Qué es el 'layering' y cómo convertirse en una experta a la hora de vestir a capas

Si te gusta la moda, seguro que ya has escuchado hablar del layering. Se trata de una forma de vestir que consiste en la superposición de varias capas de ropa o accesorios. No es cosa de una tendencia pasajera, sino que se lleva utilizando desde hace muchísimos años, lo que ocurre es que ha sido recientemente cuando esta fórmula ha adquirido un estatus especial convirtiéndose en un referente de estilo.

Para llevar a cabo el layering se deben utilizar varias prendas por lo que, hasta ahora, era una tendencia que se ligaba al invierno. La gran novedad este verano es que se ha roto con este tópico y vamos a poder dar libertad a toda nuestra imaginación durante los meses calurosos vistiendo con varias capas. Solo hay que saber elegir las prendas y los tejidos más indicados.

Si lo piensas bien, no es una técnica ajena a ti. Es algo habitual que, con los cambios de temperatura que vivimos durante los días de primavera, las prendas que utilizas a primera hora del día sean muchas más que en las horas centrales. Conforme va pasando la jornada, vas perdiendo capas como si fueras una cebolla. El layering lo que implica es la creación de un outfit lleno de estilo.

Aunque parezca algo sencillo, ser una maestra en el arte del layering no es nada fácil. El riesgo de realizar mezclas sin sentido o con más prendas de las necesarias es muy elevado. Saber dar vida a estas superposiciones requiere de muy buen gusto así que desde THE OBJECTIVE te vamos a dar las recomendaciones necesarias para que lo consigas con éxito.

La técnica del layering

El layering consiste en combinar con mucho estilo distintas capas de ropa o accesorios en un solo look. Cómo sean estas superposiciones y las prendas elegidas es lo que marcará la diferencia entre un outfit de tendencia y parecer que te has vestido con lo primero que has visto en el armario.

Las capas que crean el outfit deben de estar muy estudiadas, seguir un orden y tener un sentido para que el resultado sea original pero correcto. Supone la creación de un estilismo único, nacido de tu propia imaginación y que no podrás ver en otra persona. Todo un sueño en tiempos del fast fashion.

Algunos señalan que la tendencia nace con el noruego Fridtjof Nansen. Él fue uno de los primeros impulsores de una forma de vestir que abandonaba las pieles muy abrigadas para sustituirlas por varias capas de prendas más ligeras que permitían vestir de acuerdo a la temperatura del momento.

El layering también nos recuerda a la estética exagerada de los años 80. Iconos de la época, como Madonna o la actriz Brooke Shields, pueden convertirse en musas en las que inspirarse. En la década siguiente, los noventa, también se siguió utilizando pero de una forma mucho más discreta. Un buen ejemplo fue la moda de utilizar camisetas básicas bajo vestidos de tirantes.

Se trata de todo un experimento a la hora de vestir. Es complicado de realizar pero también una técnica que crea los estilismos más interesantes. Con su práctica podrás mezclar texturas, colores o estampados que de ninguna manera habrías juntado en un mismo outfit. Pero hay que tener cuidado para no caer en el exceso. No todas las combinaciones son válidas, así que el mejor consejo es ir probando guiándote por tu propia intuición.

Consejos para alcanzar el éxito

Aunque el layering tenga un estilo muy maximalista, no puedes caer en el error de sobrecargar el outfit. Si eres una novata en esta técnica, seguramente no sepas muy bien cómo arrancar. Antes de empezar a mezclar colores y tejidos sin ningún sentido, nuestra primera recomendación es que comiences creando estilismos de un único color. Los colores neutros, como el blanco, negros o marrones, pueden ser la mejor opción para estos primeros pasos. Lo siguiente será ampliar horizontes utilizando una misma paleta cromática.

Acertar con el color demuestra que se trata de un estilismo estudiado en el que cada prenda ocupa el lugar que corresponde. Si quieres ofrecer un plus, siempre puedes jugar con distintas texturas. De esta manera, además de despertar el sentido de la vista pondrás en juego al tacto. Atrévete a mezclar algodón, croché o tejidos de transparencia en un mismo look.

Otra actividad interesante será la de mezclar distintos volúmenes en las prendas. Eso sí, intenta no utilizar en un mismo look más de dos prendas oversize o se perderá por completo tu silueta. Además, busca que no haya mucha diferencia de largos en los distintos diseños que vas a combinar.

Fija de antemano cuál quieres que sea la prenda principal del outfit y sobre ella crea el resto del conjunto. Lo ideal es mezclar una pieza llamativa con otras que sean muy básicas y neutras. En cuanto a estampados, lo mejor es evitar la mezcla de distintos prints.

Practicar el layering es más sencillo en looks urbanos que en outfits más formales. Para comenzar, empieza a jugar con prendas como vaqueros, camisas o diseños deportivos. Este estilo es el que mejor encaja con la uso de las superposiciones.

Las mejores prendas para practicar

Una de las apuestas favoritas por los expertos para defender el layering es mezclar vestidos con pantalones. Lo hemos visto sobre las pasarelas de la mano de grandes diseñadores como Jacquemus, pero se puede defender igualmente en el street style. Tienes que elegir siempre vestidos largos y llevarlos totalmente desabrochados, o a medio abrochar, sobre unos pantalones también largos.

A la hora de mezclar pantalones con vestidos, lo mejor es ir jugando con los distintos volúmenes y proporciones de ambas prendas hasta dar con el equilibrio perfecto. Como ya hemos aprendido, para empezar nada mejor que hacerlo con dos diseños de un mismo color o estampado.

Para sumar una capa más en el estilismo, siempre podemos recurrir a una prenda de abrigo. Para esta primavera hay dos claras favoritas, en primer lugar una blazer oversize de carácter masculino. Podrías acompañarla con camisas, tops, chalecos… ¡o todas estas ideas a la vez! Nuestra segunda propuesta es todo un clásico: la cazadora vaquera. Las prescriptoras de moda no dejan de utilizarla para cubrir todo tipo de outfits.

Otra prenda que encaja de maravilla con la idea del layering es la sobrecamisa. Es perfecta para la temporada estival porque resulta mucho más ligera y fresca que las cazadoras. Podrás utilizarla durante todo el verano si recurres a diseños realizados en tejidos etéreos como la gasa. De esta manera, también estarás incluyendo en el juego del layering el uso de transparencias.

El layering en joyería

La superposición de capas también influye en los accesorios. Dentro de este universo, las joyas son las que mejor aceptan la tendencia. Piénsalo bien. Puedes llevar varios pendientes en la misma oreja, conjugar collares a distintas alturas en el escote o llenar tus dedos o muñecas de diferentes anillos o pulseras.

Dentro de todas estas posibilidades, la favorita es la de mezclar collares de distintos largos y estilos en forma de cascada. Para conseguir una combinación ganadora, debes de escoger diseños que sean finos y sencillos para que conjuguen mejor entre ellos y no haya un modelo que destaque más que el resto.

Para comenzar, nuestra propuesta es que no caigas en el exceso y utilices un máximo de tres cadenas. Puedes optar por un chocker, un collar mediano y otro que resulte largo. Los collares no deben de quedar muy cercanos, deja una separación de varios centímetros entre unos y otros para que cada uno tenga su espacio reservado. Siempre puedes jugar con las alturas a la hora de cerrarlos para que no se solapen, además, de este modo, evitarás que se enreden los unos con los otros.

Otra opción es practicar el layering en las orejas a través de los pendientes. Necesitarás contar con distintos agujeros para poder combinar piezas diferentes a modo de piercing. En este caso, sí resulta interesante elegir el modelo que quieres que sea el protagonista y rellenar el resto de agujeros con diseños más pequeños y discretos.

¿Mezclar oro y plata es posible? Nuestra respuesta es que sí. Se trata de una tendencia que lleva poco con nosotros pero que puedes practicar con toda tranquilidad. No solo eso, también podrás incluir diferentes materiales en el look juntando eslabones, perlas, strass o cascadas de charms.

Los últimos detalles

Seguramente hayas decidido dar los primeros pasos en el layering con estilismos monocolor. Si necesitas darle un toque de color, el comodín lo encontrarás en los accesorios. Puedes pensar rápidamente en zapatos y bolsos pero hay otro complemento que en esta tendencia gana mucho protagonismo y es el cinturón.

En una moda donde la superposición y el juego de volúmenes son las normas, el cinturón es esa pieza funcional con el que podrás ajustar las prendas a tu figura. Un buen truco es seguir conjugando en el mismo tono para conseguir un toque 100% fashionista. También podrás conseguir un aspecto diferenciador si recurres a originales cierres en forma de nudo y no a las habituales hebillas.

El otro complemento estrella resulta igualmente sorprendente. Toca poner el foco de atención en los calcetines. Al tratarse de una tendencia muy unida a la imagen sporty, el calcetín tiene mucho que decir y podrás utilizarlo por encima de leggins o pantalones jogger. A la hora de combinarlos, elige colores que contrasten con los pantalones pero que conjuguen muy bien con el calzado que, efectivamente, pueden ser unas sandalias.

En pocos centímetros de tobillo puedes dar mucha rienda suelta al layering: monta el calcetín o las cintas de tu sandalia o cuña sobre el pantalón y adorna el resultado final con pulsera tobilleras.

Ahora llega el momento de poner en práctica todo lo aprendido. Abre tu armario, colócate delante del espejo y empieza a realizar las combinaciones más sorprendentes hasta dar con los estilismos perfectos.