si es «intercambiar un brazo» por una casa. «¿Cuál es el problema? Si el liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad, mi primera propiedad es mi cuerpo ¿Por qué no voy a poder disponer de mi cuerpo?», explicó en una entrevista en un medio argentino, en el que añadió que si las personas no pueden recurrir a este «mercado», morirán de hambre.
La postura sobre la segunda cuestión quedó marcada por su oposición en la Cámara al conocido como «Programa Cardiopatías Congénitas», que investiga las causas y las soluciones a una de las causas de defunción más comunes en los neonatos. El porqué de esta negativa está en que de apoyarla, estarían a favor de una mayor presencia del Estado en la vida pública: «Implica más presencia del Estado interfiriendo en la vida de los individuos e implica más gastos. Eso no funciona así. Nosotros votamos en función del ideario liberal».
Estos no son sus únicos planes. La lista es extensa e incluye planes como la militarización de los sistemas de seguridad en las prisiones, permitir la tenencia de armas para los ciudadanos y proteger su «uso legítimo». Todo ello podría cumplirse de ser el próximo presidente de Argentina desde el 22 de octubre de 2023, cuando volverá a las urnas para tratar de alcanzar el poder de un país que ahora tiene una alternativa a las fuerzas tradicionales.