Una turista española atrapada en Israel carga contra Albares: «Nos sentimos abandonados»
Natacha Palenzuela critica que el Gobierno «se ha dedicado a hacerse fotos en el aeropuerto y salir en las noticias»
Natacha Palenzuela y su pareja Marco Antonio Fortes aterrizaron el 30 de septiembre en Jerusalén para adentrare en una aventura con la que siempre habían soñado: hacer un ‘tour’ en Israel y Cisjordania (Palestina). Tras el ataque en el Estado hebreo del pasado sábado, se encontraban en territorio palestino ya que habían acudido a visitar Belén: el drama había comenzado. Al querer regresar a su hotel, se enteraron de que la frontera había cerrado y se acababa de decretar el estado de guerra.
«La embajada, sabiendo que Israel iba a tomar represalias, nos dijo que buscásemos un hotel en Palestina. Gracias a algunos musulmanes descubrimos que había un paso fronterizo solo para coches y pudimos atravesarlo con un taxi para volver a nuestro hotel», comenta indignada por haberse enterado de la existencia de ese paso fronterizo gracias a un taxista y no a la embajada.
Una vez cruzaron, se vieron obligados a hacer ‘autostop’ y un grupo de alemanes les ayudaron a regresar a su hotel: «Al ser de ‘Auto Chek-in’, no había recepción, y no teníamos ni agua ni comida. Se lo dijimos a la embajada y nos dijeron que podíamos salir a la calle sin problemas».
El día a día se ha convertido en un desafío para los que allí habitan. Palenzuela asegura que este lunes sonó la alarma por bombardeo hasta en dos ocasiones y les recomendaron quedarse en sus casas/hoteles. Eso sí, el domingo pudo hacerlo y vio en primera persona la «tensión» y el «odio» entre culturas: «Un musulmán nos ayudó a sacar un ticket del tranvía porque teníamos que cambiar de hotel y, al preguntar una cosa a los de seguridad, no quisieron contestarle porque eran judíos», pone la turista como ejemplo.
Además, todas las tiendas están cerradas en estos momentos por la creciente inseguridad a excepción de algunos puestos musulmanes 24 horas: «Ahora mismo te venden agua, Coca-Cola, chocolatinas y nada más», cuenta Palenzuela desesperada recordando que cada vez son más los casos de violencia con los que se cruza.
«Vi que a un judío le tiraban agua por la calle. Luego nos encontramos otro jugando con una navaja en la mano… La situación que se vive es tensa. Hay revueltas y prefiero no entrar en internet porque lo que lees en los portales de aquí es que quieren ir a la guerra santa», confiesa aterrada esperando poder regresar pronto a España.
«El Gobierno no nos ayuda»
El cabreo de Natacha Palenzuela y Marco Antonio Fortes con el Gobierno de España es mayúsculo. Cuando estalló el conflicto el pasado sábado por la mañana esperaban que el consulado y la embajada les hubiese ayudado, pero ahora dicen sentirse «desamparados»: «Pensábamos que teníamos representantes que iban a cooperar, pero nos hemos visto abandonados. Estamos inseguros, tenemos preocupación, incertidumbre, nadie nos dice nada concreto, la información es cambiante y mientras las aerolíneas dicen que no hay vuelos los representantes de la embajada dicen que el aeropuerto está funcionando», resume la canaria tras unas últimas horas «de locura».
Según Palenzuela, la embajada sólo les ha dado una respuesta: «Esperad, que todo está bien». Sin embargo, durante la jornada del lunes tuvieron que bajar al ‘búnker’ del hotel hasta en dos ocasiones ante el repetitivo sonido de la alarma en la ciudad.
Cuando han preguntado por los nombres de los miembros que les han atendido por teléfono, se han negado a compartir sus identidades, algo que les ha sorprendido casi tanto como «la falta de soluciones»: «Lo han dejado todo en el aire, porque no se quieren pillar las manos. Puede ser entendible, pero considero que a estas personas se les está pagando un sueldo para que asuman responsabilidades y den la cara ante sus ciudadanos», señala contrariada, apostillando que sólo les han recomendado llamar a las aerolíneas y ni les han proporcionado una lista de hoteles a los que acudir.
«Se han limitado a hacerse fotos en el aeropuerto y salir en las noticias», concluye criticando que hayan rechazado ofrecerle transporte para facilitar su regreso a España y no hayan «ni recogido sus datos» para llamarles todos los días y asegurarse de que están bien. «Cuando hemos llamado, muy poca empatía, casi que parecía que nos hacían un favor por cogernos la llamada».
La turista fue crítica con IATI Seguros, empresa con la que decidieron llegar a un acuerdo antes de su viaje para disfrutar del lugar con la tranquilidad de que, según dice, este tipo de situaciones estaban cubiertas. No es lo que ha ocurrido según Palenzuela: «Se han lavado las manos y han roto todas las cláusulas. Una de ellas era la repatriación en casos extraordinarios y, ante esta emergencia, nos han transmitido que no está ocurriendo nada extraordinario», asevera.
Sin embargo, los seguros de viajes se comprometen a cubrir los gastos médicos, farmacéuticos, quirúrgicos y de hospitalización. En este caso, dado que se trata de un conflicto internacional, es la Embajada de España la que debe tomar partido para proteger a sus compatriotas inmersos en este tipo de conflictos. Por eso aterrizó un avión militar cuatro días después del ataque sobre Israel para evacuar a más de 200 personas.
En las próximas horas, si la paz lo permite, acudirán a Tel Aviv para coger un avión que ya han pagado por internet sin saber si podrá despegar: «Justo ahora me acaba de llegar un mensaje de que mi reserva no está confirmada. No sabemos qué hacer, y sabemos que otras embajadas han ayudado a sus compatriotas a salir del país», zanja, añadiendo que no puede confirmar la cooperación de todas las embajadas, ya que mucha información la ha leído en redes. Está deseando volver a Canarias lo antes posible.