Lluvia dorada: qué hay detrás de este fetiche sexual no apto para todos los públicos
La mayoría de nosotros creemos saber lo que es la lluvia dorada, pero la realidad es que hay mucho más detrás de este simple juego sexual
La lluvia dorada no es para todos | Gtres
La lluvia dorada es uno de los fetiches y/o fantasías sexuales más conocidas. Aunque nunca la hayamos puesto en práctica o conozcamos a alguien que lo haya hecho, sabemos en qué consiste. Si no, es básicamente juegos sexuales que tienen que ver con la orina.
Pero ¿qué revela que a alguien le guste practicar la lluvia dorada? ¿Acaso sienten pasión por la orina? ¿O es únicamente por el placer de la dominación o la sumisión? Hablamos sobre todo ello con la experta en sexo y relaciones de las marcas de Lovehoney Group, Ana Lombardía.
¿Por qué hay personas a las que les gusta la lluvia dorada?
«Hay personas que en algún momento de su vida erotizan la orina, asociándose a algo placentero y excitante. Depende de cómo esas personas hayan vivido su relación con la micción y qué significado le hayan dado», afirma la experta.
«A veces, está asociado a la liberación y el descontrol, al pudor y la vergüenza, a la humillación… Estas emociones y sensaciones pueden utilizarse de modo sexual, por lo que ver a alguien orinar o que te orinen encima puede despertar esas emociones y, por tanto, la excitación», añade.
¿Cuáles son algunas de las formas de participar en la lluvia dorada?
Según Lombardía, la lluvia dorada es mucho más que orinar encima de alguien o que a uno le orinen, pues incluye todo esto:
- Ver orinar a alguien o dejar que te vean a ti.
- Oler o probar la orina.
- Escuchar orinar.
- Orinar directamente sobre el cuerpo de otra persona u orinar sobre un cuerpo cubierto de látex (por ejemplo, ropa, látex o un material aislante) para poder disfrutar de las sensaciones sin estar físicamente expuesto.
- Orinar como recompensa o castigo.
- Orinar como indicación de placer y excitación.
¿Qué podemos hacer si queremos probar la lluvia dorada con nuestra pareja?
Las fantasías sexuales siempre han sido más comunes de lo que en principio pudiera parecer, igual que la lluvia dorada. Pero, a pesar de eso, hay muchas personas que no dan el paso de llevar a cabo sus fantasías sexuales por temor a lo que piense su pareja o porque no han hecho surgir la ocasión.
En España, en concreto, ocurre eso. Según una encuesta de Gleeden, realizada entre más de 16.000 personas, la mayoría de los españoles (60%) tiene fantasías o algún fetiche, y el 86% está abierto a ello, frente a un 14% que prefiere el sexo tradicional. Pero, a pesar de ello, únicamente un 9% ha visto cumplidas todas sus fantasías sexuales, frente a un 67% que ha realizado alguna.
Si formas parte del porcentaje que aún no ha cumplido sus fantasías sexuales por miedo a no contárselo a la pareja, has de saber que cada relación lleva su tiempo. Pero en cuanto veas el momento indicado, has de decírselo de la mejor de las maneras, ya quieras practicar la lluvia dorada o cualquier otro fetiche que te excite.
«Lo primero es hablar con tu pareja y asegurarte de que ella desea lo mismo (y no solo lo consiente). Si disfrutas de la lluvia dorada y no te genera ningún conflicto, ¡adelante! Pero si sientes culpa, malestar o descontrol al respecto, es recomendable que consultes con un psicólogo que te ayude a manejarlo», afirma la experta..
La lluvia dorada no es de las fantasías sexuales más comunes
Según la última encuesta citada, las tres principales fantasías sexuales de los hombres son:
- tener sexo con alguien que no sea mi pareja,
- sexo oral y
- sexo con un desconocido.
Mientras que las mujeres fantasean con:
- el sexo romántico,
- el sexo apasionado o significativo y
- tener intimidad en un espacio público.
Como vemos, la lluvia dorada no entra en la lista, quizá porque su éxito es más residual o quizá porque la gente no se atreve a hablar de ello abiertamente… aún.
