Prediabetes: qué es, por qué aparece y cómo prevenir su evolución a diabetes
Controlar el azúcar con sangre es fundamental para comprender cuándo estamos en el limbo previo a esta enfermedad
Es mencionar las palabras diabetes tipo 2 y que mucha gente se eche a temblar. Sin embargo, antes de su aparición hay un estadio previo conocido como prediabetes que ya da los primeros síntomas de alerta. Lo cierto, datos en la mano, es que la diabetes tipo 2, que se conocía habitualmente como del adulto o no dependiente de la insulina, tiene visos de pandemia.
Al menos en las sociedades occidentales, incluida la española, que tiene el dudoso honor de ser la segunda por prevalencia de esta enfermedad en Europa. Datos para echarse a temblar que ofrece la Sociedad Española de la Diabetes. Además de ser un dudoso honor que ya plantea que un 15% de la población española convive con esta enfermedad.
Aunque hay factores genéticos y étnicos que predeterminan o predisponen a la diabetes, la realidad también se vincula a los hábitos de vida. Dieta y sedentarismo juegan un papel clave en la aparición de la diabetes. Razón de más por la que prestar atención a esa fase previa que es la prediabetes. Conocerla, comprender qué es y por qué aparece y, sobre todo, saber que se puede remediar, es capital.
No obstante, aunque los sistemas de prevención y la medicina han obrado maravillas para el control de la diabetes tipo 2, así como para la vida del diabético, sigue siendo una enfermedad que condiciona enormemente el día a día del paciente. Motivos por los que entender la prediabetes puede más que importante.
Qué es la prediabetes
En términos muy genéricos podríamos catalogar la prediabetes como el paso previo a la aparición de la diabetes. No obstante, no se trata de una patología o una enfermedad como tal, sino de una serie de anomalías que se detectan a través de analíticas y que permiten entender la fase por la que se encuentra cada persona.
En este sentido, la explicación de prediabetes es sencilla: niveles de glucosa en sangre más alto de lo normales. No tan altos como para considerarse diabetes tipo 2, pero sí elevados. La buena noticia es que puede ser reversible, pero han de tomarse medidas. De hecho, es posible que en la prediabetes ya se hayan empezado a generar ciertos daños a largo plazo vinculados a la diabetes. Afectan principalmente al corazón, así como a los vasos sanguíneos y a los riñones
Cómo se detecta la prediabetes
Lo más habitual para diagnosticar la prediabetes es recurrir a analíticas de sangre. En ellas se debe pedir la prueba de la hemoglobina glicosilada, que permite conocer el promedio de la glucosa en sangre durante varios meses. En este sentido, un porcentaje por debajo del 5,7%, según indica Mayo Clinic, se considera normal. La diabetes, según la misma fuente, sería con un 6,5% en dos pruebas separadas, mientras que el espacio entre medias indicaría la prediabetes.
También se puede hacer con pruebas de muestra en sangre después de un ayuno nocturno. En este caso, ese establece en miligramos de azúcar por decilitro. De tal modo, si se presentan menos de 100mg/dL se considera un nivel normal. Si ya se superan los 126mg/dL en más de dos pruebas distintos se considera diabetes. Razón por la que la cifra entre el 100 y el 125 ocuparía lo que llamamos prediabetes.
La mala noticia con la prediabetes es que se trata de un estadio asintomático. Si bien apuntan a que puede haber ciertas manifestaciones como el oscurecimiento de ciertas partes del cuerpo. Suele ser en cuello, axilas o ingles, pero no es ni siempre ni en todas las personas. Por contra, la diabetes sí tiene patrones más delimitados para comprender su aparición. Sed, apetito aumentado, cansancio, visión borrosa, pérdida de peso, aumento de las infecciones y un incremento de las ganas de orinar están entre esas pistas. La buena noticia, no obstante, es que la prediabetes puede ser corregible.
Cómo se corrige la prediabetes
Lo conveniente es no llegar a desarrollar la prediabetes. Esto, evidentemente, pasa por mantener mejores hábitos de vida. Una dieta equilibrada en la que se prescindan de ciertos alimentos, ejercicio físico, evitar tóxicos como tabaco y alcohol, mejorar los hábitos de sueño… Nada especialmente novedoso, como podemos interpretar para mantener una buena salud.
Por este motivo, la corrección de la prediabetes llegar por los mismos caminos. Conviene mejorar la dieta, no solo limitando la ingesta de hidratos de carbono -especialmente azúcares añadidos y los que tienen un gran índice glucémico-. Este concepto, del que ya hablamos en THE OBJECTIVE, es fundamental para comprender cómo actúan determinados carbohidratos en nuestro cuerpo. Además de eso, no se trata solo de poner en cuarentena a determinados hidratos de carbono.
Alimentos procesados y carnes rojas, aún ricos en proteínas, también deben limitarse dentro de una dieta para corregir la prediabetes. Esto se vincula también a la cantidad de grasa que pueden incluir. Motivo por el que reducir la ingesta de grasas saturadas, ya que el sobrepeso se relaciona de manera muy directa con la diabetes y la prediabetes. Una justificación más que, de nuevo, se establece en el círculo vicioso de realidades como el síndrome metabólico.
Por eso también se recomienda un aumento de la actividad física, acorde a cada persona. También se apunta a dejar de fumar, pues el tabaco está vinculado a ambas condiciones. Misma situación que sucede en las personas con obesidad, siendo otra de las causas que pueden acabar desembocando en las dos situaciones.