Poliamor: todo lo que siempre quisiste saber y nunca te atreviste a preguntar
El poliamor es una opción que está cada vez más extendida en España. Sin embargo, la mayoría sigue sin entender muy bien de qué va
Aunque para muchos suene extraño, el poliamor es una opción que está cada vez más extendida en la sociedad española. Sin embargo, la mayoría sigue sin entender muy bien en qué consiste esta forma de relación, que se basa, básicamente, en intimar emocional y sexualmente con más de una persona al mismo tiempo, sin que ello afecte a la conexión que existe con cada una de ellas.
Sin embargo, todavía encierra muchos tabúes. Para saber más sobre el poliamor, en THE OBJECTIVE nos hemos puesto en contacto con Cecilia Bizzotto, socióloga y portavoz de JOYclub España.
Las dudas y mitos más comunes sobre el poliamor
Según Bizzotto, los mitos y dudas más comunes que tiene la gente no-poliamorosa sobre el poliamor son:
- El poliamor va de abrir la pareja sexualmente y tener encuentros con mucha gente. La socióloga asegura que «el poliamor no es solo sexo. Por lo que si quieres tener sexo sin más con mucha gente o irte a un lugar swinger, tu orientación relacional es otra muy distinta al poliamor.
- Las personas poliamorosas son menos comprometidas que los monógamos. «Esto no es así o no debería ser así. El poliamor es involucrarse emocionalmente con más de una persona a la vez y eso implica interesarse por la otra persona, mimar, cuidar, estar presente, ofrecer tiempo de calidad… Todo aquello que exige una relación monógama puede estar presentes en poliamor y hacia más de una persona».
- Las personas poliamorosas no son celosas o no tienen inseguridades. Esto es, según Bizzotto, completamente falso. «Lo que sí lo diferencia es que los celos en este caso se deciden trabajar hacia uno mismo y en la relación. Obviamente hay muchos mandatos sociales que deconstruir en poliamor y la posesión del otro, los celos, las expectativas… Son cosas que hay que aprender a llevar y gestionar».
- No hay pactos, no hay fidelidad, el poliamor es un ‘yo voy a lo mío’ y ‘sálvese quien pueda’. «No, en el poliamor hay límites, pactos y normas, y romperlos implica un quebrantamiento de la fidelidad. La fidelidad en si como concepto es simplemente ceñirse a un acuerdo, sólo que hemos dado por hecho que ese acuerdo es exclusividad».
- Las personas poliamorosas lo son de por vida. «Hay una idea muy extendida dentro de la propia comunidad no-monógama que es si uno elige esta forma de relación, lo elige para toda la vida, pero no es así. La realidad es que a veces ‘necesitamos’ una relación con un mayor o un menor grado de exclusividad, dependiendo de nuestro momento vital y del de la persona con la que nos estamos vinculando. Y si ‘probamos’ el poliamor y vemos que no es para nosotros en este momento (que puede que en otro sí) no ha de ser un fracaso».
¿Qué ventajas y desventajas tiene este tipo de relación?
La experta apunta que «la mayor ventaja es la honestidad que implica llevar a cabo el poliamor, y, dicho sea de paso, la valentía que esto encarna. Todas sabemos que es natural sentir atracción y afectividad por otras personas que no son tu pareja. Pero hacemos como que no es verdad, lo ocultamos y lo vetamos. En aras de mantener unos pactos, que muchas veces se sobreentienden, y respetar la moral imperante, hacemos como que no sentimos y, muchas veces, lo pasamos realmente mal. O, si no, somos infieles, una posibilidad que me resulta igual o más destructiva».
Por tanto, lo bueno de esta forma de relación, según la socióloga, «es que nos permite decir a la persona que amamos: ‘Te amo y te deseo, pero amo y deseo a otras personas también’. Esa honestidad no solo es más justa para el otro, sino para una misma también. Quiero incidir e insistir en esta idea: para vivir con esta sinceridad no hace falta ser poliamoroso, podemos ser honestos en monogamia (y a eso se le llama monogamias éticas). De hecho, podemos tener una relación exclusiva sexoafectivamente y contarnos en todo momento las necesidades y anhelos que tenemos, para cerrar nuevos límites y pactos si es que hiciera falta».
- ¿Y qué desventajas?
La gran desventaja es gestionarlo mal, ya que «se puede caer en hacer mucho daño a la otra u otras personas. Hay muchas personas que vienen al poliamor a follar (sic) y no es solo eso, o que reproducen los mismos esquemas de la monogamia: control, celos y posesión».
¿Se puede tener una familia y/o hijos en una relación de este tipo?
Muchos se preguntarán si uno puede estar en este tipo de relación y a la vez tener hijos. La experta asegura que sí, y que de hecho ha conocido a personas que han sido madres y padres estando con varias personas a la vez.
Eso sí, es imprescindible que, en estos casos, la «gestión de los vínculos debe ser buena y las partes implicadas han de asumir de una manera eficiente y correcta la maternidad o paternidad (igual que en monogamia). Así, los hijos disfrutarán de la misma estabilidad y amor que los hijos que provienen de núcleos familiares convencionales».
«Yo me pregunto: ¿qué diferencia hay entre crear una familia en monogamia o en poliamor? ¿Qué pasa con las parejas monógamas que se divorcian? ¿Alguien les cuestiona cuando tienen nuevos vínculos? ¿Les afecta eso menos a los niños que que sus padres sean poliamorosos?».
¿Qué dificultades se encuentran las parejas de este tipo?
La dificultad principal, además del qué dirán, «probablemente sea la gestión del tiempo. Es decir, en la sociedad en la que vivimos, en la que dedicamos gran parte de nuestro día al trabajo y poco queda para nosotros mismos, ofrecer tiempo de calidad a más de una persona es complicado. Es difícil de gestionar para todos los miembros».
¿Son más dados al poliamor los homosexuales que los heterosexuales?
«No hay estudios que demuestren que las personas del colectivo LGTBI+ en general y las homosexuales, en particular, sean más dadas al poliamor. De hecho, en general hay muy pocos estudios sobre esta materia y menos todavía que nos permitan decir que hay tal o cual proporción de poliamorosas en la comunidad gay o lesbiana», afirma Bizzotto a este medio.