Vega Sicilia se instala en Rías Baixas para elaborar albariños
La añada 2023 será la primera que salga al mercado y Deiva y Arnela los nombres de sus dos albariños. Para probarlos habrá que esperar dos y tres años, respectivamente, aunque ya se conoce su imagen
Coincidiendo con la celebración de los 40 años como propietarios de Vega Sicilia, la familia Álvarez anunciaba hace pocos días su llegada a Rías Baixas, donde tienen proyectado inaugurar nueva bodega en un par de años, Bodegas y Viñedos Deiva. Será entonces, en el año 23, cuando también elaboren sus dos primeros vinos de albariño, que saldrán al mercado en 2025 y 2026; el primero se llamará Deiva, el ‘más joven’ por eso de salir antes, y un año después Arnela, el que será el top de la casa y con tres años de crianza… pero sin tener aún claro cómo será esa crianza.
Pablo Álvarez, Consejero Delegado de la compañía familiar, al frente del negocio vinícola desde hace 37 años, fue el encargado de presentar este nuevo proyecto del grupo vinícola Tempos Vega Sicilia junto a su hermana Marta, actual presidenta del grupo. Durante su intervención puso en valor la variedad gallega por los grandes vinos que se pueden elaborar con ella, situando los blancos de albariño al máximo nivel junto a los vinos de Jerez, en lo que a elaboraciones españolas se refiere. A partir de este convencimiento pero también con la idea y el propósito de hacerlos mejor, pues todo es siempre mejorable, añadía, llegan a Galicia. Para ello han comenzado buscando y comprando viñas, cosa que llevan haciendo hace cinco años. Su pretensión es reunir unas 60 hectáreas de albariño «bueno» (con cierta edad) en propiedad pero de momento van por la mitad. Lo que está claro es que saldrán al mercado con la añada 2013 y con dos vinos con crianza. Es decir, no harán un albariño joven del año.
La bodega, de la que ya hay proyecto arquitectónico como se ha mostrado a la prensa, se ubicará en la localidad pontevedresa de Crecente, donde también se encuentran algunas de las viñas adquiridas junto a las parcelas que han comprado en el Condado de Tea (en la parte alta del Miño) y en el Valle del Salnés, en torno a Cambados, O Grove y Sanxenxo. Entre sus números más significativos, adelantan una inversión de unos 20 millones de euros entre campo e instalaciones, y una capacidad para elaborar alrededor de 425.000 kilos de uva, lo que se traduce en unas 300.000 botellas/año.
Hay que decir que ya han comenzado a realizar pruebas con sus uvas tras la última vendimia (2021), pero les quedan estos dos años por delante para definir el perfil de albariño que quieren presentar a los consumidores, principalmente qué tipo de crianza van a dar a los dos vinos que tienen en mente y para lo que contarán con recipientes de diversa índole (inoxidable, hormigón, madera de distintos tamaños).
Tempos Vega Sicilia, cuatro décadas de grandes éxitos
La bodega gallega es la última, por el momento, que se incorpora al amplio grupo Tempos Vega Sicilia, que hasta la fecha conformaban cinco bodegas y 635 hectáreas de viña propia. Con una capacidad de producción total de uno millón y medio de botellas al año, 300.000 en cada bodega, como explicaba Pablo Álvarez, en pro de mantener el nivel de calidad que caracteriza a sus vinos y por ende sus precios. El vínculo de esta familia con el vino, como se señalaba al principio, comenzaba en 1982 con la adquisición de Vega Sicilia, una operación realizada por el padre, David Álvarez, y cuya compra se firmó en el restaurante Zalacaín, recordaban sus hijos como curiosidad. A partir de ese momento, han ido incorporando diferentes bodegas a la marca común, Tempos Vega Sicilia.
Hasta decidirse por este nuevo proyecto en Rías Baixas, los únicos blancos que elaboraba el grupo los hacía fuera, en la bodega Oremus ubicada en la prestigiosa región húngara de Tokaj y donde hacen sus prestigiosos dulces junto a dos blancos secos. El resto del emporio vinícola lo conforman bodegas de tintos localizadas en algunas de las más relevantes zonas españolas: Ribera del Duero (Vega Sicilia y Alión); Toro (Pintia) y Rioja, donde se encuentra la bodega Macán (BR&VS) cuya propiedad comparten con la familia Rothschild al cincuenta por ciento y que hasta la fecha era la última en incorporarse al grupo. Un negocio que realiza el 70% de sus ventas en el mercado internacional, con presencia en 150 países. Antonio Menéndez, director general del grupo, añade que en el mercado nacional tienen 3.700 clientes pero también una lista de espera de 2.500 personas pues hay que recordar que sólo venden por cupos, «lo cual no es un trabajo fácil», apuntaba.