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Cocinar con aluminio: los síes y noes a tener en cuenta con esta práctica

Son dos, principalmente, los elementos que debemos evitar en este tipo de cocciones

Cocinar con aluminio: los síes y noes a tener en cuenta con esta práctica

Una mujer cocina con aluminio en casa | ©Freepik.

El papel de aluminio lleva décadas en nuestras casas y cocinas. Sin embargo, cocinar con aluminio —entendiendo esto como papel de aluminio— puede tener ciertas cortapisas. Fundamental en numerosos hogares, especialmente para aumentar la conservación de determinados alimentos, el papel de aluminio juega una baza crucial en nuestras neveras, prolongando la durabilidad de la comida.

Huelga decir que, como es lógico, el papel de aluminio es completamente seguro para almacenar comida. Sin embargo, puede ser distinta la tesitura a la hora de hablar de cocinar con aluminio, donde sí hay que prestar más atención a la jugada. No en términos totales, sino más bien en ciertas particularidades dónde sí hay que tener cuidado con él.

Lo evidente es que el aluminio, como mineral, está presente en nuestra vida de muy diferentes maneras. De hecho, es una sustancia que está de forma cotidiana en muchos alimentos, incluyendo frutas y, verduras, pescados, cereales o lácteos. No obstante, hay alimentos que lo acumulan en más cantidad en su propia composición como pasa con las setas o con el té. Sin embargo, no debemos temer al aluminio que por sí solo incluyen este tipo de productos.

A ellos llegan de muy diferentes maneras, pasando luego a nuestro organismo. No obstante, hemos de incidir en que la cantidad de aluminio que podemos ingerir de manera casual en nuestro día a día es mínima y, por tanto, segura. Además, se excreta con facilidad, por lo cual resulta complicado que lo mantengamos en el cuerpo más de la cuenta. Sin embargo, hay ciertos matices a tener en cuenta si hablamos de cocinar con aluminio.

¿Es seguro cocinar con aluminio?

Un rollo de papel de aluminio
En líneas generales, cocinar con aluminio es totalmente seguro. ©Freepik.

Pollos asados que se tapan para no quemarse más de la cuenta, verduras o pescados que se envuelven en papel de aluminio para mantener sus nutrientes o cierta repostería, como ya te explicamos en THE OBJECTIVE, procurando que no se dore demasiado, suelen ser fórmulas comunes al cocinar con aluminio.

Como es lógico, tanto el papel de aluminio como determinados instrumentos que lo incluyan pueden acabar filtrándolo a la comida. Para ello conviene comprender que no se trata solo de esta filtración, la cual ya advertimos que en términos generales es inocua, sino en la letra pequeña. En este caso, lo primordial es comprender que hay ciertas recetas o técnicas que no deben ser aplicadas al cocinar con aluminio dentro del horno.

Algunas van a venir marcadas por el tipo de producto. Otras por su composición y otras, también, por la temperatura que alcancemos. La literatura médica que lo avala es variada, incluyendo ejemplos de incrementos de hasta un 378% en determinadas condiciones. Distinta cuestión es comprobar si hay evidencia científica que apoye que cocinar con aluminio se puede vincular a un riesgo de desarrollar diferentes enfermedades. Lo cierto en la actualidad es que no ha habido estudios que ratifiquen esa relación, aunque sí hay ejemplos que apuntan la correlación entre el aluminio y la enfermedad de Alzhéimer.

Una receta cocinada en aluminio
Se debe evitar cocinar con aluminio sustancias ácidas o saladas que puedan reaccionar con el papel. ©Freepik.

Se desconoce el cómo y el por qué, motivos que también hacen que la teoría deba cogerse con cierta cautela. Del mismo modo, hay investigaciones —no en humanos— que también vinculan el síndrome del colon irritable con ese aumento del aluminio en la dieta. Sin embargo, hemos de comprender que el uso que hacemos al cocinar con aluminio —salvo que fuera cotidiano— es mínimo.

Cómo cocinar con aluminio para que sea más seguro

Sabiendo que las dosis que añadimos son de por sí bajas, eso no significa que no haya formas de aumentar la prevención al cocinar con aluminio. En este sentido, hay varias pautas a tener en cuenta por las reacciones que el calor, determinadas sustancias y el papel de aluminio pueden generar.

Un pescado listo para ser asado
Una buena alternativa es recurrir al papel sulfurizado. ©Freepik.

Lo primero implica no cocinar a muy altas temperaturas. ¿Qué significa altas temperaturas? Pues hablamos de no ir más allá de los 200º centígrados. Del mismo modo, conviene tener precaución a la hora de emplear papel de aluminio que se pueda romper o dejar esquirlas y trozos, especialmente tras haber cocinado con él. Por este motivo, conviene evitar —por ejemplo— forrar el horno con él, o tapar la clásica resistencia del grill que suele haber en nuestros hornos.

Aparte de eso, lo que debemos hacer es evitar ciertas reacciones químicas más allá de las térmicas. En este sentido se debe prescindir de cocinar alimentos con un pH ácido, pues aumentan el riesgo de la descomposición del papel y desprenderse. Hablamos, por ejemplo, de cítricos o de tomates, pero también de vinagres o aderezos que lleven composiciones de elementos ácidos.

No es el único ejemplo. Tampoco deberíamos cocinar alimentos ya sazonados con sal, pues se puede generar una reacción química similar que desprenda el papel, tal y como advierten desde Albal. A partir de estas premisas, cocinar con aluminio es seguro, pues se estima que la cantidad de miligramos de aluminio que no debemos sobrepasar semanalmente es de 1 miligramo de aluminio por kilo de peso, tal y como advierte la OMS.

Una dosis complicada de ingerir, salvo que cocinemos con aluminio elementos ácidos o salados de forma recurrente. Como alternativa, la sugerencia puede ser cocinar con el papel sulfurizado o papel de horno, que no generan este tipo de complicaciones.

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