Trece errores en el cuidado de la piel que una experta en belleza jamás cometería

¿Utilizas productos de cosmética pero no consigues sacarle a tu piel todo su partido? ¿Te has planteado que quizás no sea culpa de esos aliados de belleza? Quizás la responsabilidad no sea más que tuya porqué estás cayendo en una serie de errores que son muy comunes y que pueden ser la causa de que tu rostro no luzca tan bien como debería.

Para alcanzar con éxito el objetivo de tener una piel sana y bonita, no todo está en elegir bien los productos. Es cierto que gracias a ellos podemos conseguir nuestra meta de forma más rápida, pero tan importante como saber los cosméticos que hay que comprar, es utilizarlos de la manera correcta.

Si nos paramos a pensar sobre los errores más comunes, seguro que se nos viene a la cabeza situaciones tan habituales como la falta de hidratación, exfoliar la piel en exceso u olvidarnos de usar el protector solar. Pero más allá de estas causas tan conocidas, existen otras pautas erróneas que hacemos a diario (quizás de manera inconsciente) y que son todo un obstáculo para no sacarle el máximo rendimiento a tu rutina de cuidados.

No mires hacia otro lado porque estamos seguros que alguna vez has caído en alguno de estos errores. Quizás hasta lo hagas a diario. Para solucionarlo, desde THE OBJECTIVE hemos hablado con expertos del sector que nos han elegido una serie de causas comunes que podrían estar haciendo que tu piel se vea apagada, con granitos, con rojeces y otro sinfín de imperfecciones a pesar de tener en casa los cosméticos perfectos.

Error 1: no usar limpiadores en aceite

Este es uno de los errores más cometidos por las personas que tienen la piel grasa porque piensan que un producto con aceite puede agravar su problema. Sin embargo, es todo lo contrario. «El aceite es capaz de arrastrar al aceite, por lo que un limpiador oleoso o en bálsamo tendrá más capacidad, no solo de llevarse el maquillaje y los restos de protector solar, sino también ese exceso de grasa que pueda haber en la piel», apunta Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga de la firma Byoode.

Un limpiador en aceite debe usarse como primer paso de la doble limpieza por la noche, seguido de uno en gel a base de agua. De hecho, la experta comenta que, aunque no use maquillaje, una piel grasa regulará mejor los niveles de sebo si lleva a cabo esta limpieza en dos pasos. «Una limpieza en profundidad es clave para una piel perfecta, libre de brillos y puntos negros», añade.

Error 2: abusar del exfoliante

La piel se renueva de manera natural cada 28 días. Podemos acelerar este proceso con exfoliantes, tanto químicos como mecánicos. «Sin embargo, no deberíamos hacerlo más de una o dos veces a la semana, ya que estaríamos agrediendo nuestra piel», aconseja Ana Torrens, farmacéutica y responsable científica de HD Cosmetic Efficiency. Por otra parte, si aplicamos un exfoliante físico con demasiada fuerza podemos irritar la piel y los cosméticos que apliquemos después pueden llegar a incomodarnos.

Error 3: usar la palma de la mano

Un gesto muy habitual es poner la mano en forma de cuenco y echar sobre la palma las gotitas de tu suero para luego usarlo sobre tu rostro. Esta inocente acción es un grave error. «Mientras que las yemas de los dedos no son absorbentes, el interior de las palmas sí lo es. Si echamos el producto en las palmas, éstas absorberán parte del producto evitando que lleves a tu rostro la dosis adecuada», apunta Bella Hurtado, directora técnica de Boutijour.

Lo ideal es aplicarlo en las yemas de los dedos, masajear el producto en ellas y de ahí distribuir homogéneamente por la piel de rostro, cuello y escote. Puede que hasta ahora hayas estado desperdiciando producto solo por caer en este error tan común.

Error 4: seguir los consejos de personas no profesionales

Es muy importante contar con la opinión de verdaderos profesionales. Acude a los dermatólogos si sufres algún percance en la piel o notas algo extraño o a farmacéuticos para dejarte aconsejar sobre productos de belleza y cómo usarlos.

«Podemos pensar que son sólo cremas, pero los cosméticos no están exentos de generar efectos adversos que pueden incrementar el problema que queremos tratar o generar uno nuevo», advierte Iván Lorenzo, farmacéutico y director científico de Olyan Farma. Los daños pueden ser leves y transitorios o llegar a ser permanentes. Los más comunes son dermatitis o problemas de pigmentación.

Error 5: no usar el agua a una buena temperatura

El agua debe estar tibia, concretamente a unos 30ºC, aproximadamente. «Es clave para que podamos fundir junto con el limpiador las impurezas y que se retiren adecuadamente de la piel», analiza Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza. Cuanto más calor, mejor se funden las impurezas. ¿Por qué entonces no usar agua muy caliente? La razón está en que de esta forma podríamos eliminar también algunos componentes que forman la función barrera de la piel.

Nuestras abuelas siempre nos han recomendado utilizar agua helada en nuestra rutina de belleza, pero tampoco es la fórmula ideal. Aunque es cierto que con ella fomentamos la descongestión del rostro, el agua muy fría produce que la suciedad más grasa se solidifique y se asiente en la piel.

Error 6: masajear demasiado el rostro

Todos solemos frotar el cosmético en el rostro en un afán de que los principios activos penetren en la piel. Raquel González, cosmetóloga y directora de educación de Perricone MD, especifica que esta acción puede alterar las pieles sensibles. «Son tejidos cutáneos que, cuanto menos los removamos, mejor», especifica.

Además, estos movimientos profundos pueden fomentar el envejecimiento «ya que determinados masajes faciales podrían incentivar la aparición de arrugas», añade la experta. La aplicación ideal es llevar el producto de las manos al rostro y sellarlo, sin desplazar, hasta que se absorba.

Error 7: olvidarnos del cuello y el escote

Estas dos zonas son las grandes olvidadas en el cuidado de la piel. Al no estar siempre a la vista, nos desentendemos de ellas. Pero es todo un error porque, aunque esta piel envejece de una manera más lenta, cuando se aprecian los signos de envejecimiento es más complicado recuperar su aspecto joven.

Cuando llega el buen tiempo solemos exponerla y recibe continuas agresiones como la radiación solar o la contaminación. Por ello, la piel de esta zona necesita de cuidados como la del rostro así que debemos de utilizar cosméticos de limpieza, hidratación y fotoprotección.

Error 8: no usar la cantidad exacta

Es fundamental leer las instrucciones de un cosmético para saber qué cantidad de producto debemos utilizar. «Quedarse cortos puede hacer que la piel no reciba todos los activos que necesita», explica Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8. Si no aportamos la cantidad suficiente, la piel podría deshidratarse y aparecer otros problemas, como irritación o picores.

Por el contrario, pecar por exceso puede hacer «que se congestione la piel con demasiados nutrientes o que se irrite si le estamos dando ingredientes potentes como un ácido exfoliante», concluye Natalia Abellán, responsable técnica de Ambari.

Error 9: utilizar los ingredientes de moda

Muchas veces nos dejamos llevar por la opinión que vemos en medios o redes sociales y adquirimos productos porque contienen activos de moda, sin considerar si son recomendables para nuestro tipo de piel. Todo un error que puede solucionarse consultando siempre con un especialista.

Esta situación puede llevar también a emplear activos potentes de manera incorrecta. «Por ejemplo, el uso de una concentración de retinol demasiado alta sin haber usado previamente este activo puede hacer que la piel reaccione y se produzca una sensibilización», advierten desde HD Cosmetic. Por ello la firma cuenta con dos concentraciones distintas de retinol.

Error 10: no usar contorno de ojos

La piel del contorno de ojos es muy fina y delicada. Si para cuidarla recurrimos al mismo producto que empleamos para el rostro, nos estaremos equivocando. Un buen contorno de ojos específico es un básico en toda rutina de cuidado facial. «El pH de los contornos de ojos es 6-7, mientras que los productos para el rostro están formulados con un pH aproximado de 5», señalan desde HD Cosmetics.

Error 11: olvidarnos de la luz azul 

No somos conscientes de que la luz azul que emiten algunos dispositivos electrónicos, como móviles, tablets o pantallas de ordenador, están detrás del envejecimiento digital de nuestra piel. Para evitarlo, hay productos con filtros que nos protegen de este daño. No hay que usar solo protector solar cuando salgamos de casa, también contamos con un fuerte enemigo dentro de ella.

Error 12: no respetar el tiempo del tratamiento

En la época en la que vivimos, parece que los únicos productos realmente efectivos son los que tienen un efecto inmediato. Cumplir los objetivos es un camino a largo plazo, por lo que hay que tener paciencia. Incumplir el tiempo del tratamiento, y dejarlo antes de tiempo, es la causa principal de que no se obtengan los resultados de una rutina cosmética.

Muchas veces cambiamos de cosmético sin darle tiempo a que pueda generar resultados. Es un error porque, arrancando un nuevo tratamiento, vamos a perder aún más tiempo lo que va a incrementar aún más la ansiedad del consumidor.

Error 13: confiar solo en la cosmética

Hay casos, sobre todo en pieles que sufren patologías como acné, rosácea o psoriasis, en los que no sólo debemos realizar rutinas de cuidado, también debemos seguir unas pautas para acelerar la obtención de los resultados positivos. «En el caso del acné, cambiar y lavar las toallas o las fundas de la almohada ayudaran a no reinfectar las lesiones. Secarse la cara sin frotar nos ayuda a mejorar las lesiones inflamatorias y si llevamos una dieta equilibrada, donde eliminamos tóxicos, nuestra piel nos lo agradecerá», aconsejan desde Olyan Farma. 

¿Cuántos de estos errores cometías sin haberte dado ni siquiera cuenta? Ahora ya cuentas con los consejos de experto para sacarle el máximo partido a tu rutina de belleza.