THE OBJECTIVE
Lifestyle

Ejercicio en verano: ocho señales de precaución para echar el freno

Cambios en la presión arterial, mareos, fatiga, dolor de cabeza… El que avisa no es traidor cuando el golpe de calor acecha

Ejercicio en verano: ocho señales de precaución para echar el freno

Un jugador de pádel tumbado en el suelo. | ©Pixabay.

Con el verano bien en marcha, son muchos los españoles que aprovechan las vacaciones para ponerse al día con el deporte. Hacer ejercicio en verano, además de una buena idea y de una forma estupenda de mantener la figura, es también ideal para no dejarnos caer en la desidia o convertir las vacaciones en un período totalmente sedentario.

Sin embargo, el ejercicio en verano debe tomarse con mesura si, por ejemplo, habitualmente no hacemos ningún tipo de deporte. Resarcirnos durante los días libres para ponernos a tono, cuando el hábito y la forma no acompañan, generalmente acaba en catástrofe en forma de lesión. Elongaciones, tendinitis, roturas musculares, torceduras, esguinces, fracturas o, en casos menos graves, agujetas o cansancio extremo forman parte de esas lesiones frecuentes en el deportista ocasional.

Además, a ello se suma que incluso las personas que practiquen deporte a menudo han de tener en cuenta ciertos cambios. Empezando, cómo no, por modificar sus rutinas deportivas para acostumbrarse a hacer ejercicio en verano. Como es lógico, no es lo mismo tener tiempo libre a voluntad o ciertas obligaciones, pero tampoco es igual enfrentarse a otros gimnasios, zonas, ciudades o medios para hacer deporte que con los que habitualmente contamos al hacer ejercicio en verano.

hacer ejercicio en verano precaucion deporte salud deportista golpe de calor
Los estiramientos cobran especial importancia en verano para evitar calambres. ©Pixabay.

Seguramente, aquellas personas que hagan ejercicio en verano ya tienen en cuenta ciertos parámetros, pero ola de calor mediante, puede que la forma en la que hagamos deporte cambie radicalmente y que algunos gestos o síntomas pasen desapercibidos para decirnos que echemos el freno. Algunos resultan bastante evidentes, pero otros pueden ser más discretos y tardamos más en darnos cuenta de que algo falla al hacer ejercicio.

A pesar de que hay ciertas recomendaciones que son siempre claras respecto a cómo hacer ejercicio en verano, hay señales que nos informan de que algo no está yendo bien. A modo de recordatorio, primero daremos unas cuantas claves para que hacer ejercicio en verano, sea al aire libre o sea en interior, sea seguro.

  • Evitar hacer deporte en las horas centrales del día.
  • Mantenerse bien hidratado, bebiendo agua antes de que la sed aparezca.
  • Tras el deporte, continuar con la hidratación, pero no solo con agua, sino también con bebidas que aporten sales minerales.
  • Utilizar factor de protección solar, tanto para la piel como para el resto del cuerpo, incluyendo los ojos.
  • Cubrirse la cabeza con gorras o pañuelos que impidan la afectación directa del sol sobre la cabeza.
  • Estirar correctamente, aunque tengamos la sensación de ir más ligeros.
  • Ir equipados de manera acorde con tejidos ligeros, que protejan del sol y que sean transpirables.
  • No descuidar la hidratación externa, incluso remojando la cabeza o el cuerpo, para termorregularnos.

Esto no significa que, aún teniendo en cuenta todas estas premisas, a veces el cuerpo nos traicione y hacer ejercicio en verano se convierta en un suplicio. Por este motivo, el entrenador Jesús Hernández, de BluaU de Sanitas, nos explica qué señales de alarma manda nuestro cuerpo para que echemos el freno a la hora de practicar deporte.

Hacer ejercicio en verano: cuatro alertas para echar el freno

Hacer deporte, independientemente del momento del año, provoca que ciertas constantes vitales cambien. Disminuye la presión sanguínea, aumenta el ritmo cardíaco y en muchas ocasiones baja la saturación de oxígeno, debido al esfuerzo extra que deben hacer nuestros pulmones para mantener la cadencia.

También y, sobre todo, el cuerpo se sobrecalienta. Al suceder esto, la sudoración se complica, pues es un mecanismo que nuestro organismo tiene para enfriarse. Tal y como explica el entrenador Jesús Hernández, «En condiciones normales, la piel y los vasos sanguíneos se ajustarían al calor, pero si el cuerpo está expuesto a altas temperaturas durante mucho tiempo, estos sistemas de enfriamiento pueden fallar».

hacer ejercicio en verano precaucion deporte salud deportista golpe de calor
Es necesario mantener la hidratación incluso antes de tener sed. ©Pixabay.

Esto sucede, explica porque «el cuerpo envía más sangre para que circule por la piel y así facilitar la transferencia del exceso del calor al ambiente de diferentes formas. Si la humedad también es alta, el cuerpo se enfrenta a un estrés muy alto porque el sudor no se evapora fácilmente de la piel». Un problema que, en resumidas cuentas, «lo que hace que se eleve aún más la temperatura corporal».

Por estas razones no debemos temer al sudor ni verlo como un fallo, sino como una solución que nuestro cuerpo aporta para intentar reducir la temperatura corporal. Además, no solo se trata de un método de refrigeración, sino que también es una forma de eliminar ciertas toxinas que se acumulan en nuestro cuerpo.

hacer ejercicio en verano precaucion deporte salud deportista golpe de calor
Los deportes acuáticos facilitan la transpiración e hidratación, pero no están exentos de riesgos. ©Pixabay.

Este es el motivo por el que la transpiración es tan relevante y por la cual recomendamos que las ropas que utilicemos al hacer ejercicio en verano sean ligeras y altamente transpirables, permitiendo así que nuestro cuerpo actúe como aire acondicionado y sin que nuestras prendas sean una barrera a la que debe enfrentarse para favorecer la sudoración.

Además, explica que también hay errores que solemos cometer por un exceso de confianza. Esto sucede cuando vamos a hacer ejercicio en lugares cerrados, donde recomienda que «sean frescos y estén bien aislados». Los motivos, enfatiza el entrenador de BluaA, están en que «las zonas cerradas y con mucha humedad pueden provocar un aumento de calor muy rápido y ser peligrosa, por lo que es mejor evitar este tipo de espacios durante los meses de verano».

Cuando estos aumentos de calor son prolongados y se suceden de manera súbita, el cuerpo reacciona y manda ciertas señales de gravedad a las que debemos prestar atención.

  • Calambres musculares.
  • Fatiga.
  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas y vómitos.
  • Mareo y aturdimiento.
  • Presión arterial baja
  • Aumento exponencial de la frecuencia cardíaca.
  • Problemas de visión o visión borrosa.

Cuando esto acontece, insiste Jesús Hernández, «es necesario dejar de hacer ejercicio inmediatamente, disminuir la temperatura corporal e hidratarse».

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D