Qué le ocurre a las personas que ganan la lotería (además de lo obvio)
Muchas veces nos hemos imaginado qué nos sucedería si ganásemos la lotería, pero ¿estamos en lo cierto? Veamos qué dice este estudio
Navidad es sinónimo de encuentros familiares, de amigos, comilonas, regalos… y lotería. El sorteo del 22 de diciembre es quizá de los más importantes del año, pues los que nunca apuestan esta vez lo hacen. En España es una tradición jugar este sorteo de Navidad, aunque a casi ninguno de nosotros nos toque ni el reintegro. Y quizá eso sea lo mejor.
En 1978, tres investigadores de la Universidad de Northwestern y la Universidad de Massachusetts intentaron dilucidad qué ocurría si se ganaba la lotería, y si realmente hacía feliz a las personas o no.
Para averiguarlo, preguntaron a dos grupos muy dispares sobre la felicidad en sus vidas. El primero estaba compuesto por los ganadores recientes de la Lotería del Estado de Illinois, cuyos premios oscilaron entre 50.000 dólares y un millón; y el segundo, por víctimas de accidentes que les dejaron parapléjicos o tetrapléjicos.
En entrevistas con los participantes, se pidió a los dos grupos, entre otras cosas, que calificaran la cantidad de placer que obtenían de las actividades cotidianas: cosas pequeñas pero agradables como charlar con un amigo, ver la televisión, desayunar, reírse con un chiste o recibir un cumplido. Cuando los investigadores analizaron los resultados, descubrieron que las víctimas de accidentes recientes aseguraron haber obtenido más felicidad con estos placeres cotidianos que los ganadores de la lotería.
¿Por qué los ganadores de la lotería eran menos felices que las víctimas de accidentes?
De media, los ganadores de la lotería puntuaron su felicidad con un 3,33 sobre 5, y las víctimas de accidentes lo hicieron con un 3,48/5. Los ganadores aseguraron que tenían más felicidad actual que las víctimas del accidente (un promedio de 4 sobre 5, en comparación con el 2,96 de las víctimas), pero los autores señalaron que ninguno de los dos grupos estaba tan feliz o infeliz como se esperaba.
¿A qué se debe? ¿Por qué los ganadores del sorteo no están más felices? ¿Y por qué las víctimas de los accidentes se sienten tan dichosos?
Esto se debe, en parte, a lo que se conoce como adaptación hedónica, que es la tendencia que tenemos las personas de volver a un nivel relativamente estable de placer y felicidad, independientemente de las situaciones, tanto positivas como negativas, que vamos viviendo.
«La emoción de ganar la lotería desaparecerá con el tiempo. Gradualmente, incluso los eventos más positivos dejarán de tener impacto a medida que sean absorbidos por la nueva línea de base de felicidad con la que se juzguen los eventos posteriores. Por lo tanto, a medida que los ganadores de la lotería se acostumbren a los placeres adicionales que posibilita su nueva riqueza, estos placeres deben experimentarse como menos intensos y ya no deben contribuir tanto a su nivel general de felicidad», detallan los autores en su estudio.
La felicidad se va diluyendo
Como vemos, ganar la lotería, encontrar pareja o comprarnos un coche nuevo nos hará felices durante un periodo de tiempo, pero una vez que nos acostumbremos a ello, dejaremos de sentirnos tan dichosos.
Algunos psicólogos creen que las personas tenemos un punto de referencia de felicidad, un nivel básico de bienestar preprogramado por nuestra genética y moldeado por nuestro entorno. Esta teoría sugiere que tanto los eventos maravillosos como las calamidades más catastróficas, al final, nos dejarán tan felices como siempre.
Por tanto, si no te ha tocado nada en la lotería, puedes estar tranquilo: puede que te dieses algún que otro lujo o que saldases alguna deuda, pero, pasado un tiempo, experimentarías la misma felicidad que sientes leyendo estas líneas.