Por qué deberías ayunar entre las comidas y cenas de Navidad
Si eres de los que come si no hubiera un mañana durante las fiestas navideñas, deberías ayunar el día de antes y/o el de después
Hace años, tenía cierto sentido comer hasta explotar en Navidad, pues no se sabía cuándo iba a venir otra guerra u otra época de hambruna, sin embargo, en pleno siglo XXI, no hay ninguna lógica que nos impulse a ello. Además de gastarnos más dinero (los precios en esta época del año suelen dispararse), durante las comidas y cenas de Navidad acabamos hinchados, con dolor de tripa, pesados… y ¿para qué?
Al final, comer mucho en esta época es ya casi una tradición, por eso, si no quieres dejar de hacerlo, sería bueno que te plantearas ayunar los días de antes o de después, para compensar.
Ayunar a corto plazo, una buena idea
El ayuno es la abstinencia voluntaria o a la reducción de algunos o todos los alimentos, bebidas o ambos, durante un determinado periodo de tiempo. Aunque a veces se practica por cuestiones religiosas, cada vez hay más ‘ayuners’ que lo hacen únicamente para mejorar su salud.
Aunque falta investigación que hacer al respecto, las evidencias científicas existentes apuntan a que el ayuno controlado y el que se hace a corto plazo reporta numerosos beneficios para la salud, que es muy bueno para controlar el peso y que ayuda a prevenir muchas enfermedades.
Numerosas evidencias científicas respaldan los beneficios del ayuno a corto plazo, aunque los datos más notables se han registrado en estudios con animales.
«Aun así, estos hallazgos son prometedores para los humanos. En esencia, el ayuno limpia nuestro cuerpo de toxinas y fuerza a las células a llevar a cabo procesos que generalmente no se hacen por estar siempre supeditadas al flujo constante de alimentos», señala Susan Puckett, asistente médica del Boulder Medical Center.
[El ayuno sucio para adelgazar]
¿Qué ocurre si ayunamos durante un día?
Cuando ayunamos durante unas horas o días, el cuerpo no tiene su acceso habitual a la glucosa, lo que obliga a las células a recurrir a otros medios para producir energía. Como resultado, el cuerpo comienza la gluconeogénesis, un proceso natural de producción de su propio azúcar.
«El hígado ayuda al convertir materiales que no contienen carbohidratos –como lactato, aminoácidos y grasas– en energía. Debido a que nuestros cuerpos conservan energía durante el ayuno, nuestra tasa metabólica basal (la cantidad de energía que nuestros cuerpos queman en reposo) se vuelve más eficiente, lo que reduce la frecuencia cardíaca y la presión arteria», añade la experta.
Es en este momento se produce la cetosis, que tiene lugar cuando el cuerpo comienza a usar la grasa almacenada como su principal fuente de energía, lo que nos hace adelgazar, según han demostrado numerosos estudios.
«El ayuno somete al cuerpo a un estrés leve, lo que hace que nuestras células se vuelvan más fuertes. Nuestro cuerpo sólo puede fortalecerse durante estos procesos cuando hay tiempo suficiente para descansar y recuperarse. Por eso se recomienda el ayuno a corto plazo», apunta Puckett.
Así pues, parece buena idea que ayunemos durante el día de antes o de después de las comilonas o cenas navideñas, para así compensar y ayudar al cuerpo a ‘limpiarse’.
Si lo hacemos, debemos beber mucho
Beber suficiente agua al día es esencial para estar saludables, independientemente de si estemos ayunando o no. Los expertos recomiendan beber dos litros diarios, pero en realidad no es esencial alcanzar esta cantidad y sí beber lo que nuestro cuerpo nos pida.
Es importante que, durante el ayuno, estemos hidratados en todo momento. Las personas que ayunan durante un día entero suelen beber mucha agua, té, café y bebidas sin calorías.