Síndrome del túnel carpiano: qué es y cómo combatir y aliviar sus síntomas

Convertida y admitida como enfermedad laboral desde hace unos años, el síndrome del túnel carpiano se ha convertido en una tortura al alza para numerosos profesionales. Trabajos muy repetitivos de manos y muñecas están detrás de su aparición. Los sectores, variados. Desde cualquier trabajo de oficina que implique ratones y teclados a carniceros, mecánicos, carpinteros, fontaneros, albañiles, cocineros…

Sacudiendo a alrededor del 3% de la población, según informan desde CinfaSalud, y con una prevalencia del 5% en determinadas profesiones, este síndrome aparentemente inocuo comienza con dolor en la muñeca y en el antebrazo. A medida que evoluciona, aumenta la sintomatología como una sensación de acorchamiento de los dedos, generalmente acompañada de calambres y hormigueos en manos y muñecas.

El problema no está además solo en la forma en que se produce, sino también en los tiempos. Molesto e inhabilitante si no se ataja, los síntomas tienen mucho que ver con los hábitos posturales y laborales, lo que posibilita la cronificación de la enfermedad. Además, lo que podría suponer un alivio, como el descanso nocturno, también puede convertirse en un enemigo. Dormir sobre manos y muñecas o tener las manos dobladas durante el sueño impedirán que por la noche el descanso sea reparador.

Qué es el síndrome del túnel carpiano

Se produce así la compresión del nervio mediano en su recorrido hacia la mano (lo que se conoce como túnel carpiano) y que genera esa sensación de adormecimiento y dolor en mano y muñeca. A través de este ‘túnel’ pasan distintos tendones, encargados de la flexión de los dedos, y el nervio mediano. Al aumentar la presión dentro del túnel carpiano se produce esta lesión por compresión.

El problema, una vez más, es que a medida que envejecemos las complicaciones son más abundantes. Su prevalencia en mujeres adultas de entre 40 y 60 años es más alta y, por desgracia, bilateral en más de un 50% de los casos, comentan desde Clínica Universitaria de Navarra.

Su tratamiento, que incluye terapias conservadoras e intervenciones quirúrgicas más o menos invasivas, dependerá del grado de afectación del paciente, aunque no todas son aptas para todos los públicos. La realidad es que antes de llegar al extremo de tener que pasar por el quirófano o de tener que pautar el consumo de antiinflamatorios no esteroideos o corticoides, hay soluciones que pueden mitigar los síntomas del síndrome del túnel carpiano. En cualquier caso, conviene diagnosticarlo y no dejar que se cronifique o empeore, siempre pasando primero por una consulta de Atención Primaria.

Cómo prevenir el síndrome del túnel carpiano

Reducir la repetición de movimientos, establecer períodos de descanso o buscar elementos ergonómicos que nos faciliten las tareas son formas de evitarlo. Y, aunque parezca extraño, ejercitar las muñecas nos vendrán bien en esta prevención. No hablamos de milagros, lógicamente, pero sí de caminos para intentar paliar la aparición y mitigar sus efectos.

• No comprimas la mano durante la noche: ni entre las piernas ni bajo el cuerpo o debajo de la almohada con la cabeza sobre ella. Aumentar la presión nocturna sobre las muñecas reducirá el descanso nocturno.
• Minimiza gestos repetitivos con la mano y la muñeca: es complicado hacerlo en el trabajo pero, por ejemplo, intentemos reducir estos movimientos en nuestro tiempo libre como puede ser jugar a videojuegos, cocinar o ciertas tareas domésticas que tengan que ver con la rotación y flexión de las muñecas como barrer, fregar o planchar.
• Utilización de material ergonómico: el uso de almohadillas para el ratón y para el teclado permiten descansar la zona, aunque es fundamental que la altura de teclados y ratones sea la acorde para que no forcemos más de la cuenta la articulación.
• Utilización de férulas: existen opciones diurnas y nocturnas. Las primeras alivian la presión de las actividades manuales. Las segundas permiten mantener una posición neutra durante las horas de sueño y reducen la presión sobre el nervio mediano. En cualquier caso, deben ser aconsejadas y pautadas por un profesional médico.
• Fisioterapia: nunca es tarde para acudir al fisioterapeuta y dejar pasar dolores solo permitirá que la solución llegue más tarde y sea más difícil de tratar. Desde masajes a las ondas de choque, pasando por la punción seco en los puntos gatillo, pueden venir bien para aliviar la tensión y presión sobre el túnel del carpo.
• Tratamientos de frío calor: si tenemos claro que el síndrome del túnel carpiano se produce por un aumento de la presión, podemos recurrir al calor local. Bien sea con agua caliente o con bolsas de calor, que debemos combinar con compresas de agua fría al terminar.
• Ejercicio físico: realizar ejercicios de rotación y flexión controlados fortalecerá la musculatura del antebrazo y mejorará la circulación sanguínea. Es conveniente movilizar los dedos con los brazos elevados, para así fomentar ese aumento del riego. De manera pausada y sin forzar, los movimientos rotatorios de ambas muñecas y el estiramiento digital serán buenos aliados para evitar el atrapamiento del nervio mediano.