Cómo evitar los gases que producen las castañas asadas
Este fruto seco tiene fama de producir gases y resultar algo indigesto, por ello, mucha gente decide no consumirlo
Las castañas son un tipo de fruto seco que proviene del castaño, un árbol que se encuentra en regiones de clima templado.
La temporada de recolección varía según la región, pero generalmente ocurre en otoño, desde septiembre hasta diciembre. Por ello, se han convertido en un icono de esta época del año y protagonizan muchas festividades otoñales.
Consejos para evitar los gases
Mucha gente evita este alimento por su fama de producir gases y resultar algo indigestas. Afotunadamente, los expertos han dado algunos consejos para evitar que esto ocurra y poder disfrutar de las castañas con total tranquilidad.
- Evitar consumir castañas en un estado muy verde: se recomienda no ingerir castañas recién caídas del árbol, ya que en este momento suelen tener un mayor contenido de taninos, lo que puede dificultar el proceso de digestión.
- Permitir que las castañas maduren: dejar que las castañas reposen durante algunos días puede ser beneficioso, ya que con el tiempo, la cantidad de taninos tiende a disminuir y el almidón presente se convierte en azúcares simples, lo que las hace más fáciles de digerir.
- Masticar adecuadamente: la masticación adecuada es esencial, ya que la saliva contribuye al proceso de digestión.
- Cocinar las castañas: en lugar de consumirlas en estado crudo, cocinar las castañas, ya sea hirviéndolas o asándolas, suele mejorar su digestión.
- Utilizar condimentos digestivos: para facilitar la digestión de las castañas, se pueden cocinar con especias como anises, semillas de hinojo, cúrcuma o jengibre fresco.
- Controlar la cantidad de agua ingerida: no es recomendable beber una cantidad excesiva de agua mientras se consumen castañas, ya que esto puede diluir los jugos gástricos y dificultar el proceso de digestión. En general, el exceso de líquido durante las comidas puede contribuir a la sensación de hinchazón y a la producción de gases.
Propiedades
Las castañas, a pesar de ser un fruto seco, tienen una composición nutricional muy semejante a la de los cereales. Son un alimento reconfortante y saludable debido a su contenido de carbohidratos complejos y su riqueza en nutrientes.
En cuanto a su composición, las castañas son principalmente ricas en carbohidratos complejos y contienen solo una pequeña cantidad de proteínas y muy pocas grasas, lo que las hace relativamente bajas en calorías.
Además, las castañas son una excelente fuente de minerales como el potasio y el manganeso, así como de vitaminas, incluyendo vitamina C, ácido fólico y varias vitaminas del grupo B.
Beneficios de las castañas
- Fuente de energía: las castañas son ricas en carbohidratos, principalmente almidones, lo que les confiere un índice glucémico relativamente bajo. Esto significa que liberan glucosa en la sangre de manera gradual y constante, lo que es beneficioso para mantener un suministro de energía constante. Además, las personas con diabetes pueden consumirlas con moderación, ya que contienen arginina, un aminoácido que mejora la eficacia de la insulina y la circulación sanguínea.
- Sacia y regula la microbiota: debido a su liberación lenta de energía, las castañas tienen un efecto saciante duradero, lo que las convierte en un aliado en las dietas de control de peso y ayuda a reducir los picoteos entre comidas. También contienen inulina, una fibra prebiótica que alimenta a las bacterias beneficiosas en el intestino, lo que contribuye a mantener una microbiota intestinal saludable.
- Alto contenido en antioxidantes y vitaminas: las castañas son una fuente de vitamina C, que actúa como antioxidante. A pesar de que se pierde algo de vitamina C al cocinarlas, aún proporcionan aproximadamente el 25% de las necesidades diarias en una ración de 100 gramos. También contienen pequeñas cantidades de vitamina A, E y varios compuestos fenólicos, como el ácido gálico, el vanílico, las procianidinas y las catequinas, todos ellos con propiedades antioxidantes.