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Biden renuncia a las elecciones de EEUU y apoya a Harris como candidata demócrata

Ningún candidato en la historia de los EEUU había retirado su candidatura tan cerca de la celebración de las elecciones

Biden renuncia a las elecciones de EEUU y apoya a Harris como candidata demócrata

El presidente Joe Biden junto a la nueva candidata a la presidencia, Kamala Harris. | Tierney L. (Zuma Press)

En medio de una creciente presión por parte de prominentes miembros del Partido Demócrata, el presidente Joe Biden ha anunciado su retirada de la carrera presidencial de 2024. Este movimiento, tan sorprendente como esperado, ha generado una serie de interrogantes sobre lo que podría suceder a continuación en el proceso de nominación del Partido Demócrata.

Tras el anuncio, el ya excandidato ha querido apoyar públicamente a Kamala Harris, su vicepresidenta y actual candidata demócrata a la presidencia. El mensaje ha tenido lugar este domingo a través del perfil oficial en X del propio Biden.

Joe Biden había sido objeto de críticas tanto dentro como fuera de su partido. Con 19 senadores demócratas pidiendo su renuncia y figuras prominentes como el expresidente Barack Obama sugiriendo que reconsiderara su candidatura, la presión se volvió insostenible. Aunque Biden había declarado anteriormente que solo dejaría la carrera si «Dios todopoderoso bajara del cielo» y se lo pidiera, finalmente cedió ante las crecientes demandas y las preocupaciones sobre su estado cognitivo. La situación se agravó tras una serie de actuaciones mediáticas que no hicieron más que evidenciar la fragilidad física y mental del presidente Biden.

El respaldo de Biden a Kamala Harris ha sido recibido con una mezcla de alivio y cautela dentro del partido. Harris, que ha estado en el centro de la política nacional durante los últimos cuatro años, se prepara para asumir el rol de candidata presidencial con una sólida base de apoyo. La decisión de Biden le otorga a Harris una ventaja significativa para consolidar su posición durante la Convención Nacional Demócrata (DNC) que se celebrará el próximo 19 de agosto en Chicago. Harris ha estado trabajando en temas cruciales para buena parte del electorado, como los derechos reproductivos y la justicia social, lo cual podría aumentar su atractivo entre los votantes progresistas.

Con el abandono de Biden, Harris acude a la DNC como favorita para heredar la candidatura, si bien no se pueden descartar otros nombres como el de Michelle Obama. La transición se llevará a cabo en un contexto de alta tensión, pero con un respaldo firme desde la presidencia. El partido demócrata buscará consolidar sus filas y presentar una candidatura fuerte para enfrentar a los republicanos en las elecciones de noviembre.

Es probable que tras este anuncio podamos ver un repunte considerable del partido demócrata en las encuestas durante los próximos días. De ganar a Donald Trump, Harris se convertiría en la primera mujer en presidir los Estados Unidos, pero conviene recordar que tampoco sería la primera vez que Trump consigue derrotar a una candidata demócrata, como ya hizo con Hillary Clinton en 2016.

La renuncia de Biden también trae consigo implicaciones prácticas importantes, especialmente en lo que respecta a la financiación de la campaña. Harris hereda aproximadamente 91 millones de dólares en donaciones, lo que proporciona un sólido punto de partida financiero para su candidatura, pero para poder acceder a estos fondos, tendrán que gestionarlos cuidadosamente.

Según la ley estadounidense, si un candidato se retira y respalda a otro, los fondos recaudados podrían transferirse a una nueva campaña, pero esto debe hacerse de acuerdo con las regulaciones de la Comisión Federal de Elecciones (FEC). La transferencia de fondos no es automática, y requiere un proceso de reprogramación y aprobación. Además, debe cumplir con las leyes sobre cómo se deben administrar este tipo de donaciones para asegurar que todo se haga de manera transparente y legal. De no cumplir con estas condiciones, Harris podría verse obligada a devolver estos fondos a los donantes.

La atención recae ahora en cómo Harris y su equipo planean movilizar a los votantes y gestionar la campaña para aprovechar el impulso de esta transición y enfrentar el desafío de un Donald Trump que venía ganando terreno en las encuestas tras el intento de asesinato que sufrió durante uno de sus mítines. La campaña de Harris deberá abordar estos retos con una estrategia clara y una capacidad de respuesta ágil para mantenerse competitiva en un ambiente electoral cada vez más volátil.

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