Exministro de Exteriores de Bolsonaro: «La izquierda es más Pablo Escobar que Marx»
Ernesto Araújo denuncia que Lula da Silva está resituando a Brasil «en el eje totalitario del mundo»
«El verdadero eje de fuerzas en Latinoamérica no es el clásico izquierda contra derecha, sino el crimen contra la ley». Es uno de los mensajes que más nítidamente transmite Ernesto Araújo (Porto Alegre, 1967), el que fuera ministro de Exteriores de Brasil entre 2019 y 2021 bajo el expresidente Jair Bolsonaro. En una conversación con periodistas organizada por la Fundación Disenso, el excanciller emite su diagnóstico sobre las causas de la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva y el reciente auge de la izquierda latinoamericana.
Porque el giro à gauche de la región en los últimos años es indudable: el primero fue López Obrador, que se convirtió en presidente de México en 2018; le siguió la vuelta al poder del kirchnerismo en Argentina en 2019; al año siguiente, la victoria del ya defenestrado Pedro Castillo en Perú; y, en 2022, las llegadas de Boric y Petro a las presidencias de Chile y Colombia.
La relación entre la izquierda y el crimen organizado
Para Araújo, el problema es que los gobiernos de derecha no han atacado la raíz del problema, sino que han dejado como estaban los sistemas de poder de sus respectivos países, íntimamente relacionados con «el narcotráfico, el crimen organizado, el terrorismo y la corrupción». En Brasil, además de los ya mencionados vínculos del Estado con elementos externos, Araújo menciona que no se haya tocado la ley electoral o el método de elección de la Corte Suprema. En Argentina, añade, Macri no fue contundente contra el sistema sindical.
En el caso de países con más tradición de derechas en los últimos tiempos, como Colombia y Chile, el exministro brasileño apunta a las «acciones desestabilizadoras programadas desde Caracas y La Habana», como el Estallido Social de Chile en 2019. Para Araújo, esta ha sido la respuesta del chavismo después de la presión internacional para derribar el régimen de Maduro en Venezuela. Y es que, sintetiza el excanciller de Bolsonaro, «la izquierda latinoamericana se parece mucho más a Pablo Escobar que a Marx».
Brasil cambia de bando con Lula
En este sentido, y nueve meses después de la vuelta de Lula da Silva al poder, el exresponsable de Exteriores ve claro que el presidente izquierdista está resituando el sistema de alianzas brasileño para encajarse «en el eje totalitario del mundo, junto a China, Rusia, Irán, Venezuela y Cuba». Lo que ocurre, continúa Araújo, es que Lula se las apaña para «encubrir» esa realidad con un guiño discursivo hacia Estados Unidos y Europa, su defensa del medio ambiente. Mientras, el dirigente aprovechará para seguir estrechando lazos con Venezuela y Cuba, así como con el «submundo de crimen organizado» presente en Brasil y que, según Araújo, trabaja codo con codo con el poder estatal.
Precisamente para contrarrestar ese eje Caracas-La Habana-Managua, el excanciller de Bolsonaro afirma que se necesita una cantidad mínima de países, entre los cuales deberían estar al menos algunos de los siguientes: Brasil, México, Argentina, Colombia y Chile. «Tengo mucha esperanza del cambio que pueda venir de una posible elección de [Javier] Milei en Argentina», dice también Araújo, al tiempo que pide «que Estados Unidos y Europa tomen conciencia de lo que está pasando en Latinoamérica y pongan su peso en [promover] los gobiernos democráticos».
En esta contienda, también pide un paso adelante de España, socio importante en el entramado de la Iberoesfera como puerta de entrada del comercio de Latinoamérica a Europa. Con todo, Araújo cree que nuestro país puede también ser un promotor más activo de la democracia para las dictaduras de la región.
Escéptico con la ONU y la Agenda 2030
Pero el político nacido en Porto Alegre va más allá e insiste en las críticas que el Gobierno de Bolsonaro ya dirigió en su día contra la ONU, con el objetivo de «que las Naciones Unidas volviesen a ser eso, naciones unidas», y no lo que, según Araújo, la domina ahora: un secretariado que dirige un hipotético consenso. En concreto, apunta el excanciller, hay que volver a la esencia de la Declaración de Derechos Humanos, «que gira en torno a la libertad y que se ha perdido». Además, pone por ejemplo la cuestión del aborto cuando rechaza «que se legisle por un consenso internacional sin que eso pase por nuestro Congreso nacional».
En cualquier caso, Araújo apuesta por que la voz de Brasil se escuche nítida en los foros mundiales; para él, el país sudamericano pasó en la etapa de Bolsonaro «de leer un guion políticamente correcto y dado por otros a tener una posición propia de soberanía».
El exministro de Exteriores critica asimismo la implantación de ciertas políticas en Brasil procedentes de esos organismos internacionales. En concreto, se refiere a la Agenda 2030, sobre la que reconoce elementos positivos, como la apuesta por lograr un acceso universal al agua potable, pero que rechaza en el fondo porque «en ella no está lo más fundamental para una sociedad, la libertad». «Eso abre paso a los totalitarios», remacha.
En el combate contra las dictaduras y autocracias del mundo, Araújo reivindica una vuelta a unos principios fuertes: «Nadie sale [a manifestarse] a la calle por el equilibrio del déficit, pero sí por valores más profundos». Entre esos ideales, el exministro de Bolsonaro menciona la recuperación de la idea de nación y cita el lema «Dios, Patria y Familia». En este sentido, cree que el legado del expresidente brasileño sigue vivo, el de la «esperanza de un cambio estructural y profundo» en el país.