Dolor de cabeza: por qué no deberías tomar analgésicos para que pase (y sí hacer esto otro)
Una destacada investigadora en el campo de la neurociencia asegura que no debemos recurrir siempre a las pastillas
El dolor de cabeza no es nada nuevo. El ser humano lo ha padecido desde tiempos inmemoriales. En la Persia medieval se debatía intensamente sobre la manera de evitar y curar esta dolencia, e incluso grandes pensadores como Darwin sufrieron de migrañas, lo que le obligaba a pasar mucho tiempo en casa. Afortunadamente, hemos progresado desde entonces.
Y una prueba de ello es el nuevo libro de Amanda Ellison, una reconocida profesora del departamento de Psicología en la Universidad de Durham, en el Reino Unido, y una destacada investigadora en el campo de la neurociencia, que acaba de publicar ¿Por qué me duele la cabeza? Lo que se esconde detrás de las cefaleas (Ed. Alienta)
En estas páginas, Ellison ofrece información fundamental para entender las causas de tus cefaleas y cómo tratarlas. Desde la migraña clásica hasta el dolor sinusal, pasando por los dolores de cabeza tensionales, la neurocientífica guía a través de sus investigaciones y experiencia personal para comprender esta enfermedad y averiguar su origen.
Repleto de consejos prácticos, este libro cuestiona la necesidad de recurrir directamente a los analgésicos y nos muestra la importancia de escuchar lo que tu cuerpo intenta decirte para evitar esta molestia tan recurrente e incapacitante, tal y como vemos en las siguientes líneas.
Por qué no debes tomar ibuprofeno o parancetamol para el dolor de cabeza, y sí hacer esto
A la mayoría de nosotros, nos duele la cabeza y enseguida nos tomamos un analgésico, y según esta experta no lo estamos haciendo bien.
«Necesitamos el dolor. Esta afirmación puede parecer contradictoria, máxime cuando en la actualidad tenemos muchas maneras de combatirlo y silenciarlo, pero el dolor no sólo nos dice que algo va mal; también nos protege», comienza explicando Ellison.
«El cerebro funciona según estrictos parámetros y, cuando utilizas distintas partes del mismo, el flujo sanguíneo se desvía hacia allí para proporcionar a esta parte la energía que necesita para funcionar. De este modo, cuando reflexionas para resolver un problema, el flujo sanguíneo se desvía hacia el lóbulo frontal, mientras que cuando utilizas el sistema visual, el flujo sanguíneo se desvía hacia las regiones occipitales. El dolor se produce cuando hay una ruptura entre lo que el cerebro necesita y lo que el sistema vascular, que transporta la sangre, puede aportarle», añade.
Antes de echar mano de los analgésicos, por muy eficaces que sean a corto plazo, es conveniente comprender el origen del dolor para estar seguro de que lo remedias de una vez por todas, y para hacerlo es preciso familiarizarse con la hidratación. El remedio más común para una cefalea leve y persistente sale del grifo
«Medicamentos sencillos de venta sin receta médica, como el paracetamol (de para-acetilamino-fenol) o acetaminofén en el continente americano, y el ibuprofeno, disminuyen la inflamación y ayudan a los vasos sanguíneos a recuperar su anchura normal, lo que permite atenuar los receptores del dolor presentes en sus paredes. No obstante, por extraño que parezca, el uso excesivo de estos fármacos cada vez que se siente dolor o molestia puede provocar dolor de cabeza», apunta.
«Antes de echar mano de los analgésicos, por muy eficaces que sean a corto plazo, es conveniente comprender el origen del dolor para estar seguro de que lo remedias de una vez por todas, y para hacerlo es preciso familiarizarse con la hidratación. El remedio más común para una cefalea leve y persistente sale del grifo», asegura Ellison, quien, como vemos, recomienda beber agua antes de ir corriendo a por una pastilla.
«El agua es importante. Tomar un analgésico ayuda a atenuar el dolor, pero en este caso no resuelve el problema subyacente: nuestro cerebro necesita agua, y las señales de dolor cesarán sólo cuando se haya repuesto», sentencia.
El futuro para acabar con las cefaleas: saber de dónde vienen
«En la investigación de las cefaleas es verdaderamente importante que alejemos el foco, que comprobemos nuestro objetivo, en cierta manera. Tenemos que conseguir que nuestros científicos moleculares, junto con nuestros fisiólogos, dinamistas del flujo sanguíneo (que estudian lo que hace que la sangre circule de forma turbulenta o regular), informáticos, estadísticos, médicos, neurocientíficos, psicólogos, fisioterapeutas e incluso pacientes participen en la próxima fase de investigación. Este enfoque interdisciplinario es el futuro», asegura la experta.
«El tálamo genera la señal hacia la corteza en función de los datos que recibe de otras partes. Por lo tanto, no es necesariamente la causa del problema, pero su reacción potencia los síntomas. (…) La estimulación cerebral profunda, que restablece la vía de comunicación entre el tálamo y la corteza, es un último recurso creíble y con cierta eficacia. También se han hecho avances positivos en el campo de la cefalea en racimos. Cada vez parece más claro que la culpa es de las regiones del hipotálamo, que a su vez se proyectan hacia el tálamo», añade.
«El siguiente paso es modificar la ley que exige experimentos con animales antes de los ensayos clínicos y demostrar que podemos tener tanta confianza en la sustitución basada en el ser humano como en el modelo animal. ¿Quién sabe qué tratamientos útiles se nos han escapado porque no funcionaban en animales?».
«Actualmente, la dosis de los fármacos es la misma para todos los adultos, con independencia de su tamaño o la rapidez de su metabolismo. Y que no me hagan hablar de las comorbilidades. Si tienes cefalea, pero también arritmia y dolor en el dedo gordo del pie, no hay costumbre de establecer una relación causal entre estos elementos (como la gota causada por problemas circulatorios). La mayoría de las veces, nuestros diversos dolores y molestias son bastante aleatorios, sobre todo a medida que envejecemos, pero, a veces, desplazar el foco fuera de la afección que presenta el paciente permite diagnosticar que una cefalea no es una simple cefalea, sino un problema circulatorio que sería preferible abordar de otra manera», finaliza.
Amanda Ellison, la autora:
Es una reconocida profesora del departamento de Psicología en la Universidad de Durham, en el Reino Unido, y una destacada investigadora en el campo de la neurociencia. Su enfoque en temas como la adicción, el dolor y la cefalea ha llevado a importantes avances en la comprensión de cómo el cerebro procesa y comunica información entre diferentes partes del cuerpo.
Además de su trabajo en la universidad, Ellison es directora de un programa de divulgación científica y ha aparecido en diversos medios de comunicación hablando sobre temas como el fenómeno de la «gripe masculina» y si la «percepción del borracho» existe de verdad.
Su compromiso con la investigación y la divulgación científica ha hecho de ella una de las principales referentes en su campo.