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El bótox cumple 20 años: descubre por qué es el tratamiento más demandado en estética

Después de dos décadas utilizándose, se ha convertido en la mejor opción para tratar las arrugas, pero cuenta con muchas más aplicaciones en belleza

El bótox cumple 20 años: descubre por qué es el tratamiento más demandado en estética

Inyección de bótox en la zona de la frente | Derma Health Institute

Sin duda, el bótox se ha convertido en el tratamiento estrella en medicina estética. Este tipo de infiltraciones cumplen 20 años de vida en nuestro país, dos décadas en las que se ha ido evolucionando y perfeccionando una técnica que busca suavizar la contracción del músculo para difuminar las arrugas.

¿Sabías que cuando dices bótox estás metiendo la pata? En el terreno de la belleza tendríamos que hablar de toxina botulínica, ya que Bótox es realmente la marca registrada que se encarga de comercializar esta proteína. En resumen, la toxina botulínica es la sustancia activa, mientras que el Bótox es la marca que se utiliza en tratamientos médicos y estéticos.

Aunque la eliminación de los signos de la edad sea su objetivo más conocido, el bótox es utilizado hoy día en muchas otras aplicaciones. Con él se pueden tratar rosácea, cicatrices, foliculitis, acné o el exceso de sudor, entre muchos otros problemas. Estos 20 años de vida también le han servido para perfeccionar su formulación. En 2023 podemos beneficiarnos del bótox a nivel cosmético, sin tener que pisar una clínica de medicina estética, y se trabaja con infiltraciones de toxina líquida.

Para celebrar este aniversario tan redondo, desde THE OBJECTIVE hemos hablado con una docena de especialistas que conocen el bótox con todo lujo de detalles ya que es una de sus herramientas diarias de trabajo. Junto con estos profesionales podremos conocer el pasado, presente y futuro de esta sustancia que ha marcado un antes y un después en la medicina estética.

Los inicios del bótox

Cuando se empezó a usar el bótox,  solo se podía utilizar esta marca y esa formulación. «Todos los profesionales, ante el miedo a empezar a utilizar un nuevo producto, se ceñían rigurosamente sin tener en cuenta las personas por lo que, en ocasiones, el resultado no era del todo natural», asegura Cristina Chacón, experta en medicina estética y CEO del centro CCH Privé de Madrid. A día de hoy, conocemos perfectamente sus características y los profesionales son capaces de adaptarlo a las necesidades de cada paciente, lo que hace que el resultado ahora sea uno de los más naturales dentro de la medicina estética.

Inyección de bótox en las patas de gallo. (Fuente: Clínica Dra. Sáez)
Inyección de bótox en las patas de gallo. | Fuente: Clínica Dra. Sáez

Hasta no hace mucho, el mercado ha estado copado por tres marcas cuyos productos actuaban de forma similar y con una duración parecida. Sin embargo, «hoy en día el mercado de las toxinas botulínicas se ha ampliado con productos mejores con mayor duración y efectividad», confirma la Dra. Carmen Martín.

Hace 20 años solo se realizaban tratamientos con toxina botulínica las personas de edades más avanzadas, con arrugas muy marcadas. «Ahora también se realiza este procedimiento a gente más joven, lo que llamamos el baby bótox» confirma el doctor Ernesto Pérez, médico estético de Clínica FEMM.

Además, en los últimos años, tal como señala Laura Borro, Directora del Departamento Médico de Centros Ideal, «esta toxina se ha extendido como tratamiento de enfermedades como la hiperhidrosis axilar y palmar, el bruxismo, el estrabismo o la migraña».

En resumen, el bótox ha evolucionado significativamente en los últimos 10 o 20 años en sus aplicaciones, técnicas, dosis y duración de los efectos. Ahora es una opción más segura y efectiva para aquellos que buscan mejorar la apariencia de su piel y suavizar las arrugas y líneas faciales.

La evolución de la sustancia

¿El bótox que se empleaba hace 20 años es el mismo que el que se usa hoy? Según Ana Torrens, responsable científica de HD Cosmetic Efficiency: «la fórmula sigue siendo la original, pero ha mejorado la técnica gracias a los años de experiencia acumulada». Las nuevas toxinas aportan más seguridad y los años han dado más experiencia a los médicos para tratarla con más eficacia, confianza y ampliar sus usos.

Myriam Yébenes, directora de la firma Maribel Yébenes, asegura que, aunque el producto de toxina es el que ya se utilizaba desde hace tiempo, lo que sí ha mejorado es que actualmente han salido toxinas de diferentes tipos.

Actualmente, en España, se comercializan tres tipos de toxina botulínica. Según el criterio de cada médico, a unos les parece que unas son mejores y otras peores, pero no hay estudios y cada laboratorio defiende su propia toxina. «Falta experiencia y debemos comprobar si es real lo que casa comercial dice porque, muchas veces, de las expectativas a lo que realmente hay, existen diferencias», confiesa la Dra. Pérez Sevilla, experta en medicina estética facial.  

Aplicación de un vial de bótox. (Fuente: Freepik)
Aplicación de un vial de bótox. | Fuente: Freepik

La duración del efecto del bótox era cada vez menor porque el cuerpo iba creando resistencias que hacían que el músculo recuperara antes su fuerza muscular. Ésto ha obligado a muchos laboratorios a reformular la toxina hacia productos más efectivos. Por ejemplo, «Galderma ha optado por la formulación sin albúmina, de forma que puedan beneficiarse alérgicos al huevo que antes no podían consumir este tratamiento», cuentan desde CCH Privé.

Hoy los resultados de un tratamiento con bótox pueden extenderse hasta seis meses. Sin embargo, en Estados Unidos ya existen formulaciones que amplían este margen unos ocho semanas más y que están a punto de aterrizar en nuestro país.

Sus milagrosos resultados

Hoy, inyectar este tipo de toxinas es más seguro y se obtienen mejores resultados. No se debe tanto a un cambio en el producto sino a la experiencia de los profesionales y a que existe una mayor variedad de alternativas disponibles en el mercado. «Es un tratamiento muy seguro en manos de médicos cualificados y siempre que se utilicen toxinas autorizadas por Sanidad. Hoy se consiguen mejores resultados porque se ha evolucionado mucho en el estudio de la anatomía de la cara y se personalizan más los tratamientos», informa la Dra. Cristina Villanueva, cirujana plástica de SECPRE.

La suma del producto con la experiencia  ganada por parte de los profesionales ha hecho que el bótox sea hoy el tratamiento líder para las arrugas de expresión. «No hay otro tipo de tratamiento que lo haya desbancado», asegura Myriam Yébenes.

Antes y después de un tratamiento con bótox. (Fuente: Pinterest)
Antes y después de un tratamiento con bótox. | Fuente: Pinterest

Aun así, desde Clínica Femm nos advierten que siguen existiendo complicaciones o efectos secundarios. Los más frecuentes son la pesadez en los párpados y algún hematoma en algunos de los pinchazos, pero no se dan consecuencias más graves. «El peligro está en no tener claro cuál es el punto preciso donde se debe inyectar y la dosis exacta que hay que utilizar», apunta la doctora especialista Elvira Rodenas.

En general, la seguridad y los resultados del bótox han mejorado con el tiempo a medida que se ha aprendido cómo funciona y cómo se puede utilizar. Pero, «como cualquier otro procedimiento médico o estético, conlleva ciertos riesgos, por lo que siempre es importante una valoración y que el tratamiento esté realizado por un médico», recomienda la Dra. Bañón de Enea Clínica.

Sus usos más demandados

El bótox se utiliza para la eliminación de arrugas de expresión en el entrecejo, la frente y las patas de gallo. El tratamiento con toxina botulínica previene que lleguemos a tener arrugas estáticas, que son aquellas que sin gesticular son evidenciables y cuyo tratamiento es más complicado y caro. Además, desde Enea Clínica aportan que el bótox también se puede utilizar para levantar la cola de las cejas y conseguir una apariencia más juvenil.

Podemos usar también la toxina botulínica para el tratamiento del código de barras en muy pequeñas dosis, para recuperar elasticidad, luminosidad y tensión facial, y en la corrección de la sonrisa gingival. «Aunque en éste último caso está perdiendo protagonismo frente al ácido hialurónico que consigue resultados más duraderos», aseguran desde CCH Privé.

El tercio superior del rostro es el lugar donde más se inyecta el bótox. (Fuente: Freepik/wavebreak_micro)
El tercio superior del rostro es el lugar donde más se inyecta el bótox. | Fuente: Freepik/wavebreak_micro

También se utiliza para mejorar el contorno mandibular o para tratar el cuello. La Dra. García Maroto, de Clinique La Prairie, también apunta su uso en casos especiales en los que el paciente busca perfeccionar la simetría en el rostro.

Hay otros usos que se encuentran en el término medio entre la estética y la medicina, como el tratamiento para reducir el exceso de sudoración en axilas o manos. También es eficaz para luchar contra el bruxismo, un problema que, además de ensanchar mucho el rostro, deteriora las piezas dentales. «Además, puede ser un remedio para los tics y la cefalea, e incluso para la depresión», apuntan desde Clínica FEMM.

Lo que se ha comprobado con los años es la importancia de usar la dosis correcta y los puntos de inyección adecuados para cada paciente. Es decir, el diagnóstico previo personalizado, porque cada rostro es diferente.

Sus mayores competidores

Enea Clínica nos desvela varias alternativas que se utilizan para tratar las arrugas y otros problemas estéticos. Entre las más populares nos encontramos con:

  • Rellenos dérmicos: se utilizan comúnmente para rellenar líneas y arrugas faciales. Estos productos generalmente contienen ácido hialurónico, colágeno o grasa del propio cuerpo.
  • Radiofrecuencia: utiliza ondas de energía para calentar las capas profundas de la piel y estimular la producción de colágeno, lo que ayuda a reducir la apariencia de las arrugas y mejorar la firmeza de la piel.
  • Láser: se utiliza para tratar la piel dañada, reducir la apariencia de las arrugas y mejorar la textura de la piel.

Cada una de estas alternativas tiene sus propias ventajas y desventajas, y la elección del tratamiento dependerá de los objetivos individuales del paciente, su piel y su presupuesto. Por ello, es importante dejarse asesorar por un profesional.

Si analizamos a sus competidores, desde Centros Ideal adelantan que en los últimos meses ha aparecido un nuevo medicamento contra las arrugas que funciona como el popular bótox pero cuyos efectos duran el doble. El nuevo fármaco se llama Daxxify, está previsto que llegue a España próximamente y solo bastaría una inyección cada seis meses.

El ácido hialurónico se ha convertido en una de las principales alternativas al bótox. (Fuente: Freepik)
El ácido hialurónico se ha convertido en una de las principales alternativas al bótox. | Fuente: Freepik

La Dra. Carmen Martín señala al ácido hialurónico como uno de los competidores más populares. Este componente se utiliza en tratamientos de relleno para suavizar las arrugas y líneas de expresión. Al ser un tratamiento de relleno, permite atenuar las arrugas del rostro y rellenar otras zonas, como los labios.

La doctora Elvira Ródenas cuenta también con una maquinaria con tecnología de última generación que refuerza la musculatura. «Al tener un músculo más fuerte, la frente se plegará menos y generará menos arrugas», asegura la experta.

El futuro del bótox

Cada vez hay más personas que eligen este tratamiento y buscan sus resultados. Los pacientes que lo prueban acuden dos veces al año a renovar sus tratamientos y, a los que llevan años usándolo, se van añadiendo aquellos que cada mes deciden probar sus ventajas.

Es muy complicado anticipar cómo va a evolucionar un tratamiento. En cuanto al bótox, vamos a encontrarnos con nuevas versiones mejoradas que alarguen sus beneficios, que minimicen sus efectos secundarios, que amplíen el espectro de gente que puede emplearla, etc. «Pero no esperamos una revolución a corto plazo», puntualizan desde HD Cosmetic Efficiency.

Inyección de bótox a un paciente. (Fuente: Freepik)
Inyección de bótox a un paciente. | Fuente: Freepik

El objetivo principal es aumentar el tiempo en el que sus resultados sean visibles. Si ahora hay que esperar un par de semanas para ver el clímax, la tendencia es a que este tiempo se acorte a las 24 o 48 horas. También que los resultados sean más duraderos pasando de los cuatro meses actuales a duplicarlos hasta los seis u ocho meses.

El SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética ) apunta a que  el futuro más prometedor está en los estudios que se están llevando a cabo sobre su utilidad sobre el dolor. «Cuando se apruebe, podríamos tener un tratamiento para el dolor crónico con una aplicación que durará cuatro meses», asegura la Dra. Cristina Villanueva

Según la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética), en 2021 se realizaron más de 600.000 protocolos de rostro en nuestro país. De ellos, el 42% correspondió a infiltraciones de bótox. Una cifra que confirma que en los próximos años seguirá siendo el rey de los tratamientos faciales.

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