El G7 pide una «pausa humanitaria» en la Franja de Gaza para permitir el envío de ayuda
Los siete países firmantes reiteran su «firme apoyo» a Ucrania en una nota final con avisos a Rusia y China
Los ministros de Exteriores de los países miembro del G7 han pedido este miércoles una «pausa humanitaria» en la Franja de Gaza para permitir el envío de ayuda al enclave, escenario desde hace un mes de un conflicto en el que esperan también que se respete el Derecho Internacional.
«Remarcamos la necesidad de que haya acciones urgentes para resolver una crisis humanitaria que empeora en Gaza. Todas las partes deben permitir el apoyo humanitario sin trabas para los civiles», han reclamado los ministros, entre los que figura el estadounidense Antony Blinken, al término de una reunión en Japón.
Es en este ámbito en el que ven margen para «pausas humanitarias» y «corredores» que permitan por un lado la entrada de suministros básicos y, por otro, la liberación de los más de 240 rehenes en manos de Hamás, un grupo contra el que han llamado a seguir imponiendo sanciones. También han abogado por mantener la evacuación de extranjeros, que actualmente se limita al paso de Rafá, en la frontera con Egipto.
La nota expresa de manera clara la condena a los ataques perpetrados por Hamás el 7 de octubre y el respaldo al «derecho» de Israel a defenderse, teniendo en cuenta no obstante que tanto israelíes como palestinos deben poder vivir con «seguridad, dignidad y paz». El G7 ha llamado a seguir trabajando en favor del diálogo y de «una solución de dos Estados«, ya que consideran que es «el único camino para una paz justa, duradera y segura» en la región.
De hecho, ampliando el foco, han aludido a Irán, para condenar sus vínculos tanto con Hamás como con el partido-milicia libanés Hezbolá. El G7 ha emplazado a Teherán a utilizar su influencia para rebajar las tensiones y a abstenerse de cualquier futura medida que pueda «desestabilizar Oriente Próximo».
Avisos a Rusia y China
Por otro lado, la reunión ha servido para recordar el «firme apoyo» de los países del G7 a Ucrania, «durante el tiempo que sea necesario», con una premisa clara: «Una paz justa y duradera no se logrará sin la inmediata, completa e incondicional retirada de las tropas y de los equipos militares de Rusia del territorio de Ucrania reconocido internacionalmente».
Así, han recriminado a Moscú que siga rompiendo tratados internacionales y su «irresponsable retórica nuclear«, con avisos tanto en el ámbito judicial como en el económico. Los gobiernos del G7 quieren «acelerar» sus consultas para imponer nuevas sanciones en el ámbito de la energía, los metales y los diamantes.
Las conclusiones finales aluden igualmente a China, una potencia con la que el G7 apuesta por mantener «relaciones constructivas y estables» pero a la que también afean prácticas que en lo económico pueden llevar a «distorsionar» el mercado y que, en lo político, implica dudas sobre el respeto de los Derechos Humanos en zonas como Xinjiang, Tíbet y Hong Kong.
Quieren un Indo Pacífico «libre y abierto», en aparente respuesta a los intentos de Pekín por ganar influencia en la zona. En el mar de China Meridional, los ministros firmantes se han posicionado en contra de «cualquier intento de cambiar el ‘statu quo’ por la fuerza o mediante coacciones», mientras que también ven necesario que exista «paz y estabilidad» en el estrecho de Taiwán. Los países del G7 respaldan la doctrina de ‘una sola China’ al tiempo que llaman a integrar a Taiwán en organizaciones internacionales.